fbpx
Voluntario del Hospital del Niño
Navidad también es una oportunidad para aprender y entender el valor de la solidaridad, el amor al prójimo, el comportamiento altruista y todo lo que conlleva el dar sin esperar recibir

Por: Urania Cecilia Molina

Urania Cecilia Molina periodista panameña con más de 20 años de experiencia. Aborda temas de Salud, Educación, Discapacidad , Mujer y Superación Personal 

Los hospitales son lugares donde la fraternidad y ayuda mutua ganan terreno y abren espacio. Amabilidad y cortesía caracterizan a quienes ayudan a otros.

La Navidad es una temporada de fiestas y regalos. En la doctrina cristiana, es el tiempo en que se recuerda y se conmemora el nacimiento de Jesús, pero la realidad es que la festividad muchas veces es más comercial que religiosa.

No obstante, también es una oportunidad para aprender y entender el valor de la solidaridad, el amor al prójimo, el comportamiento altruista y todo lo que conlleva el dar sin esperar recibir.

Una experiencia que han vivido estudiantes como los del décimo segundo grado de la escuela Ebenezer, ubicada en la comunidad de Nuevo Tocumen, corregimiento 24 de diciembre, distrito de Panamá, quienes hace una semana se acercaron al Instituto Oncológico Nacional (ION) a realizar donaciones como parte de la labor social que realizan los graduandos de la escuela.

Lo que escuchamos nos conmovió, explicó Gilary Rojas, una de las voluntarias.

“No esperábamos lo que encontramos. Es una situación bastante dura, somos jóvenes y no esperábamos conversar con personas que padecen cáncer”, indicó.

Agregó que es duro entrar y ver lo que están pasando estas personas, lo cual demuestra que la vida es corta y debemos ser solidarios unos con otros “porque nadie está libre de tener una enfermedad como esta que nos puede acabar”.

Sin embargo, no es la única forma con la cual los jóvenes demuestran su amor y respeto. Otra actividad que realizan es visitar a los adultos mayores, internos en asilos de ancianos.

Laura León, también de este grupo de estudiantes, mostró una amplia sonrisa al recordar su visita al asilo de ancianos. La felicidad que le proporcionó ofrecerles su tiempo y compartir con algunos ancianos que se quejan de que hijos y nietos los olvidaron.

“Fue un día bueno. Algunos abuelitos bailaron, rieron y por un momento se olvidaron del abandono de sus hijos y nietos”, señaló León.

Fe y esperanza  

Asociación de Amigos y Voluntarias del ION (Adavion)

Para la directora del departamento de Información y Relaciones Públicas del ION,  Milagros Velásquez, las enfermedades son pruebas que enfrentan algunos seres  humanos y de acuerdo a la creencia religiosa es fácil decir “creo”, pero es realmente en estos momentos cuando sale a flote la confianza, el apego, la fe y la esperanza que cada uno mantiene.

Velásquez explicó que al Oncológico llegan hasta 15 peticiones mensuales de “guerreros” (personas y organizaciones) cuyo interés es hacerse presente en las vidas de quienes están luchando contra este padecimiento. 

“El tema del cáncer no puede parar y necesita la presencia de todos porque es de interés social. Es un tema tan amplio que requiere de mucho apoyo”.

La funcionaria hizo hincapié en que el hospital extiende su mano como proveedor de servicio y la sociedad civil y otras organizaciones, entre estas las escolares, se cuentan como generosos donantes que refuerzan la respuesta que brinda el nosocomio   

Señaló que las donaciones que llegan a los hospitales, entre otros, son de alimentos secos, los cuales se reparten en los diferentes servicios donde pueden ser útiles.

Por ejemplo, en los departamentos de trabajo social y nutrición donde los funcionarios conocen la realidad social de cada uno de los pacientes, es decir, la condición económica de quienes ingresan en busca de asistencia médica especializada en cáncer, razón por la cual las donaciones son un aporte importante al momento de ayudar a este grupo de personas.

Sembrar la semilla

Las donaciones son un gesto altruista que nace de la voluntad de las personas, pero también una oportunidad para enseñar a los más jóvenes sobre esta bonita labor.

