Por: Dra. Karen Courville
Por: Dra. Karen Courville, FACP
Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid. Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia. Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión.
Los riñones son los órganos encargados de la limpieza y de mantener el equilibrio de las sustancias químicas de nuestro organismo, entre ellas las sales minerales. Por lo tanto, podemos encontrar en la orina, elementos como calcio, oxalato, ácido úrico, fosfato y magnesio, en el proceso de reabsorción y eliminación de sustancias.
Sin embargo, cuando no hay una hidratación adecuada, la cantidad de agua en la orina no es suficiente para disolver todas estas sales y se precipitan en la vía urinaria, volviéndose sólidos. Si hay suficiente cantidad se aglomeran, y pueden formar pequeños cristales, hasta sedimentarse y formar las dolorosas piedras, litos o cálculos.
Factores de riesgo
La mayoría de los casos de cálculos renales ocurren debido a dos razones: la primera, debido a una baja ingesta de líquidos, y en este caso específicamente, a un baja ingesta de agua; la segunda razón, una alteración en la composición de la orina o una condición genética que predispone a la formación del cálculo; pero no son los únicos factores de riesgo.
Los estudios indican que los pacientes que desarrollan cálculos beben en promedio 500 ml de agua por día menos en comparación con personas que nunca han tenido un cálculo renal.
Si los pacientes que viven en países con clima tropical o trabajan en lugares muy calurosos, no se hidratan bien, pueden tener una orina muy concentrada y aumentar su riesgo de formación de cálculos.
Los hombres que han aumentado de peso rápidamente o tienen más de 40 años presentan un mayor riesgo de cálculos renales, ya que se ha visto que la obesidad es un factor de riesgo. Algunas enfermedades como la hipertensión y la diabetes mellitus, pueden predisponer a sufrir de cálculos renales, asociados a los trastornos metabólicos, y al uso de algunos diuréticos retenedores de calcio.
Existen algunas anormalidades anatómicas de la vía urinaria que producen ectasia urinaria o enlentecimiento en el flujo urinario, como la obstrucción o estenosis de la unión ureteropélvica, el riñón en herradura, o el riñón poliquístico.
Hay condiciones genéticas como la acidosis tubular renal tipo 1, riñón en esponja medular o la cistinuria que pueden aumentar el riesgo; y otras condiciones como las enfermedades inflamatorias del intestino, síndrome de intestino corto, las resecciones intestinales o el bypass gastrointestinal, por alteraciones en la absorción de calcio intestinal.
Tipos de cálculos renales según su composición
Los cálculos pueden tener diferente composición, y al examinarlos, esto nos ayuda a educar al paciente sobre cómo prevenir un nuevo episodio.
1. Oxalato cálcico:
En el 80% de los casos, los cálculos se producen por una combinación de calcio y un ácido orgánico. Beber poco líquido y/o consumir una dieta aumentada en calcio, pueden producir cristales de oxalato de calcio, que al ser insolubles, se depositan y forman un lito.
Si ha tenido este tipo de cálculo, hay algunos alimentos en la dieta que se deben restringir o eliminar, por su alto contenido de oxalatos: la espinaca, la remolacha, germen de trigo, chocolate, cacahuetes, batata, hígado, granos, uvas, pimiento verde, apio, fresas y té negro. La ingesta de ácido ascórbico y una dieta hiperproteica pueden aumentar la producción de oxalato.
2. Fosfato cálcico:
El fosfato también es un componente habitual de la orina y del organismo. Se produce al precipitarse calcio y un ácido con fósforo. Son más comunes en las mujeres y se asocian con un pH urinario alcalino, y se asocian a condiciones específicas como alteraciones en la función de la paratiroides y fenómenos de aumento de excreción en la orina. Son el 10% de los cálculos renales evaluados.
El resto de los cálculos renales pueden ser:
3. Ácido úrico:
El ácido úrico es un producto de desecho, consecuencia del metabolismo de ciertos alimentos, como las carnes rojas, las vísceras de animales o el alcohol, entre otros, que se elimina por la orina. Si la orina se vuelve ácida, puede formarse arenilla o cálculos de ácido úrico.
