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Integrado al expediente clínico electrónico, permitiría saber en el momento exacto quién está pendiente de cualquiera de las dosis recomendadas, evitar errores de registro y facilitar decisiones más rápidas ante riesgos de brotes, coinciden el Dr. Rodrigo De Antonio y el Dr. Xavier Sáez-Llorens, científicos e investigadores, como parte de las recomendaciones luego de conocerse los últimos datos de vacunación en el mundo y la región

Por: Violeta Villar Liste

El Dr. Sáez-Llorens considera imperativo que CONAPI “sea el órgano indicado para recomendar las estrategias y esquemas de inmunización en el país y funcione con total independencia del Minsa, con el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) como entidad ejecutora”.

Nuevos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef reflejan que la cobertura mundial de vacunación infantil se ha estabilizado, pero todavía persisten desafíos como los niños y niñas que nunca han recibido una sola dosis de vacunas: OPS: Vacunación infantil muestra avances en las Américas, pero más de 1,4 millones de niños no recibieron vacunas de rutina en 2024

¿Cuál es la situación y perspectivas en Panamá? Al respecto, el Dr. Rodrigo De Antonio, científico, médico epidemiólogo y quien forma parte de la Comisión para la Eliminación de Sarampión, Rubéola y Síndrome de Rubéola Congénita en Panamá, observa que “Panamá ha sido históricamente líder en inmunización, pero no está exento de los desafíos regionales. El incremento de niños con “cero dosis” en las Américas, sugiere que algunos sectores de la población panameña, especialmente en áreas de difícil acceso o poblaciones móviles, podrían no estar recibiendo ni siquiera las vacunas básicas, lo que representa un riesgo sanitario significativo”.

En relación con la cobertura regional con la primera y segunda dosis de la vacuna triple viral (sarampión, paperas y rubéola) señala que ha mostrado un leve aumento, “pero sigue siendo insuficiente para alcanzar la meta del 95% necesaria en la prevención de brotes”.

“En el caso de Panamá, si bien se han mantenido niveles estables de cobertura en los últimos años, la interrupción de servicios durante la pandemia, sumada a brechas geográficas y sociales, aumenta el riesgo de acumulación de susceptibles, especialmente en comunidades rurales, indígenas o migrantes”.

El fenómeno global de desinformación afecta también a Panamá, advierte.

“El auge de discursos antivacunas y la circulación de información errónea en redes sociales representan una amenaza creciente, particularmente en un país con alto uso y acceso a plataformas digitales. Esto puede traducirse en reticencia a completar esquemas o en rechazo abierto a ciertas vacunas”.

Sistema digital integrado al expediente clínico

El experto comparte un conjunto de recomendaciones fundamentales para cerrar brechas de inmunización y blindar al país con la protección que conceden las vacunas.

Considera que el país “necesita continuar los esfuerzos para tener un sistema digital de inmunización que esté plenamente integrado al expediente clínico electrónico. Esto permitiría saber en el momento exacto quién está pendiente de cualquiera de las dosis recomendadas, evitar errores de registro y facilitar decisiones más rápidas ante riesgos de brotes. La tecnología debe estar al servicio de la salud pública, y este es un paso clave para lograrlo”.

Otras recomendaciones expuestas por el especialista:

  • Utilizar datos desagregados del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) para identificar comunidades con menores coberturas. Se recomienda continuar con campañas periódicas de barrido, especialmente en zonas rurales, comarcas indígenas y sectores urbanos marginados.
  • Dado que la segunda dosis es crítica para cerrar la brecha de inmunidad, se deben implementar recordatorios automáticos, visitas domiciliarias y vacunaciones escolares. Esto es esencial para evitar la reintroducción del sarampión, considerando su alta transmisibilidad.
  • Panamá debe garantizar una detección oportuna de casos sospechosos de sarampión, con sistemas de notificación en tiempo real y capacidad de respuesta rápida ante cualquier brote. La capacitación del personal de salud en vigilancia sindrómica es clave. Esto es importante que cumpla con el reporte mínimo esperado definido por la OPS en todas las regiones de salud.
  • Es indispensable que todo el personal de salud esté actualizado en las recomendaciones del esquema nacional de vacunación, desde médicos hasta enfermeras. Cada encuentro con la población es una oportunidad para educar, resolver dudas y reconstruir la confianza en las vacunas. Los trabajadores de salud deben ser los primeros aliados en la lucha contra la desinformación.

