La deshidratación, incluso leve, puede afectar la concentración, el estado de ánimo, la memoria y la función cognitiva en general
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid. Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia. Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)
El agua es el componente más abundante en el cuerpo humano, constituyendo aproximadamente el 50-75% del peso corporal, dependiendo de la edad, el sexo y la composición corporal. Su importancia es fundamental y abarca casi todas las funciones vitales:
El agua es el medio en el que se disuelven y transportan nutrientes (vitaminas, minerales, glucosa, aminoácidos), oxígeno, hormonas y otras sustancias esenciales a las células y tejidos. Permite que las reacciones químicas vitales se lleven a cabo.
A través de la transpiración (sudoración), el agua ayuda a disipar el calor excesivo del cuerpo, manteniendo una temperatura interna estable, crucial para el funcionamiento enzimático y celular.
Facilita la circulación sanguínea y linfática, transportando productos de desecho metabólico (como la urea y el ácido úrico) hacia los riñones para su excreción en la orina. Lubrica las articulaciones y los tejidos (como los ojos y la médula espinal), y actúa como un amortiguador para órganos vitales, protegiéndolos de impactos y fricciones. Es un componente principal del plasma sanguíneo, manteniendo el volumen adecuado para la presión arterial y la circulación eficiente de nutrientes y oxígeno.
El agua no solo es un solvente, sino que también participa directamente en muchas reacciones bioquímicas, como la hidrólisis en la digestión. Facilita el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y ayuda a la absorción de nutrientes en el intestino. La deshidratación, incluso leve, puede afectar la concentración, el estado de ánimo, la memoria y la función cognitiva en general.
Cantidad de agua recomendada y composición del agua corporal total

Las recomendaciones generales de ingesta de agua varían según el sexo, la edad, el nivel de actividad física, el clima y el estado de salud. Sin embargo, las pautas promedio de referencia para mujeres aproximadamente 2.5 litros y para hombres 3.5 litros de líquidos al día. Esto incluye agua pura, otras bebidas y el agua de los alimentos.
Es importante destacar que una parte significativa de esta ingesta proviene de alimentos y otras bebidas.
La ingesta de agua pura suele ser de 1.5 a 2 litros, pero la necesidad exacta es individual y se guía por la sed y el color de la orina, ya que mientras más clara esté, mejor hidratado está el paciente.
Muchos alimentos contribuyen significativamente a nuestra ingesta diaria de agua, ya sea en forma líquida, sólida o de gel. Las frutas y verduras tienen un alto contenido de agua. Para mencionar, con alto contenido líquido tenemos sandía (92%), fresas (91%), melón (90%), pepino (95%), lechuga (96%), apio (95%), calabacín (95%), tomate (94%). Los lácteos como la leche (87%), yogur (85-88%), queso cottage. Las carnes y pescados, aunque parezcan «sólidos», la mayoría de las carnes crudas y pescados tienen un alto contenido de agua. Por ejemplo, el pollo y la carne de res cruda tienen alrededor del 65-75% de agua, que se pierde al cocinarlas
Diferencia entre aguas embotelladas y agua del grifo (Potabilizadora)

