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Ilustración: Pedro Crenes

Quizás ha llegado la hora de empezar a juntar voces que presionen a los que hacen leyes para que comiencen a trabajar por lo que de verdad importa

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Artículo por: Pedro Crenes Castro


Preocupa la indiferencia y el olvido de que, para poder pensar el futuro, necesitamos herramientas para comprender el presente

Prohijar una Biblioteca

Alguien propuso en estos días, ante la Comisión de Educación, Cultura y Deportes de la Asamblea Nacional, un anteproyecto de ley para la creación de un patronato para las Bandas Independientes, al que se destinaría el 0.001 % del PIB nominal, con un crecimiento proyectado del 6 % anual, unos 863 mil dólares según calculan los expertos. Se mire por donde se mire, un dineral.

Llevo tiempo preguntándome, dónde están los intelectuales panameños. Ante una noticia como esta apenas hay reacciones de escritores, académicos, catedráticos o cualquier otro tipo de representante de lo que debe ser el cerebro reflexivo de nuestra sociedad. ¿No se nos ha ocurrido prohijar una biblioteca como la Nacional? ¿Es tan difícil? Imagínese por un momento lo que podría hacer anualmente, y subiendo, la Biblioteca Nacional con esa cantidad de dinero.

Nos hemos olvidado de que las bibliotecas son espacios necesarios para la salud de cualquier democracia. Habilitarlos, poder tenerlos con la calidad necesaria, es fundamental para la sociedad. Nadie es capaz de decir que este dinero significaría poner en verdadera órbita, no solamente la Biblioteca Nacional, sino toda la red de bibliotecas de la República. Con ese dinero anual podíamos tener una buena biblioteca en cada provincia del país, y poner en marcha otras pequeñas en otros puntos necesarios. El silencio, que es un derecho, nos convierte muchas veces en cómplices, a nuestro pesar, de un absurdo que no tiene explicación.

Quizás ha llegado la hora de empezar a juntar voces que presionen a los que hacen leyes para que comiencen a trabajar por lo que de verdad importa. Si no fomentamos la existencia de una Biblioteca Nacional dotada con las herramientas necesarias para ser de verdad garante de nuestra memoria cultural por escrito, nos exponemos a que, en poco tiempo, las polillas y el olvido terminen por borrar del mapa nuestro acervo cultural. Y no es exagerar, es reconocer que, en tiempos como estos, de indiferencia crítica, es más necesario que nunca dar acceso a los libros a más y más de nuestros compatriotas.

Me llamó la atención esta frase, que encierra bien el espíritu de esta reflexión: «Cualquiera que sea el coste de nuestras bibliotecas, es barato comparado con el de una nación ignorante». No se trata de cuanto recibe o no del estado la Biblioteca Nacional, se trata de cuánto más necesita, de cómo es posible que ante propuestas tan peregrinas para dotar de dinero a otros sectores ¿culturales?, no seamos capaces de ver que nuestras prioridades intelectuales están totalmente retorcidas.

Preocupa la indiferencia y el olvido de que, para poder pensar el futuro, necesitamos herramientas para comprender el presente. Ojalá que los intelectuales panameños despierten, por muchas razones, pero esta es quizás una de las más importantes. Solo podremos defendernos leyendo, por eso es tan urgente, como nunca, que tengamos las mejores bibliotecas del mundo. Ojalá.


Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña | [email protected]

Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.