Sistema digital, aliado de la inmunización

El Dr. Xavier Sáez-Llorens, jefe del Departamento de Investigación y del  Servicio de Infectología Pediátrica del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel, así como Investigador Distinguido del Sistema Nacional de Investigación (SNI) de la Senacyt, también considera que el sistema digital de inmunización (ojalá un carné nominal que se porte en el celular) es vital para tener información en tiempo real en relación con la prevención de las infecciones infantiles.

En el caso del Virus Respiratorio Sincitial (VRS) expresa que tener los datos en tiempo real resulta crucial, “especialmente porque el país decidió por una estrategia mixta, operativamente más compleja”.

Otro punto relevante, sostiene, es que debemos evitar que las coberturas dependan de las campañas de barrido (vacunación en sucio), salvo en situaciones puntuales.

Las coberturas, afirma, deben lograrse en los programas rutinarios de inmunización.

El Dr. Sáez-Llorens considera imperativo que la Comisión Nacional Asesora de Prácticas de Inmunización (CONAPI) “sea el órgano indicado para recomendar las estrategias y esquemas de inmunización en el país y funcione con total independencia del Minsa, con el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) como entidad ejecutora”.


La salud infantil global, una responsabilidad que debe ser compartida de forma equitativa

Ángel Hernández Merino, pediatra y colaborador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría y de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, en reacción recogida por el SMC España (*), expresa que “los datos que aportan la OMS y UNICEF tienen un gran valor por varias razones. En primer lugar, porque se trata de nuevos datos para una serie histórica de gran alcance, con una metodología fiable y estable en el tiempo. En segundo lugar, porque dibujan un panorama general preciso de la situación de las inmunizaciones infantiles y señalan, también con precisión, los puntos débiles y los retos a abordar”. 

Observa que estos datos son similares a otro estudio reciente, hecho con metodología distinta y que conducen a la conclusión de lograr “que la comunidad internacional asuma la responsabilidad compartida de mejorar la protección de la salud infantil de forma equitativa en el mundo, con la seguridad de que es posible lograrlo con instrumentos como las vacunaciones, que ya han sido artífices de logros extraordinarios como la desaparición de la viruela y la drástica reducción de terribles enfermedades como la polio, la difteria y otras”. 

Una conclusión rápida del estudio actual, lleva a resumir al Dr.Hernández Merino: “En 2024 se ha constatado una mejoría en algunos de los indicadores clave comparados con 2023, pero esta mejoría es leve e insuficiente, pues no se ha recuperado el estatus previo a la pandemia y se estima que de mantenerse el ritmo actual no se alcanzarán los objetivos marcados para 2030 (como, por ejemplo, reducir a la mitad la cantidad de niños con cero dosis en comparación con los de 2019 y alcanzar una cobertura mundial del 90 % para las vacunas DTP (3 dosis), neumococo conjugada (3 dosis) y sarampión (2 dosis) a lo largo de la vida”. 

Como aspectos positivos, resalta: “Las mejorías más apreciables se han observado con las coberturas de: la vacuna antipolio inactivada en países con brotes de polio por virus derivados de las vacunas orales; la vacuna antineumocócica conjugada; la vacunación del rotavirus y la del virus del papiloma humano. La contraparte es que aún queda mucho recorrido para estas vacunaciones en los países que más las necesitan”. 