La principal diferencia radica en su origen, procesamiento y aditivos, lo que influye en su sabor, composición mineral y costo.
Agua del grifo (potabilizadora) proviene de fuentes naturales (ríos, lagos, acuíferos) y es recolectada por un sistema de suministro público. Pasa por un proceso de potabilización exhaustivo en plantas de tratamiento. Este proceso incluye filtración, coagulación/floculación, sedimentación, y desinfección (generalmente con cloro o UV) para eliminar patógenos y contaminantes, asegurando que cumpla con los estándares de seguridad para el consumo humano. Su composición varía según la fuente y el tratamiento. Puede contener minerales naturalmente presentes y, a veces, residuos mínimos de desinfectantes. Tiene un impacto ambiental generalmente menor que el agua embotellada, ya que no implica el uso masivo de envases plásticos, y su costo es muy bajo en comparación con el agua embotellada.
Las aguas embotelladas tienen diferentes categorías. El agua mineral natural procede de un manantial subterráneo protegido, con una composición mineral constante y característica. El procesamiento es mínimo. No se le permite añadir o quitar sustancias, excepto la separación de componentes inestables (como hierro o azufre). No se desinfecta químicamente. Es rica en minerales específicos, lo que le da un sabor particular. Su costo es más alto por el proceso de embotellamiento y el lugar de la adquisición.
El agua de manantial tiene su origen de algún manantial subterráneo, pero no necesariamente tiene una composición mineral constante. Puede ser tratada para eliminar impurezas, pero no se le añaden minerales artificialmente. También tiene un costo debido al embotellamiento y la adquisición. El agua purificada (por filtro) puede ser agua del grifo o de cualquier otra fuente, que ha sido tratada intensivamente. Se somete a procesos como ósmosis inversa, destilación o desionización para eliminar casi todas las impurezas, minerales y contaminantes. A menudo, se le añaden minerales posteriormente para mejorar el sabor. Es muy pura, a veces casi sin minerales (lo que puede alterar el sabor). Su costo es mayor debido a todo el proceso de purificación y la utilización de la ósmosis inversa.
El agua con gas (carbonatada) puede ser agua mineral natural, de manantial o purificada. Se le inyecta dióxido de carbono (CO2) para crear burbujas. Su composición varía según el agua base. El agregar el gas aumenta su costo. El agua con sabores se le añaden edulcorantes (naturales o artificiales), saborizantes, y a veces colorantes y vitaminas. Su composición varía mucho; pueden contener azúcares o edulcorantes, lo que las acerca a las gaseosas en algunos aspectos nutricionales.
Enfermedades por pobre ingesta de agua o reemplazo por otros líquidos

Una ingesta inadecuada de agua, ya sea por deshidratación crónica o por reemplazar el agua por bebidas menos saludables, puede tener serias consecuencias para la salud. La pobre ingesta de agua puede producir deshidratación.
El paciente puede presentar fatiga y debilidad, dolores de cabeza y mareos, estreñimiento, cálculos renales, infecciones del tracto urinario (ITU), deterioro cognitivo, problemas de piel, golpe de calor y agotamiento por calor, reducción del volumen sanguíneo, y desequilibrios electrolíticos.
Si reemplazamos el agua por otros líquidos, como gaseosas o licores, está asociada a síndrome metabólico (alto contenido en azúcares), diabetes mellitus tipo 2, caries dentales, enfermedades cardíacas e hígado graso no alcohólico. Además, el exceso de ingesta de alcohol está asociado a cirrosis, hepatitis alcohólica, pancreatitis y aumento de riesgo de cáncer y déficit nutricional por interferencia con la absorción de nutrientes.
Consideraciones para pacientes con restricción de líquidos
Algunos pacientes, debido a condiciones médicas, no pueden tomar líquidos en exceso, ya que esto podría empeorar su condición. En estos casos, la gestión de la ingesta de líquidos es crítica y debe ser estrictamente controlada por profesionales de la salud.
Los pacientes renales (enfermedad renal crónica, diálisis) no pueden ingerir la misma cantidad que cuando no tenían enfermedad renal.Los riñones dañados no pueden eliminar eficazmente el exceso de líquidos y electrolitos. Una sobrecarga de líquidos puede llevar a edema (hinchazón), hipertensión arterial, sobrecarga cardíaca, dificultad para respirar y acumulación de toxinas.
La ingesta de líquidos se ajusta cuidadosamente a la producción de orina residual del paciente más una cantidad fija para las pérdidas insensibles. Esto a menudo significa límites estrictos en el agua, sopas, frutas con alto contenido de agua, etc. Los pacientes en diálisis tienen un monitoreo constante de su peso para detectar retención de líquidos.
Los pacientes cardíacos en falla (Insuficiencia Cardíaca Congestiva), tienen un corazón debilitado no puede bombear la sangre de manera eficiente, lo que lleva a una acumulación de líquidos en los pulmones (edema pulmonar), abdomen y extremidades. Un exceso de líquidos agrava la sobrecarga del corazón y empeora los síntomas como la disnea (dificultad para respirar) y el edema. Se utilizan diuréticos para eliminar el exceso de líquido, y se impone una estricta restricción de líquidos (a menudo 1.5 a 2 litros por día) para reducir la carga sobre el corazón.
En resumen, priorizar el agua pura y las bebidas sin azúcar es fundamental para mantener una hidratación óptima y una buena salud general. No todas las condiciones son iguales para cada paciente, pero sí debemos asegurarnos una hidratación adecuada para cada persona, según la patología respectiva, para asegurar el funcionamiento de nuestro cuerpo.
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI