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Camila Pulgar y Arlette Machado Cortesía: Foto familiar

Por: Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional

Amigos lectores

I.

Supe del fallecimiento de Arlette Machado (1940-2025) semanas después de ocurrido. Cuando le escribí a su hija, Camila Pulgar Machado, le hice una doble petición: una, que me ayudara a seleccionar fragmentos de algunos de sus libros, no solo de los publicados, también de uno que, insólitamente, ha permanecido inédito por más de cuatro décadas: la entrevista que Machado hizo a  Elisa Lerner a comienzos de los ochenta.

II.

La otra solicitud, ciertamente más compleja en lo narrativo y en lo emocional, consistió en pedirle que escribiera una semblanza de su madre. El resultado, Arlette Machado y el diálogo perenne, viene en las páginas 1 y 2: texto magnífico, de ricos pliegues, impecable en su ejecución.

III.

Arlette Machado publicó, entre otros, tres extensas entrevistas, libros que con el paso del tiempo han ganado resonancia: Asedio a Guillermo Meneses (1980), El apocalipsis según Juan Liscano (1987) y Mil Sofía (entrevista a Sofía Ímber). De los dos primeros se publican aquí fragmentos, donde la sensible inteligencia de Machado, su conocimiento del entrevistado, su deseo de traspasar la superficie de lo obvio, se hacen patentes al lector.

IV.

Así, en la página 2 viene un fragmento del mencionado libro inédito Elisa Lerner, una aventurera de la palabra: un bocado de la elocuencia, el espíritu crítico y el penetrante sentido de observación que tenía la conversación de Elisa Lerner. En la página 3, un capítulo del fundamental Asedio a Meneses, en el que cuenta los entresijos de CAL, revista creada y dirigida por Meneses, que tuvo a Nedo (Nedo Mion Ferrario, 1926-2001) como director artístico, y que fue reconocida con el Premio Nacional de periodismo en 1965. A continuación, página 4, viene el fragmento de El apocalipsis según Juan Liscano, conversación profunda, vertiginosa y cargada de ricos matices.

V.

Página 5: Sigue Eternizar lo efímero, entrevista que el periodista Sergio Dahbar le hizo a Arlette Machado en 1987, tras la publicación de El apocalipsis según Juan Liscano. Dice la autora a su entrevistador: “Quiero confesarte que escribí muchas páginas con detalles sobre nuestros encuentros, sobre la personalidad de Juan Liscano, con descripciones y opiniones acerca del trabajo que estábamos realizando. Pero pensé que en Venezuela prefieren todo ya digerido por el otro. Y decidí que era mejor que cada lector elaborara su propia imagen de Juan Liscano a partir de sus palabras sobre su vida y su creación”. En la parte inferior de la misma página viene un breve comentario mío sobre Mil Sofía:

VI.

En 1994, Machado publicó el que bien podría ser el más singular de sus libros: El judaísmo: una épica de antihéroes. En el prefacio al libro ella responde a la pregunta que cualquier lector se haría: ¿cómo ocurrió que una gentil -no judía- se interesó por el judaísmo? El texto -página 6- no solo responde a esa pregunta: también saca a flote algo de las vocaciones intelectuales y emocionales de Machado: sus dudas y consideraciones éticas; sus modos de razonar y concebir sus proyectos: texto donde no hay gratuidades ni exhibicionismos. Prosa limpia, digna, portadora de humanas inquietudes.

VII.

“Elías Canetti decía que lo que define al pueblo judío es su diversidad y, sin embargo, nadie duda de que los judíos pertenecen al mismo tronco, a pesar de que los separe el idioma; las costumbres alimenticias, las formas de vestir, las de manifestar sus sentimientos. Son un solo pueblo a pesar de haber asimilado costumbres y recibido influencias extrañas para unos y para otros en su larga convivencia con pueblos de culturas diferentes”: fragmento del ensayo de Marianne Kohn Beker, publicado en 1995, dedicado a El judaísmo: una épica de antihéroes. Está en la página 8, que cierra el homenaje a Arlette Machado.

VIII.

