El uso de las plataformas“entra” por la vista y afecta la manera de las personas de relacionarse y estar en el mundo. Un tema de relevancia y preocupación al cual dedica estas líneas la Dra. Arosemena en la perspectiva de salud como estado integral del bienestar
Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena
La Dra. Liliana (Lily) Arosemena es egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología (SPO). En instagram: @retinapanama
El Parlamento Europeo ha dado un paso significativo hacia la protección de los menores en el entorno digital al aprobar la limitación del uso de inteligencia artificial, redes sociales y plataformas de vídeo. Este desarrollo surge en un contexto preocupante: 25 % de los menores de edad muestran señales del uso inadecuado del celular, lo que plantea riesgos serios para su salud mental, su capacidad de concentración y su bienestar general. A continuación, se exploraremos algunas de las implicaciones de esta nueva legislación.
La primera objeción se refiere a la necesidad impuesta por la evidencia científica que respalda la intervención en el uso de la tecnología por parte de los menores. Estudios recientes han demostrado que un uso excesivo o inadecuado de los dispositivos electrónicos está asociado con problemas de salud mental, como ansiedad, depresión y trastornos del sueño.
Según un estudio realizado por el «Journal of Abnormal Psychology», los adolescentes que pasan más de tres horas al día en redes sociales presentan un riesgo significativamente mayor de problemas emocionales y de comportamiento. La limitación de la inteligencia artificial en este contexto no solo es necesaria sino urgente; se busca proteger a un grupo vulnerable en una era donde la tecnología juega un rol predominante en su desarrollo.
Mencionemos el papel que juega la inteligencia artificial en el diseño de plataformas digitales que son utilizadas por los jóvenes. Estas tecnologías están diseñadas para captar la atención de los usuarios de forma intensiva, promoviendo un consumo desmedido de contenido que puede resultar perjudicial.
Recientemente, se ha demostrado que los algoritmos de recomendación, refuerzan los contenidos en función de las preferencias previas del usuario, lo que limita su exposición a diferentes perspectivas y reduce su capacidad de concentración. Según un informe de «Digital Content Next», el 70 % de los adolescentes se siente más estresado después de pasar tiempo en redes sociales, lo que enfatiza la función nociva que puede tener la alta exposicion a las redes sociales.
Por otro lado, la responsabilidad de las plataformas digitales no es clara. La industria tecnológica ha jugado un papel crucial en el incremento del uso de dispositivos por parte de menores, a menudo sin considerar las consecuencias de sus acciones.
Esta legislación representa una respuesta necesaria y adecuada a la falta de regulación en la tecnología, que ha permitido que los algoritmos operen sin límites. Un estudio del «Center for Humane Technology» menciona que más del 80 % de los padres están preocupados por la adicción a las pantallas en sus hijos.
En este sentido, la limitación del uso de las redes sociales e inteligencia artificial es un paso hacia la rendición de cuentas para las empresas, incentivando un diseño más ético y responsable que priorice la salud mental y el bienestar de los usuarios jóvenes.
Es evidente el impacto sociocultural y educativo que el uso indiscriminado de la tecnología tiene en los menores. La saturación de información y el riesgo de ciberacoso han modificado la forma en que los adolescentes se relacionan con el mundo y entre ellos.
Varios estudios indican que el miedo a perderse algo (FOMO, por sus siglas en inglés) asociado con las redes sociales puede perjudicar el rendimiento académico y las relaciones interpersonales. La regulación de las plataformas digitales es fundamental no solo para reducir este miedo, sino también para fomentar un entorno digital más saludable que permita ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades sociales y académicas esenciales.
Por último, es esencial considerar la proyección futura de estas medidas legislativas. La limitación de la inteligencia artificial, redes sociales y plataformas de vídeo se presenta como una estrategia a largo plazo para equilibrar el bien tecnológico con el bienestar humano.
La actitud responsable hacia las plataformas digitales puede actuar como modelo para futuras regulaciones, no solo en Europa, sino a nivel global, para contar con un entorno digital más seguro y consciente.
De acuerdo con un informe de la «Unión Internacional de Telecomunicaciones», 60% de los jóvenes preferirían usar plataformas que prioricen su bienestar sobre el algoritmo de maximización de clicks.
La aprobación de la regulación sobre el uso de las plataformas digitales en el Parlamento Europeo es un avance clave en la protección de los menores en un entorno digital cada vez más complejo.
A través de la consideración de factores como la salud mental, la necesidad de responsabilidad de las plataformas, y los impactos educativos, es evidente que esta legislación representa una respuesta necesaria a los desafíos modernos que enfrentan los jóvenes hoy en día.
La implementación de estas medidas no solo tiene el potencial de proteger a los menores, sino también de fomentar un futuro más saludable en el uso de la tecnología.
Referencias:
Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena
