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Por: Dra. Karen Courville FACP

Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión.

El síndrome de Alport es una enfermedad renal hereditaria de curso progresivo, que ocurre por defectos genéticos.  Las alteraciones se producen en las proteínas de la membrana basal glomerular en los genes para el colágeno tipo IV que se encargan del arreglo correcto de la membrana basal a nivel glomerular en el riñón, en el oído y en el ojo.

¿Cómo se hereda esta enfermedad?

Existen tres patrones de herencia:

  • Ligado al cromosoma X: En este caso se presenta en el 60% de los casos; los pacientes son hombres y progresan a enfermedad renal crónica terminal.
  • Patrón autosómico recesivo: puede afectar a hombres y mujeres y ocurre en el 10% a 15% de los casos y es severo, ya que se afecta ambas copias del gen de colágena.
  • Patrón autosómico dominante:  ocurre en menos del 10% de los casos, es el más raro, y afecta a uno solo de los genes, por lo que es menos severo.

¿Cuáles son las manifestaciones según el tipo de herencia?

La afectación renal se presenta inicialmente como episodios aislados de hematuria microscópica (se ven al microscopio glóbulos rojos en orina, pero no son evidentes a simple vista) o hematuria macroscópica (orina de color rojo, por presencia de glóbulos rojos en mayor cantidad), de manera esporádica en la infancia.

La progresión de la enfermedad produce pérdidas de proteínas en la orina, que a su vez generan cicatrices que van dañando el riñón hasta producir enfermedad renal crónica terminal con los años.

En el caso de los ligados al cromosoma X, el daño renal es progresivo, produciendo enfermedad renal antes de los 40 años. Las formas recesivas pueden ser portadores asintomáticos en el caso de los heterocigotos, con hematuria microscópica pero sin progresar a enfermedad renal; los homocigotos pueden presentar enfermedad renal severa, tanto en hombres como mujeres.  Las formas autosómicas dominantes progresan muy lento, con aparición en la quinta o sexta década de la vida.

Debido a que el colágeno tipo IV es también un componente de la membrana basal del oído y del ojo, existe afectación a las estructuras de soporte de estos órganos. La mitad de los afectados pueden presentar una alteración en la forma del cristalino, conocido como lenticono anterior, que puede producir disminución de la agudeza visual. 

En el oído la afectación es sensorineural, con afectación en la transmisión del sonido a impulsos nerviosos, produciendo sordera bilateral y progresiva.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

El abordaje de cualquier enfermedad siempre se realiza mediante una buena historia clínica, en donde además de preguntar por síntomas, se pregunta por antecedentes familiares.  En el caso de las enfermedades hereditarias, se realiza un árbol genealógico para poder identificar otros miembros afectados o portadores de la enfermedad en la familia. 

Las pruebas genéticas son de gran importancia para el diagnóstico del caso en estudio.  Una vez identificada la mutación o mutaciones presentes, se hace la búsqueda en el resto de la familia, lo que permite un abordaje más temprano en aquellos que aún no presentan síntomas.

En los países en donde no se cuenten con pruebas genéticas, la biopsia renal es una alternativa útil para realizar el diagnóstico.  Los hallazgos en la biopsia son muy significativos, ya que además de identificar la causa, nos habla de pronóstico, al evaluar el bienestar o daño del tejido renal.

Existen otras patologías que pueden causar manifestaciones similares al Síndrome de Alport, y que se pueden identificar en la biopsia o estudios genéticos, para mencionar algunas:  Nefropatía por IgA, Glomerulopatías C3 o Hematuria Famliar Benigna.

¿Tiene tratamiento el Síndrome de Alport?

Debido a que esta enfermedad pertenece al grupo de enfermedades raras, los tratamientos específicos continúan en desarrollo debido a que los estudios clínicos tienen pocos pacientes y esta enfermedad inicia a manifestarse en la infancia, lo que hace más difícil la implementación de tratamientos en experimentación.

Existe buena evidencia con el uso de inhibidores de enzima convertidora de angiotensina, que se utilizan para disminuir la pérdida de proteínas en la orina, confiriendo una protección al riñón retrasando la progresión. 

Estos medicamentos se van titulando y aumentando la dosis dependiendo el grado o pérdida de proteínas en orina. Para información sobre recomendaciones de tratamiento los invitamos a leer nuestra publicación en el siguiente link: Síndrome de Alport: una actualización en fisiopatología, genética, diagnóstico y tratamiento | Revista de Nefrología, Diálisis y Trasplante (revistarenal.org.ar)

Por el momento, el diagnóstico temprano ayuda a retrasar la progresión de la enfermedad y mejora la sobrevida de los pacientes.  Debemos conocer este y otros diagnósticos de enfermedades raras para poder realizar un buen diagnóstico diferencial con nuestros pacientes.

Por: Dra. Karen Courville FACP