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Amigos lectores:

Esta semana haré una relación más apretada que de costumbre. Viene concentrada en la poesía y los poetas. Resumo:

Amalia Iglesias Serna (1962) es filóloga, poeta y periodista. La página 1 trae el texto que escribió sobre Talismanes en fuga, el más reciente libro de Edda Armas (1955), publicado en España por la Editorial Vaso Roto: “En Talismanes para la fuga llama poderosamente la atención el abanico de respuestas que ofrece a la eterna pregunta de qué es la poesía o para qué sirve, respuestas que brotan implícitas entre los versos, a veces sin necesidad de ser nombradas.

Hay un afán de rodear el lenguaje, de asediarlo y abrirlo en «palabras espirales», «con el reto indiscreto de espiar nuevas formas». Versos sembrados de preguntas sin interrogación, palabras expuestas al azar para que, en sus golpes de dados, en lo onírico del espejo, o en su oráculo, recompongan «lo perpetuo», los símbolos, el sentido perdido de «un lugar amable / como promesa para la humanidad».

Además de poemas del mencionado Talismanes en fuga, en la página 2 incluí poemas de la poeta, narradora y cineasta escocesa Roseanne Watt (1991), seleccionados y traducidos por Raquel Rivas Rojas, para su columna Trasversos. Un poema, a modo de antesala:

La mujer cesta

Aunque algunos afirmen otra cosa,

ella fue la primera

que fue a buscar el fuego

a las montañas. Claro que fue ella.

Nadie más hubiera podido cargar

un peso como ese, echándoselo a la espalda

como un niño pequeño; todo ese peso

iluminado y candente.

Las dos páginas siguientes van al encuentro del poeta Alfredo Chacón (1937). Tres materiales: una entrevista que le hizo José Pulido; un artículo de Chacón sobre Hanni Ossott publicado en 1993, proveniente de “La voz y la palabra”, la columna que mantenía en El Nacional; y, por último, una reseña que escribí de Al tanto de sí mismo: Conversaciones con Alfredo Chacón (Editorial Eclepsidra), de Carmen Verde Arocha y Alejandro Sebastiani Verlezza, resultado de 15 entrevistas que le hicieron entre 2016 y 2017.

Digo en la reseña: La voz que se ofrece en estos intercambios es la de un hombre en lo suyo, liberado de lastres, concentrado en sus intereses esenciales: las emociones comprometidas con la familia, en un habitado arco de cinco generaciones que va de sus abuelos hasta sus nietos; el peso que el cultivo de la amistad ha tenido en su recorrido vital; el hacer poético, con sus implicaciones filosóficas y estéticas; y, aquí y allá, breves ráfagas de la estupenda memoria de Chacón sobre hechos ocurridos décadas atrás: “llamo memoria a aquella parte del pasado que está en ti hoy”.

En el 2018, Carlos Katán (venezolano residenciado en España) ganó el Concurso de Poesía Lugar Común-Embajada de Italia, con Formas de la aridez (publicado por Alliteration, Estados Unidos, en 2020).

Un cuidado trabajo editorial de Ultramarina C&D ofrece su reciente El libro de las máquinas, que incluye un prólogo de Eleonora Cróquer Padrón, donde dice: entre una y otra referencia a la vida que transcurre en el cuarto de máquinas, cada poema se detiene en su hallazgo de una imagen que es, al mismo tiempo, registro de la observación mediada por la experiencia e intento de entendimiento respecto de eso que existe allí ante la mirada aguda del sujeto que observa. Así, las máquinas existen en un tiempo «detenido en la eternidad» ; son las portadoras «de una memoria/ abstracta». «Se caracterizan/ por la simplicidad/ que desprenden/ en cada uno de sus movimientos» . Y las máquinas desean: «Sus deseos/ son incontenibles/ escapes del continuum/ electromagnético/ que recorre sus gestos». Además incluimos poemas del mencionado libro.

Páginas 6 y 7: Hace cuero el país, potente poema de Carolina Lozada (El país que practica garra con mi piel/ es el mismo que me dio cielo y tierra para estar,/ y sobre él he sembrado dudas/ e impertinencias/ pero sobre todo/  esperanzas que se gangrenan (…); poemas de Yhonais Lemus -venezolana residenciada en Buenos Aires-, pertenecientes a su libro Memoria de la piel (Editorial Halley, Argentina, 2020); poemas de Consuelo Hernández -poeta colombiana residenciada en Estados Unidos- tomados de su libro Estela del azar/Wake of chance; poemas de Golcar Rojas, pertenecientes a su muy reciente libro, Cosas de domingo;y poemas de Belkis Arredondo Olivo (1953), poeta y editora, quien ha publicado un volumen que reúne dos libros, Ejercicios de vuelo y A ras del vidrio (este segundo recibió en 2006 el Premio Latinoamericano de Poesía José Rafael Pocaterra). Copio aquí uno de los poemas del volumen:

Soliloquio

si la poesía me abandonara
cual polvo soplado por el viento
sería tierra derrotada
me perdería en los espejos

si no fuera una antorcha el poema
caería el cadáver del amor vencido

Lidia Salas reseña la más reciente colección de poemas de Horacio Biord CastilloTiempo de diluvio, tiempo de demonios (Editorial Diosa Blanca, Caracas, 2021): “Interesan en la exposición de  la idea de condición humana, la complejidad  de un ser biológico con una espiritualidad y una conciencia que trasciende su mortalidad, pero sobre todo se hace énfasis en las experiencias que suscitan en su día a día el advenimiento de tiempos apocalípticos. Es en el quehacer cotidiano donde  confluyen hechos, circunstancias,  relaciones, en las que el individuo refleja sus saberes, conciencia y espiritualidad. Gran parte de los poemas de  este libro tratan de esos acontecimientos  anónimos”.

El nomadismo de las palabras es el nombre del ensayo de Rafael-José Díaz sobre Anne Perrier (1922-2017), poeta suiza reconocida con el Premio Schiller (1976), el Gran Premio de Literatura Francesa otorgado por la Real Academia de Bélgica (2000) y el Premio Nacional de Poesía de Francia (2012), entre otros. Escribe Díaz: “Hay en la poesía de Anne Perrier una tensión entre la modernidad de la forma y la condición inmemorial de sus imágenes. Mediante unos fragmentos que, transcritos en notas musicales, darían piezas tan radicales como las de Satie, Morton Feldman o Frederic Mompou, la autora suiza habla de flores, abejas, leche, miel… Su mundo, tan alejado de lo que a priori nos parecería el de la modernidad poética, hizo que su obra no fuera reconocida sino tardíamente; sin embargo, ya a partir de los años 80 influye en jóvenes poetas suizos. Para comprender el carácter paradójico de su obra podríamos pensar, por ejemplo, en la Trilogía de Yusuf, las tres películas del turco Kaplanoglu tituladas respectivamente Miel, Huevo y Leche. Se trata de un cine que se remonta al paraíso de la infancia para brindar las claves de lo esencial de la vida a través de elementos simbólicos universales pero al mismo tiempo materiales, concretos, íntimos. Algo similar ocurre en la poesía de Perrier: su concreción es sinónimo de espiritualidad universal”.

No incluí poemas de Perrier traducidos por Adalber Salas Hernández Rafael-José Díaz por falta de espacio. Pero no dejaré de hacerlo apenas haya una oportunidad. De todos modos, copio uno para invitarlos a no olvidar a esta poeta nacida hace cien años:

Ah romper las amarras

Marcharme marcharme

No soy de las que se quedan

La casa el jardín tan queridos

Nunca están detrás sino delante

En la clara bruma

Desconocida

Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional