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Por: Psicóloga María Mercedes Armas

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga. Egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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¿Es viable la inserción laboral para personas con trastornos mentales?

Para las personas con trastornos mentales incapacitantes la inserción laboral es un factor primordial como herramienta terapéutica, debido a que apoya su recuperación funcional, disminuyendo el riesgo de recaídas; además de permitirle ingresos económicos e integración social, lo cual a su vez repercute favorablemente en su salud mental y en sus vínculos familiares.

El trabajo viene a ser un elemento organizador de su vida, debido a la necesidad de estructurar el tiempo y las actividades productivas; lo cual influye en su valoración social, sus vínculos afectivos, su autopercepción, su autoestima. Todos estos elementos, en conjunto, van creando un círculo positivo que hay que reforzar.

Las personas con trastornos mentales controlados, pueden ser muy productivas al ubicarse en puestos de trabajo  adecuados para ellas. Tener un trastorno mental no implica que no se pueda desempeñar eficientemente; es necesario ubicar un trabajo donde su discapacidad no sea un impedimento para que lo desempeñen y puedan utilizar  sus capacidades, habilidades y conocimientos. 

Hay muchos prejuicios sociales que generan un estigma hacia las personas que padecen este tipo de enfermedades, considerando que son «peligrosas» o que no tendrán el cuidado suficiente; lo cual las coloca en una posición de vulnerabilidad porque les cierra puertas para acceder a un empleo.

A pesar de las legislaciones sobre el derecho al trabajo y a las consideraciones especiales que deben hacerse hacia personas con discapacidad, no hay muchas opciones para el acceso a puestos de trabajo. Lo ideal es la creación de programas de inserción laboral que tomen en cuenta factores importantes para el paciente psiquiátrico como los permisos para las citas médicas, la evaluación periódica de ejecución de tareas según las habilidades y el grado de la enfermedad, así como la capacitación. 

El empleo es la mejor protección contra la exclusión social. Se hace necesaria la creación de una red de apoyo que trabaje de manera coordinada entre la empresa, la familia y las instituciones médicas, colaborando en pro del proceso de inserción laboral con ingresos económicos, lo cual incide positivamente sobre la autoestima, la disminución de los síntomas y la reducción de la dependencia, en el incremento de la autonomía, e incluso en la propia psicopatología, y consecución de objetivos asistenciales, como la reducción de hospitalizaciones.

Para ello se hace necesario generar información que combata los prejuicios y sensibilice a las empresas, y a la sociedad en general, en cuanto al valor que tienen para ofrecer las personas con este tipo de enfermedades.

Hay factores positivos y negativos que inciden en el proceso de inserción laboral del paciente psiquiátrico. La dinámica social de la desinformación y los prejuicios, en torno a los trastornos mentales, se convierte en un factor que obstaculiza la inserción laboral.

En 2011 la Organización Mundial de la Salud  señaló que el  29% de las personas con esquizofrenia fueron discriminadas a la hora de buscar trabajo o conservarlo y el 42% de estas personas se sentía en la necesidad de ocultar su condición cuando se postulaba para un trabajo, intentaba ampliar su educación o capacitación.

Estos prejuicios se encuentran a nivel social en general, a nivel de las empresas y organizaciones e incluso en las mismas personas que sufren el trastorno, debido a que sienten el temor al rechazo, a la discriminación y a sentirse poco capacitados para afrontar un compromiso laboral.

Los pacientes con esquizofrenia, por ejemplo, son altamente dependientes de sus familiares para la subsistencia, ya que su deterioro  se produce más en la adultez, que es la etapa más productiva de la vida. La integración social y económica de estos pacientes, al ámbito laboral, reduciría el nivel de sobrecarga experimentado por los cuidadores cuya calidad de vida suele verse mermada cuando a la persona a su cargo se le imposibilita mantener un empleo por falta de programas de inserción laboral a nivel gubernamental.

Los pacientes que perciben apoyo de familiares, amigos y otros afines logran obtener aspectos satisfactorios, positivos y agradables en su calidad de vida que viene a constituir una barrera ante los aspectos insatisfactorios que se relacionan con la percepción de recibir poco apoyo social y ser discriminados por su padecimiento y los prejuicios asociados.

Por: Psicóloga María Mercedes Armas