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El Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá) inaugura este viernes 3 de diciembre una nueva edición, luego de diez años como plataforma de difusión para el cine en Centroamérica y el Caribe. 

En el preámbulo de esta gran fiesta que además de la proyección cinematográfica contempla programas de formación, conversatorios y actividades híbridas, organizadores y aliados del IFF Panamá compartieron un diálogo que acerca la vida luego de la pausa impuesta por la pandemia.

Pituka Ortega Heilbron, directora ejecutiva de la Fundación IFF Panamá, quiso abrir el encuentro con una expresión de agradecimiento al BID Lab (Laboratorio de Innovación del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo) porque gracias a su apoyo el IFF Panamá pudo seguir adelante “y vieron en nuestras iniciativas una posibilidad para generar el desarrollo de las industrias creativas a través del cine y de la producción audiovisual”.

Esta expresión de gratitud también la extendió hacia el Ministerio de Cultura por su respaldo a las iniciativas de la industria creativa. 

“Lo que va a ocurrir esta noche en el IFF, hace diez años, nadie se lo habría creído. No  solo porque estamos abriendo con una película panameña (Plaza Catedral del director, Abner Benaim)”, sino por el calibre de la película” y porque  está convencida que sentimientos como orgullo y sentido de identidad predominarán, cabría agregar, en la noche inaugural de este viernes 3 de diciembre e incluso más allá del Festival que culminará de manera formal el 5 de diciembre pero quedará en las vidas dispuestas a transformar.

Ortega Heilbron resaltó el sentido de la identidad que el cine obra en las personas; es una gran herramienta.

El IFF “viene en una versión pequeña pero no sin potencia y a veces dicen que las mejores cosas están en envases pequeños”. 

Reflexionó, en el contexto de la pandemia, que las películas tienen el poder de predecir el futuro y las actuales y nuevas generaciones interpretarán la realidad de distintas maneras.

Rocío Medina, representante del BID, destacó que el apoyo al IFF va alineado con la visión 2020-2025 del organismo, orientado al crecimiento inclusivo y sostenible.

Resaltó que la reactivación del sector productivo guía un trabajo que fomenta la innovación, la igualdad de género y la diversidad.

La silla vacía que se llena de luz

Un momento de particular emoción se vivió cuando Abner Benaim, director de la película Plaza Catedral que hoy abre el IFF, recordó el nombre de Fernando Xavier de Casta, el niño panameño, protagonista de la película, quien falleció a causa de la violencia.

Benaim no pudo ocultar su dolor por la silla vacía que debió ocupar con su presencia el joven Fernando.

Resaltó que al ver la producción cinematográfica las personas conocerán al actor pero espera que su historia “haga una diferencia; que su vida y muerte no sea en vano y permita abrir los ojos a los problemas de la sociedad”.

“Conocí bien a Fernando; estaría feliz de estar aquí: vean la película en su nombre y que su luz siga viviendo”. 

Agradeció el apoyo al IFF y expresó estar convencido que seguirá con la fuerza de esta primera década.

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“Es un sueño como panameño tener un festival así y aunque sea reducido, sabemos que seguirá con la fuerza de estos diez años y que vengan diez y más”.

Destacó su alegría porque por primera vez la película la verá el público de Panamá.

“Cuando escribo, y cuando pienso, pienso en la gente que conozco, en su idiosincracia”, precisó.

Ilse Salas, actriz mexicana y protagonista de Plaza Catedral, expresó su emoción porque Panamá verá el resultado de una producción que se inserta en el diálogo del cine latinoamericano.

Valoró el trabajo con un equipo increíble, “compuesto por gente de más de diez países de la región. Fue muy enriquecedor, me enorgullece ser parte de esta edición, de Plaza Catedral y de esta historia”.

Un sueño social

Pituka Ortega Heilbron comentó que el sueño de la Fundación IFF es que más allá del evento cinematográfico, “en cada escuela pública de este país exista cine y se use como herramienta de concientización y reflexión educativa”.