El principal factor sería reducir o eliminar el consumo de alimentos y bebidas ricos en purinas, como son ciertos pescados azules (sardinas, anchoas, arenques), vísceras, carnes, marisco, embutidos, cubitos de caldo, levadura de cerveza, así como bebidas con alcohol en general. También se ha visto que un consumo elevado de fructosa favorece la formación de ácido úrico en sangre y su eliminación por vía urinaria. Por este motivo, los alimentos industriales endulzados con fructosa (refrescos, zumos, productos de dieta) deberían evitarse. Se puede tomar la fructosa que contienen de forma natural las frutas, pero se debe limitar el consumo de productos que lo contengan de forma adicional.
4. Estruvita:
Los cálculos de estruvita son casi exclusivamente el resultado de infecciones del tracto urinario y no están asociados con la nutrición. Es un compuesto formado por amonio (compuesto nitrogenado), magnesio y un ácido con fósforo.
Pueden aglomerarse y formar cálculos en forma de coral y ocurren generalmente asociados a una bacteria llamada Proteus. Esta bacteria aumenta el pH de la orina y favorece la precipitación de sales, principalmente de la estruvita.
En estos casos, no hay alguna recomendación de dieta que mejore la situación, pero le podrán recetar antibióticos para evitar infecciones y se debe retirar el lito.
5. Cistina:
La cistinuria es una enfermedad hereditaria, es decir, se transmite de padres a hijos. Tiene una herencia autosómica recesiva que significa que para estar afectado se debe heredar el gen defectuoso de ambos padres. La cistina se va a producir por la ruptura de las proteínas de la dieta y como es hereditario, aparece temprano en la infancia.
Esta es una enfermedad poco común, pero son difíciles de controlar, y aumentar el consumo de agua y reducir la sal y las proteínas en la dieta son las principales formas de prevenir este problema. La cistina se vuelve más soluble si el pH de la orina sube (se vuelve menos ácida), por lo que se recomienda a los pacientes dietas ricas en vegetales y algunos medicamentos (Carbonato sódico o Acetazolamida) que producen este efecto.
Recomendaciones generales
Hay algunos tipos de líquido que pueden aumentar el riesgo de formación de cálculos, como las bebidas azucaradas y las gaseosas o bebidas carbonatadas, por el alto contenido de fósforo, por lo que debemos evitarlas en el caso de sufrir de litiasis.
El jugo de naranja es rico en sustancias que inhiben la cristalización de minerales en la orina, y parece reducir la posibilidad de formación de cálculos.
Sin embargo, la suplementación con vitamina C aumenta la excreción renal de oxalato, y algunos estudios sugieren que su consumo excesivo puede aumentar el riesgo de cálculos renales compuestos por oxalato de calcio. En las personas que han tenido este tipo de cálculos, deben evitar la suplementación con Vitamina C.
Algunos estudios sugieren que además del agua, el café y los tés pueden tener algún beneficio, debido al efecto diurético, ya que aumentan la frecuencia para orinar.
En relación a las bebidas alcohólicas, los estudios indican un aumento en la formación de cálculos, sobre todo en pacientes con cálculos asociados a ácido úrico. En el caso del vino, los estudios sugieren una reducción de la formación de litos, especialmente con el consumo de vino blanco, con un consumo bajo de media a una copa por día.
Con respecto a los suplementos de calcio, el consumo, especialmente en ayunas, parece aumentar el riesgo de litiasis renal, sobre todo en los pacientes que ya han tenido un episodio con un cálculo de calcio, pero no hay necesidad de restringir el consumo del calcio natural en la dieta.
Si el cálculo está formado principalmente por ácido úrico, alcalinizar la orina con bicarbonato o citrato de potasio puede ayudar a disolver la piedra. Esta es la única situación en la que es posible disolver un cálculo renal. Sin embargo, la gran mayoría de los cálculos renales están compuestos por sales de calcio. En estos casos, lamentablemente, no hay forma de disolver las piedras ya formadas.
Por: Dra. Karen Courville, FACP
Nefrología