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Hasta ahora casi todos los casos mortales en humanos habían sido causados por el linaje euroasiático H5N1. El caso estadounidense es el primero conocido en que el H5N5 causa la muerte de un humano

Raúl Rivas González, Universidad de Salamanca Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

El autor es catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología, Universidad de Salamanca

Las autoridades sanitarias de los Estados Unidos han confirmado la primera muerte humana registrada a causa del virus H5N5, un subtipo de la gripe aviar. El paciente fallecido era una persona adulta, con problemas de salud subyacentes, residente del condado de Grays Harbor, en el estado de Washington. El fallecido había estado hospitalizado desde principios de noviembre, después de desarrollar fiebre alta, confusión y problemas respiratorios.

La vía de transmisión más probable ha sido a través del contacto con una bandada mixta de aves de corral domésticas que poseía y atendía en el patio trasero de su vivienda. Estas aves de corral domésticas habían estado expuestas a aves silvestres.

La gripe aviar es una enfermedad viral causada por virus de la influenza tipo A que circulan de manera natural en las aves acuáticas silvestres a nivel global. Estos virus tienen la capacidad de infectar a otras especies de aves y, con menos frecuencia, a mamíferos. Muchas veces resultan mortales para aves de corral, como pollos y pavos.

La gripe aviar altamente patógena

En los últimos años, los virus de la gripe o influenza aviar altamente patógena (IAAP) se han propagado a una escala sin precedentes, provocando una mortalidad masiva en aves y mamíferos.

En 2023, se detectó una incursión transatlántica de virus de la gripe aviar altamente patógena H5N5 desde Eurasia a Norteamérica, con una modificación genética (sustitución PB2-E627K) que les ayuda a adaptarse a los mamíferos. De hecho, la variante que infectaba a mapaches y zorrillos de Norteamérica era la misma que hacía enfermar a los gatos domésticos en Islandia, provocando letargo, pérdida de apetito, calambres y rigidez. Tres gatos (una hembra adulta y dos gatitos de 10 semanas) murieron en Islandia tras haber estado enfermos sólo unos días.

La cepa H5N5 responsable de su enfermedad fue exactamente la misma que se encontró en aves silvestres y aves de corral en Islandia.

Una paradita en Islandia, Groenlandia o Svalbard

No es casualidad: Islandia es un conocido lugar de escala para gaviotas y otras aves marinas infectadas con gripe aviar. De hecho, está implicada en la posible propagación de virus desde Europa a América del Norte, conectando las rutas migratorias americanas del Atlántico este y del Atlántico norte.

Groenlandia también podría desempeñar un papel similar en la propagación del virus de la gripe aviar, junto con Svalbard, un archipiélago noruego del alto Ártico. Es más, el primer caso documentado de muerte por el virus de la influenza aviar altamente patógena (HPAIV) subtipo H5N5 en una morsa del Atlántico (Odobenus rosmarus rosmarus) fue encontrado muerto en Svalbard en el año 2023.

Ese mismo año, en Noruega, se encontraron numerosas águilas de cola blanca (Haliaeetus albicilla) infectadas con el H5N5. Y al parecer, la región atlántica de Canadá es un importante punto de entrada a Norteamérica para los virus de la influenza aviar euroasiáticos.

Por el aire y por el agua

Los virus de influenza tipo A pueden dividirse en diferentes subtipos dependiendo de los genes que constituyen las proteínas de superficie, la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N), que son las que el sistema inmune del individuo infectado reconoce como antígenos “extraños”.

Existen 18 subtipos de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa diferentes, de H1 a H18 y de N1 a N11 respectivamente, por lo que potencialmente existen decenas de combinaciones del subtipo de influenza A, siendo H5N5 una de ellas.

Dentro de cada subtipo existe una considerable variabilidad, lo que repercute en la patogenicidad de la cepa. La mayoría de los subtipos de virus influenza patógenos para los seres humanos se originan en aves, pero también en cerdos, que ofrecen un espacio ideal para que variantes de diversos orígenes se mezclen (recombinación).

En las aves acuáticas, los virus de influenza A se replican y son eliminados del tracto digestivo, lo que permite la transmisión por el agua. En humanos, porcinos y otros modelos de mamíferos, los virus de la influenza se replican en el tracto respiratorio superior o inferior, lo que favorece la transmisión aérea.

La infección a humanos es excepcional

En circunstancias excepcionales, los virus de la gripe aviar pueden infectar a seres humanos y hacerles enfermar. La mayoría de los casos documentados en personas han ocurrido tras la exposición directa a animales infectados.

Hasta ahora casi todos los casos mortales en humanos habían sido causados por el linaje euroasiático H5N1. El caso estadounidense es el primero conocido en que el H5N5 causa la muerte de un humano.

A pesar de que existen informes que sugieren la capacidad de los subtipos H5 para infectar a los humanos, la propagación eficiente de estos virus es limitada entre las personas. Pero aunque el riesgo para la población general es bajo, es recomendable tomar medidas preventivas, como evitar el contacto directo con aves silvestres, aves de corral y otros animales enfermos o muertos, observándolos solo a distancia y no tocando superficies o materiales contaminados con su saliva, mucosidad o heces.

En caso de que sea inevitable el contacto cercano o directo con animales enfermos o muertos, es crucial utilizar el equipo de protección personal recomendado. Además, es prudente lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, y abstenerse de tocar y consumir leche cruda y productos lácteos crudos, especialmente aquellos provenientes de animales con una infección confirmada o sospechada, o que se encuentren en áreas con animales infectados.

La vacuna contra la gripe estacional no protege contra la gripe aviar, pero se recomienda su administración para reducir el riesgo de que una persona se infecte de ambas a la vez, porque podría aumentar la posibilidad de que surja un virus de la gripe aviar con mayor capacidad de transmisión entre humanos.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.