Si usted, paciente lector, va a la sección de opinión de El Nacional, y busca los artículos de Carlos Paolillo, experimentará ese regocijo de reconocer en un ciudadano, la confluencia del enamoramiento con la disciplina. Le cuento: están allí, decenas y decenas y decenas de artículos dedicados al cuerpo en movimiento: danza artística, ballet, bailarines, coreógrafos, comentarios críticos de grandes montajes, seguimiento milimétrico de la escena consagrada a estas disciplinas. A lo largo del tiempo, Paolillo, abogado, comunicador social, historiador, crítico y profesor universitario, ha publicado una decena de libros y ha tenido responsabilidades gerenciales en el Instituto Superior de Danza, el Instituto Superior de Danza y, más recientemente, en el Ballet del Teatro Teresa Carreño. Si se me permite la expresión, desde hace más de cuatro décadas, Paolillo -discreto, riguroso, persistente- se ha constituido en una referencia ineludible de todo este movimiento en Venezuela (añado: es muy recomendable, por el panorama histórico y conceptual que obsequia, la entrevista que le hicieron a Paolillo en el programa “Un minuto con las artes”, disponible en YouTube).

IX.

¿Por qué esta introducción-reconocimiento a Carlos Paolillo? Porque en las páginas 8, 9 y 10, se despliega un detallado ensayo suyo, Identidad y universalidad en la obra coreográfica de Vicente Nebrada, cuyo primer párrafo dice: “Vicente Nebrada (Caracas, 1930-2002), el coreógrafo de mayor significación del ballet venezolano, se inserta con notable personalidad dentro de los postulados más resaltantes del estilo neoclásico de esta disciplina escénica, que tiene en la concepción abstracta del movimiento una de sus características esenciales, y se erige como una voz altamente representativa en el contexto nacional, latinoamericano y mundial. Su obra, ha sido caracterizada por la musicalidad, plasticidad y libertad con las que concibe el desplazamiento de los cuerpos en un tiempo y un espacio de representación”. En el ensayo de Paolillo conviven, armónicamente, el crítico y el periodista, el historiador y el memorioso, el esteta y el experimentado espectador que, a lo largo de su vida, muy probablemente ha disfrutado de centenares de espectáculos.

X.

Artista de la danza, coreógrafa, maestra del cuerpo en movimiento, ensayista y poeta, Hercilia López aceptó escribir un ensayo sobre El vuelo, espectáculo multimedia de su colega Julie Barnsley, bailarina inglesa que se estableció en Venezuela, a partir de 1980. Estrenada en 2012, una nueva versión de El vuelo, escenificada este 2025, es el asunto central que ocupa la reflexión de López: “El vuelo del 2012 fue reconocido como un compendio de las obras y las temáticas creativas y corporales de Julie. Persiste en él el trabajo interpretativo fuerte y violento en su lenguaje y su fisicalidad, donde la represión, la angustia, la caída, el malestar son temas constantes, así como la opresión, la sumisión y la trágica imposición de la gravedad que hunde y maltrata, pero también muestra en su final el deseo de transformar la pesadumbre en un vuelo libertario”. Ensayo generoso y revelador.

XI.

Página 12, página de columnas:

La Venezuela de Camilo José Cela, tal el título de la entrega de Juan Pablo Gómez Cova: “En julio de 1953 llegó a Caracas el ya famoso escritor español Camilo José Cela, después de previas estancias en Colombia y Ecuador. Además de cumplir como conferencista en los centros gallegos de cada uno de estos países, Cela viajaba como parte del engranaje para fortalecer los vínculos de la hispanidad franquista con Sudamérica. Lo que Cela ni el franquismo habían imaginado es que en Venezuela encontraría un auténtico país de Jauja”.

-De Juegos florales nos habla Mirla Alcibíades: “En 1916, se organizaron los Juegos Florales en Caracas. El promotor y organizador del concurso que incluía poesía, cuento y ensayo histórico comenzó a divulgar la convocatoria. Era el periodista Luis Alejandro Aguilar. Presentaba el torneo literario como el primero que se realizaba en el país. Tamaña afirmación suscitó reacciones en tono airado”.

-Por su parte, Tahía Rivero escribe sobre Carolina Vollmer: “Lo real maravilloso radica en el alma de las expresiones populares, es por eso que la obra Una buena calada, 2025, de la artista Carolina Vollmer presentada recientemente en el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez, merece un especial reconocimiento. La pieza, que representa un mapa del estado Nueva Esparta, recoge y visibiliza las voces y la producción de artistas y artesanos oriundos de distintas poblaciones de la Isla de Margarita”.

XII.

Ni una palabra más por hoy, que ya son muchas.

Nelson Rivera, director del Papel Literario

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