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Retrasar la dosis de la vacuna contra la hepatitis B al nacer provocaría un aumento de infecciones, advierte también un estudio independiente citado por la Academia Americana de Pediatría, mientras la Asociación Española de Vacunología defiende en comunicado la seguridad vacunal. La Sociedad Venezolana de Infectología subraya que la evidencia demuestra  la eficacia preventiva de la vacuna luego de las primeras horas tras el parto

Con información institucional

La Sociedad Panameña de Pediatría (SPP) expresó su rechazo a la recomendación anunciada por el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP)  de los Estados Unidos de eliminar la vacunación universal contra Hepatitis B al nacimiento y reemplazarla por un esquema de decisión individualizada.

Durante más de tres décadas, señala la SPP, la vacunación universal contra Hepatitis B en las primeras horas de vida ha demostrado ser una intervención altamente efectiva para prevenir la transmisión perinatal del virus y reducir la incidencia de infección crónica, cirrosis y cáncer hepático en la población infantil.

Eliminar la dosis al nacer aumenta el riesgo de infección en recién nacidos, especialmente en contextos donde puede existir:

  • Diagnóstico prenatal incompleto o tardío.
  • Serologías maternas desconocidas o mal documentadas.
  • Errores en la identificación de madres infectadas.
  • Brechas en la atención obstétrica o en el seguimiento postnatal.

En concordancia con múltiples organismos internacionales y con el Esquema Nacional de Vacunación de Panamá, la SPP reafirma en comunicado la importancia de administrar la primera dosis de la vacuna contra Hepatitis B dentro de las primeras 12 horas de vida. Retrasar esta dosis hasta los 2 meses debilita una estrategia fundamental para reducir la carga global de Hepatitis B y expone a los recién nacidos a riesgos innecesarios.

En América Latina, y particularmente en Panamá, persisten desafíos que se deben atender:
• Cobertura prenatal irregular.
• Acceso variable a serologías maternas oportunas.
• Nacimientos fuera de instalaciones formales de salud.
Estas realidades hacen que la vacunación universal al nacer no sólo sea recomendable, sino indispensable para garantizar equidad, simplificar procesos de protección y evitar fallas del sistema que puedan tener consecuencias graves en la salud de los niños.

Por décadas, el ACIP ha sido un referente internacional por su rigor científico y su contribución al avance de las políticas de inmunización.

Sin embargo, lamentan, las decisiones anunciadas en las últimas reuniones, constituyen cambios significativos que no se alinean con la mejor evidencia disponible ni con los principios de prevención que han demostrado proteger a millones de niños en todo el mundo.

La Sociedad Panameña de Pediatría reafirma en el comunicado su compromiso con la ciencia, las decisiones basadas en evidencia, la equidad y la protección de todos los niños en Panamá.

En consecuencia, mantendrá y defenderá la recomendación de aplicar la vacuna contra Hepatitis B dentro de las primeras 12 horas de vida, indica.

La institución exhorta “respetuosamente a las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) a que las políticas de inmunización del país continúen guiándose por la mejor evidencia científica disponible y mantengan como prioridad absoluta la protección de la salud infantil”.

La vacunación al nacimiento contra Hepatitis B, reiteran, es una herramienta esencial de prevención, y cualquier modificación en las políticas actuales debe salvaguardar siempre el bienestar y la seguridad de los recién nacidos en Panamá.

Vacuna contra la Hepatitis B es segura

La Sociedad Venezolana de Infectología (SVI) informó en sus redes institucionales quela vacunación  contra la Hepatitis B al nacimiento es segura y altamente eficaz, con tasas de protección superiores al 95% cuando se administra oportunamente y se completa la serie”.

Documentan que desde el año 2020, esta vacunación al nacer el bebé “ha sido adoptada por 190 de los 194 países miembros de la OMS, según un informe de los CDC de 2022. Más de la mitad de esos países la administran a todos los recién nacidos inmediatamente después del nacimiento”.

La OMS en general “recomienda la administración universal de una dosis de vacuna monovalente contra la hepatitis B lo antes posible tras el nacimiento, preferentemente dentro de las primeras 24 horas de vida, para prevenir la transmisión perinatal del virus”.

La evidencia, explica la institución gremial, médica y científica venezolana, demuestra que la eficacia preventiva es máxima cuando la dosis se administra en las primeras horas tras el parto, y disminuye significativamente si se retrasa más allá de las 24 horas.

“Posteriormente, se deben completar al menos dos dosis adicionales como parte del esquema de vacunación infantil, ya sea con vacunas monovalentes o combinadas, según el programa nacional”.

La SVI invita a ampliar el conocimiento de las recomendaciones con la lectura del
Consenso Venezolano de Vacunación de Niños y Adultos 2023, (a actualizarse en 2026) esfuerzo de la Sociedad Venezolana de Infectología junto a la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, Sociedad Venezolana de Salud Pública, Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Venezuela Sociedad Venezolana de Neumonología y Cirugía Torácica.

La vacunación contra la hepatitis B al nacer, reiteran, es una intervención crítica y respaldada por consenso internacional para la prevención de la transmisión vertical y la reducción de la carga global de hepatitis B.

Riesgo de nuevas infecciones

“Retrasar la dosis de la vacuna contra la hepatitis B al nacer provocaría un aumento de infecciones sin ningún beneficio para la seguridad o eficacia de la vacuna, según un nuevo análisis independiente”, dijo la Academia Americana de Pediatría (AAP), en un comunicado en su sitio web.

La institución citó datos del Proyecto de Integridad de las Vacunas, con sede en el Centro de Investigación y Políticas de Enfermedades Infecciosas (CIDRAP) de la Universidad de Minnesota, que publicó sus hallazgos de más de 400 estudios e informes.

“Tras una revisión exhaustiva, no encontramos datos de seguridad ni eficacia que apoyen retrasar la decisión de los padres de vacunar a sus recién nacidos contra la hepatitis B”, declaró en un comunicado de prensa el director del CIDRAP, Michael T. Osterholm, Ph.D., MPH. “En cambio, demostró que un retraso pondrá en peligro innecesariamente la salud de los niños estadounidenses, exponiéndolos a una mayor proporción de contraer la infección por VHB”.

El experto considera que esta evidencia cuestiona la pretensión de ACIP de cambiar la recomendación actual de vacunación del niño al nacer.

Desde 1991, argumentan, el ACIP recomienda una dosis al nacer de la vacuna contra la hepatitis B.

“Al administrarse junto con la inmunoglobulina contra la hepatitis B, la vacuna reduce la transmisión del virus de la madre al recién nacido entre un 83 % y un 97 %, según el informe. Las infecciones anuales de hepatitis B en bebés y niños se han reducido en un 99 %, de 16 000 a menos de 20”.

«La evidencia demuestra que la vacuna es segura, y las reacciones suelen ser de leves a moderadas y temporales. No se observaron mayores riesgos al administrarla al nacer en comparación con administrarla un mes o más tarde».

La hepatitis B es una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis B. La infección puede ser aguda (corta y grave) o crónica (a largo plazo), informa la Organización Mundial de la  Salud (OMS).

“La hepatitis B se puede prevenir mediante una vacuna segura y eficaz. Esta suele administrarse poco después del nacimiento, y las dosis de refuerzo unas semanas más tarde. Ofrece una protección prácticamente total contra el virus”.

La AAP continúa recomendando administrar a los recién nacidos una dosis de la vacuna contra la hepatitis B dentro de las 24 horas posteriores al nacimiento, con dosis adicionales entre los 1 y 2 meses y entre los 6 y 18 meses.

Las vacunas son seguras

La Asociación Española de Vacunología, por su parte, ha hecho público un manifiesto, respaldado por diversas sociedades y asociaciones científicas, para responder a la reciente publicación de los CDC de EE. UU. sobre la seguridad vacunal.

El manifiesto es promovido por la Asociación Española de Vacunología y avalado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT), la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS) y la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP).

En el documento se subraya que las vacunas son los fármacos más seguros que existen y no producen autismo

Las entidades recuerdan que la supuesta relación entre vacunas y autismo ha sido “exhaustivamente estudiada y categóricamente descartada” por la comunidad científica.

La posición firme a favor de la inmunización la promueven como herramienta para garantizar sociedades más sanas.

Con información institucional