“Otro aspecto relevante es señalar el papel del soporte de Gavi [la Alianza para la Vacunación, organización internacional de colaboración público-privada], que en la actualidad alcanza a 57 países. Un indicador nuevo mostrado en este estudio de OMS/UNICEF es el «Breadth of Protection» (algo así como «amplitud de la protección»), un indicador que reúne las coberturas de 11 vacunaciones prioritarias en un solo valor muestra que los países bajo la protección de Gavi, en conjunto, alcanzan valores similares a los del conjunto del resto de países fuera del ámbito de Gavi. Los datos muestran, también, las dificultades que sufren los países que dejan de estar bajo el paraguas de Gavi los años siguientes a ello”. 

Expresa su preocupación por la tendencia a una mayor desigualdad que podría aumentar con los años: “África es la única región de la OMS que, aún hoy, sigue experimentando aumentos continuos de la cohorte anual de nacimientos; cada año de los próximos mientras se mantenga esta tendencia, más niños necesitarán ser vacunados”. 

Observa que se “necesita un compromiso político y financiero estable en el tiempo para mantener un sistema de atención primaria que aporte equidad a los programas de salud, las inmunizaciones entre ellos”, ahora presionado por los recortes anunciados por las nuevas autoridades de Estados Unidos.

África González Fernández, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo, investigadora del Instituto de investigación Galicia sur (IIS-GS) y académica de la RAFG, citada por SMC España, resalta que los datos del informe de la OMS y UNICEF cubre un total de 24 años de estudio.

“Esto permite tener una foto de la evolución de la cobertura vacunal a nivel mundial, así como identificar si ha habido mejoras o retrocesos en conseguir que todos los niños sean protegidos frente a las infecciones más graves. También analiza los datos en relación con factores de renta de distintos países y conflictos, que pueden influir en una mayor prevalencia de niños sin vacunar”. 

“Es interesante ver cómo todos los avances alcanzados desde 2000 a 2019, se rompieron durante la pandemia en 2020. Aún 4 años después de la pandemia, no se han logrado alcanzar los buenos datos de cobertura vacunal que se tenían en el 2019”, advierte.

Entre otras novedades, dice que el dato de sarampión es muy relevante:En los últimos 5 años hay 80 países que han sufrido brotes de sarampión, que están asociados con bajas coberturas vacunales”.

Otro elemento, es la introducción de nuevas vacunas como las conjugadas de neumococo, rotavirus y papiloma. En relación con la vacuna frente al virus del papiloma humano, se ha observado un incremento a nivel global, sobre todo por gran número de países (64) que introdujeron la vacunación en el 2024”.

Resalta que se trata de un estudio “muy bien realizado de coberturas vacunales, de la institución más fiable y de la que debemos tomar como referencia” y agrega como recomendación “incluir el descenso en las infecciones cubiertas por dichas vacunas en los distintos países, ya que solo incluye los países con brotes de sarampión. Este sería otro estudio mucho más complejo, sobre todo para obtener datos de países con mala cobertura sanitaria y seguimiento de los niños”. 

Quique Bassat, director general e ICREA research professor en el Instituto de Salud Global Barcelona, consultado por SMC España, dice que “el informe anual de la OMS y UNICEF sobre coberturas globales de vacunación en niños ofrece algún destello de esperanza después de varios años de oscuridad y malas noticias, causadas principalmente por las disrupciones resultantes de la pandemia COVID-19. En relación con el año 2023, los indicadores globales de cobertura vacunal han mejorado modestamente, con menos niños a nivel global que no hayan recibido ninguna vacuna («zero dosis”), y con alguna mejoría discreta de la cobertura global para las principales vacunas administradas rutinariamente en la primera infancia”.  

Sin embargo, reflexiona, el progreso es modesto, y en gran parte no demuestra una recuperación a los niveles prepandemia. Son precisamente los países más pobres los que están mostrando menos signos de recuperación, y los que están todavía más lejos de recuperar las coberturas vacunales prepandémicas, una nueva muestra de las importantes inequidades en salud existentes.

(*) Science Media Centre España (SMC España) es una oficina independiente que ofrece a los medios recursos, contenidos fiables y fuentes expertas para cubrir la actualidad relacionada con la ciencia