Giniva Beitia, presidenta de la Asociación de Damas Voluntarias del Hospital del Niño, José Renán Esquivel, consideró que la participación de estudiantes es una excelente oportunidad para sembrar la semilla del voluntariado. 

Agregó que durante todo el año reciben delegaciones estudiantiles. Como parte de su labor social, desean que los dejen ayudar al hospital. Al ser menores de edad, no los pueden tener de manera permanente en las instalaciones, así que los orientan para fortalecer la labor social.

“Les pedimos que organicen recolectas por fuera y después las lleven al hospital porque en algún momento serán mayores y desde chicos hay que fomentar el sentimiento de querer ayudar, de empatía y de solidaridad que los puede llevar a crear asociaciones y organizaciones no gubernamentales”.

Beitia indicó que hablan con los estudiantes sobre cómo pueden ayudar y el beneficio a favor de los otros.

Son jóvenes que están empezando a vivir y es bueno que desde temprano conozcan las necesidades que se presentan en los hospitales y vean, cara a cara, la realidad de una familia y de un niño  enfermo. “Creo que el mensaje les llega al corazón y es una forma también de educar y de formar personas que en un futuro hagan que el mundo sea muchísimo mejor”.

65 años de acción solidaria: El 12 de septiembre de 2023, se cumplieron los 65 años del Cuerpo de Damas Voluntarias del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel. ”Desde una taza de café, una prenda de ropa, la donación de insumos médicos para la atención de los pacientes hasta un rostro amigo las han caracterizado por más de seis décadas durante las cuales han brindado amor, ayuda y consuelo”, expresó la dirección del Hospital al hacer público su agradecimiento.

Cuerpo de Damas Voluntarias del del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel

La dama voluntaria, quien agradeció la entrevista por todo lo que ha vivido en los últimos años y los meses a nivel nacional y mundial, consideró que el valor de la solidaridad es uno de los más importantes que se puede practicar, en particular en esta  época.

Los chicos nos preguntan qué necesita el hospital y en qué pueden ayudar, para lo cual nosotras ya tenemos un listado de las necesidades básicas que diariamente como organización cubrimos como voluntarias para los niños del hospital.

En ese listado, comentó Beitia, están los pañales desechables, ropitas, artículos de aseo personal, tanto para pacientes como para papás, porque los padres que van al hospital son personas de bajos recursos y además vienen de las montañas o lugares de difícil acceso.

Aseguró que algunos llegan sin pensar que los niños iban a quedar hospitalizados, así que no están preparados para una corta o larga estadía.

Padre o madre llegan solo con lo que llevan puesto y para que estén más cómodos les proporcionan chancletas, cepillos de dientes, jabón, champú, toallas, entre otros.

A los estudiantes los orientan sobre cómo reunirse y hacer colectas en las escuelas, en sus casas y con sus padres.

“Nosotros nos reunimos con ellos y le explicamos cuál es nuestra labor,  cómo funcionamos,  qué hacemos durante todo el año en el hospital y eso los ayuda a tener un panorama mucho más amplio fuera del listado que le entregamos de las necesidades y de las donaciones. Cuando ellos hacen el arte para solicitar algunas donaciones, se les pide que lo envíen para saber qué están pidiendo. Muy poco piden dinero, pero en ocasiones lo hacen para comprar cosas específicas que nosotros les estamos solicitando”

Agregó que durante el mes de diciembre aumentan las donaciones: no solo de estudiantes, sino de empresas y de personas a título personal, lo cual los complace.

El mensaje que le dan a las personas cuando llegan, conecta con la esperanza: “Panamá tiene un corazón inmenso, Panamá tiene un corazón noble, Panamá tiene un corazón de dar, Panamá tiene un corazón de ayudar a las personas que necesitan…”.

Beitia sostuvo que se sienten respaldadas, complacidas y agradecidas porque como organización son el canal para poder atender a las familias que los necesitan, en particular cuando un hijo queda hospitalizado y otro en casa: Son un voluntariado que alivia la angustia de este corazón dividido por la enfermedad y la bendición que prolonga a diario el sentimiento de fraternidad de la Navidad.

Por: Urania Cecilia Molina