fbpx
Imagen de Freepik
Es fácil pensar que el SVC solo afecta a aquellos que pasan horas frente a una pantalla. Sin embargo, el alcance es mucho más amplio y se extiende a todas las edades

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena

La Dra. Liliana (Lily) Arosemena es egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología  (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología  (SPO). En instagram: @retinapanama

En la era digital actual, un número creciente de personas enfrenta un problema que, aunque relativamente nuevo, se está convirtiendo en una preocupación de salud pública: el Síndrome de Visión por Computadora (SVC). Este conjunto de síntomas que incluye fatiga ocular, irritación, visión borrosa, y dolor de cabeza, se ha vuelto cada vez más prevalente con el aumento del uso de dispositivos digitales. En estas líneas, abordaremos situaciones básicas en torno al SVC y cómo la investigación científica y el avance tecnológico pueden ofrecer un camino hacia un futuro mejor.

Una de las objeciones comunes es que el SVC es un mal menor, una «excusa» para evitar el trabajo. Sin embargo, estudios muestran que el SVC es una condición real y significativa que afecta la calidad de vida de muchas personas.

La investigación ha demostrado que la prevalencia de los síntomas del SVC se puede encontrar en un porcentaje notable de personas que utilizan dispositivos digitales a diario. Entender que el SVC puede influir en el rendimiento laboral, el bienestar general e incluso en la salud física es crucial. Al abordar esta condición de manera proactiva, podemos fomentar un ambiente laboral más saludable y productivo.

Otra preocupación es la falta de opciones efectivas de prevención y tratamiento. Aunque algunas personas pueden sentir que no hay soluciones, hay investigaciones prometedoras que sugieren que existen formas de mitigar los síntomas.

Según un estudio de Sheppard y Wolffsohn (2018), ajustes simples como la regla 20-20-20 (mirar a 20 pies de distancia cada 20 minutos durante 20 segundos) y la reducción de deslumbramiento en las pantallas pueden ayudar a aliviar los síntomas. Además, se han desarrollado lentes especiales y ejercicios oculares que pueden ser beneficiosos.

Con una mayor visibilidad de estas prácticas y el desarrollo continuo de nuevas soluciones, existe una gran esperanza para aquellos que sufren de SVC.

Otra objeción podría ser que el SVC causa daños permanentes en la salud visual. Sin embargo, la investigación ha indicado que, en muchos casos, los síntomas son reversibles.

Ya los estudios han demostrado que mediante cambios simples en el estilo de vida y la ergonomía del trabajo, se pueden mejorar significativamente las condiciones visuales. La capacidad de adaptación y recuperación del cuerpo humano es extraordinaria, y con el conocimiento adecuado, muchas personas pueden recuperar la comodidad y la salud visual con el tiempo. Esto debería alentar a quienes sienten que están atrapados en una lucha sin fin con el SVC.

Es fácil pensar que el SVC solo afecta a aquellos que pasan horas frente a una pantalla. Sin embargo, el alcance es mucho más amplio y se extiende a todas las edades, incluido el uso de dispositivos móviles por jóvenes.

Según un informe de la American Optometric Association, el SVC afecta a más del 50% de los adultos que pasan más de dos horas al día en un dispositivo digital. Esto subraya la necesidad de una conciencia social y de intervenciones a gran escala. Al mejorar la educación sobre el SVC, podemos armar a las personas con el conocimiento necesario para gestionar su salud visual de manera efectiva.

Finalmente, puede parecer que la cultura laboral moderna, que depende del uso de tecnología, no cambiará. Sin embargo, esto también puede ser visto como una oportunidad. Se están llevando a cabo investigaciones sobre alternativas en el lugar de trabajo y organizaciones están comenzando a implementar políticas para proteger la salud visual de sus empleados.

Se están desarrollando también tecnologías innovadoras, como la realidad aumentada y las pantallas de bajo estrés ocular. Esto indica que las empresas están comenzando a adaptar su cultura y entorno para abordar estos problemas, lo que es un signo positivo para el futuro.

En conclusión, aunque el Síndrome de Visión por Computadora es un desafío moderno, la investigación continúa avanzando y las soluciones abundan. Al abordar las objeciones que rodean esta condición, podemos fomentar un enfoque positivo, que no solo arroje luz sobre la importancia de la salud visual, sino que también inspire a individuos y organizaciones a tomar medidas.

Concebir un futuro en el que la tecnología y la salud visual coexistan en armonía es posible, y cada uno de nosotros puede ser parte de esa transformación.

Referencias:

  • Sheppard A.L., Wolffsohn J.S. Digital eye strain: prevalence, measurement and amelioration. BMJ Open Ophthalmol. 2018.
  • Kaur K., et al. Digital Eye Strain- A comprehensive review. Ophthalmol Ther. 2022.

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena