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La Dra. Ana Belén Arauz indica que la seguridad y efectividad dependerá del tipo y grado de inmunosupresión que presente el paciente

Por: Violeta Villar Liste

El X Congreso Nacional de Enfermedades Infecciosas de Panamá que organizó la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Panamá (SEIP), se celebró los recientes días 27 y 28 de septiembre

El paciente con inmunosupresión es quien presenta debilidad en su sistema inmunitario. Esta condición le dificulta combatir las infecciones.

En el caso de enfermedades como SARS-CoV-2 a los pa­cientes inmunosuprimidos se les dio prioridad en el proceso inicial de vacunación por el riesgo que significaba la infección en sus vidas. La vacuna les concedió protección.

¿Pero cuáles son las vacunas para una persona inmunosuprimida y los beneficios? Sobre este tema expuso la Dra. Ana Belén Arauz, especialista en Medicina Interna e Infectología, científica y subdirectora médica general del Hospital Santo Tomás, durante el X Congreso Nacional de Enfermedades Infecciosas de Panamá que organizó la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Panamá (SEIP), los recientes días 27 y 28 de septiembre.

El paciente inmunosuprimido

Dra. Ana Belén Arauz

La Dra. Ana Belén Arauz recordó que la meta con la vacunación es lograr que el riesgo sea menor a sufrir la enfermedad. Es una estrategia que reduce severidad, enfermedad y capacidad de transmisión.

En general, “la seguridad y efectividad dependerá del tipo y grado de inmunosupresión”.

La inmunosupresión puede ser severa en pacientes con enfermedades hematológicas  y oncológicas. También en pacientes con VIH (inmunodeficiencia congénita o adquirida), una población que en Panamá supera las 30,000 personas.

Los pacientes con trasplante de órganos constituyen una población más expuesta a las infecciones. Con trasplante de riñón existen 1,000 personas en Panamá y 300 hepáticos.

En las personas con enfermedades autoinmunes se ha determinado que es segura su vacunación.

Se estima que el 4% de la población es inmunosuprimida. De hecho, el 25% de quienes se hospitalizaron a causa de COVID-19, eran pacientes con inmunosupresión.

Vacunación en el paciente inmunosuprimido

La especialista indica que la seguridad y efectividad dependerá del tipo y grado de inmunosupresión que presente el paciente.

Las vacunas vivas atenuadas generalmente estarán contraindicadas, con excepciones como la vacuna contra mpox (viruela símica) porque el virus no se replica.

Una vacuna  viva es aquella que “usa una forma debilitada (o atenuada) del virus que causa una enfermedad” y al ser similar a la infección natural ayuda a prevenir e incluso “crean una respuesta inmunitaria fuerte y de larga duración”.

Las llamadas inactivadas utilizan fragmentos del germen (virus, bacterias) que causa la enfermedad (una proteína, por ejemplo),

La Dra. Arauz señala que todo médico, ante un paciente inmunosuprimido, si tiene dudas debe consultar a los especialistas.

Por ejemplo, hay consultas frecuentes por fiebre amarilla, vacuna que la solicitan algunos países para viajar. No está indicada en personas inmunosuprimidas.

La Dra. Arauz señala que debe existir un abordaje muy centrado en el paciente: dialogar y tomar decisiones de manera compartida.

Vacunarse para evitar la enfermedad por virus respiratorios

En el caso de los virus respiratorios, a los cuales dedicó de manera especial su conferencia, la recomendación para el paciente inmunosuprimido es vacunarse para prevenir este tipo de enfermedades.

“Incluso en el adulto mayor existe una recomendación clara de vacunarlo”, expresó la Dra. Arauz.

En relación con COVID-19, “fuente importante de morbilidad y mortalidad”, la experta recordó que existe una evolución continua de nuevas variantes.

Al respecto, dijo que las vacunas actuales, tanto las de ARNm como las de subunidades de proteínas, “están disponibles, son seguras y efectivas”.

La vacuna contra influenza que se aplica en Panamá está indicada para pacientes con inmunosupresión, desde quien sufre patologías crónicas hasta VIH. De hecho, los reportes del Ministerio de Salud (Minsa) indican que  hasta el 21 de septiembre se han notificado 84 defunciones por influenza: 95% de las personas no estaban vacunadas.

En relación con la vacuna de neumococo conjugado, el esquema de vacunación para grupos de riesgo y con comorbilidades, indica que “estos pacientes deben recibir las 2 vacunas pero con 8 semanas de intervalos y comenzando siempre con la conjugada”.

La investigadora señala que además del paciente, es importante vacunar al entorno cercano, tanto a quienes viven como cuidan a las personas inmunosuprimidas ya que así se protege a ambos.

Reiteró que cada paciente inmunosuprimido “debe tener un plan de vacunación adaptado a su enfermedad y nivel de inmunosupresión”, entendiendo el beneficio de las vacunas al reducir la gravedad de la enfermedad.

Por: Violeta Villar Liste | [email protected]