De hecho, parte de la programación se desarrolla en La Manzana, el cual se define como “espacio emergente e innovador” en el barrio de Santa Ana, cercano al Casco Antiguo de Panamá, y desde el cual se promueven actividades con niños, jóvenes y en general la comunidad, para que además de vivir la fiesta del cine, sea una acción transformadora.

Bernardo Ordás Guardia, codirector de la Fundación IFF Panamá, resaltó que al trabajar en el diseño del Festival vieron la necesidad  de insertarse como un evento “que extiende sus brazos e incluye a la comunidad”.

Talleres, cine al aire libre e intervenciones colectivas, dan cuenta de un Festival y su equipo que se ha enamorado del barrio de Santa Ana y desde la educación y la formación esperan que este amor a primera vista se transforme en el legado de un cine que quedará para siempre.

Un Festival que nadie lo detiene

Palabras de Daniel Domínguez, director de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, en representación de la institución y a propósito de la apertura del IFF Panamá

Los festivales de cine son en sí mismos una enorme antología de historias de muchas partes, de muchos sitios, en espera de muchos públicos, historias que se reúnen como una gran familia alrededor de ese fuego con forma de pantalla grande o desde esas otras pantallas chicas y que unas y otras nos siguen narrando cuentos hechos de diálogos, argumentos y personajes.

Si cada película es un mundo, si cada mundo cabe en una película, eso se traduce que el mundo entero es una película en espera de que alguien la cuente con imágenes. 

Cuando alguien la cuenta, uno de sus sueños es estar en un festival de cine tan fantástico como lo es el IFF Panamá.

Hace diez años fui uno de los afortunados que fue testigo del nacimiento y de la evolución del IFF Panamá en mi oficio de periodista cultural y de crítico de cine, un oficio que ejerzo desde hace más de 30 años.

Diez versiones más tarde de ese nacimiento glorioso, ver el IFF Panamá en activo, verlo que nada lo detiene, que sigue adelante a pesar de todas las adversidades que trae a veces la vida, es un motivo de orgullo como panameño, como latinoamericano y como cinéfilo porque significa que sus responsables son tan talentosos y tan capaces, a prueba de cualquier reto.

Mi admiración profunda y permanente a Pituka Ortega, una de las mejores documentalistas que tienen América Latina, y a cada uno de todos los que hacen posible ese mágico momento anual llamado el IFF Panamá.

Porque gracias a utedes, nosotros los cinéfilos, estos seres que siempre andamos soñando con esa nueva película que nos alimentará una vez más el alma, vivimos experiencias increíbles en las salas de cine.

Desde el Ministerio de Cultura, desde mi condición de ciudadano y espectador, le doy las gracias infinitas al IFF Panamá por estar con nosotros. Felicidades por sus primeros 10 años y que nos sigan dando muchos más motivos para continuar ese hermoso romance que tenemos con y para con esa pantalla que nos sigue diciendo quiénes somos y que siempre nos invita a soñar con un mundo mejor a través de las imágenes en movimiento.

Qué alegría que la película panameña Plaza Catedral, del director Abner Benaim, sea la producción que esté en la gala de apertura de hoy viernes en el Teatro Ateneo.

Plaza Catedral comenzó con buen pie su trayectoria al obtener en el mes de octubre dos premios interpretativos en el importante Festival Internacional de Cine de Guadalajara (México).

Sus dos protagonistas, el joven panameño Xavier de Casta y la mexicana Ilse Salas, obtuvieron los galardones a mejor actor y mejor actriz, respectivamente.

Plaza Catedral mantiene su línea exitosa cuando los miembros de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas Panamá decidimos que fuera el largometraje que representará a Panamá en la categoría de mejor película internacional en los premios Óscar, uno de los más relevantes galardones.

La película Plaza Catedral es sobre dos seres humanos que unen sus soledades en el barrio histórico de San Felipe.

A un niño de clase trabajadora y a una madre separada, de clase media, los va a unir el dolor que a veces causan los azares de la vida.

La producción Plaza Catedral es sobre los claroscuros de las almas que tienen un presente doliente.

Cada uno aprenderá del otro que las desdichas pesan menos si tenemos a alguien que te brinde su apoyo. Ese drama social es sobre una América Latina que tiene hondas deudas sociales por resolver.