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Editorial del Volumen 130, Suplemento Nº4. Agosto, 2022 de la Gaceta Médica de Caracas el cual procura retomar las buenas prácticas clínicas en este ámbito

Por el Dr. Huníades Urbina-Medina, MD,PhD, pediatra-intensivista y vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina-Venezuela editor invitado del Volumen 130, Suplemento Nº4. Agosto, 2022 de la Gaceta Médica de Caracas, órgano oficial de la Academia Nacional de Medicina y del Congreso Venezolano de Ciencias Médicas.

Aunque durante mucho tiempo los términos infección y sepsis fueron utilizados en forma alternativa, la tendencia actual es a referir el término infección a un proceso bacteriano dependiente de un germen, mientras que sepsis es el conjunto de reacciones inflamatorias, a veces calamitosas y catastróficas.

La sepsis es la respuesta desregulada del organismo ante una infección. Se reconoce por un conjunto
de manifestaciones: clínicas, hemodinámicas, hematológicas, bioquímicas e inflamatorias y forman parte de una respuesta orgánica global.

Es una enfermedad compleja y controvertida en cuanto a su clasificación, epidemiología, presentación, diagnóstico y tratamiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sepsis es un problema de gran magnitud y así lo demuestran los datos.

La OMS indica que esta patología afecta a 30 millones de personas en el mundo cada año, de las cuales 1,2 millones son niños y 3 millones son neonatos. De hecho, puede causar la muerte de 6 millones de personas al año.

La bacteriemia se define como la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo y fungemia la presencia de hongos en la sangre, y su diagnóstico clínico y bacteriológico es importante en niños, especialmente en neonatos y menores de 36 meses de edad.

Las fungemias son las micosis invasivas más frecuentes, presentan una alta morbilidad y mortalidad, y se han incrementado.
La detección de la bacteriemia y la fungemia constituye una de las prioridades en el ejercicio médico y microbiológico ya que se asocia con una elevada mortalidad, es por esto su importancia diagnóstica en el manejo de los pacientes.

Los hemocultivos se realizan para detectar infecciones en la sangre e identificar su causa.

Las infecciones del sistema sanguíneo suelen estar causadas por bacterias (bacteriemia), pero también pueden estar causadas por hongos o levaduras (fungemia), así como por virus (viremia).

El hemocultivo se realiza ante la sospecha de que la sintomatología del paciente obedece a la existencia de un proceso infeccioso en curso o la necesidad de identificar el microorganismo que lo causa para instaurar el tratamiento farmacológico más efectivo.

Las indicaciones para la realización de hemocultivos deben ser basadas en evidencia y orientadas mediante un diagnóstico clínico que nos lleve a probabilidad o pretest para bacteriemia.

Para realizar el hemocultivo es preciso extraer una muestra de sangre del paciente. Dado que en este caso se trata de cultivar la muestra de sangre para determinar si se produce proliferación de microorganismos infecciosos, es de suma importancia evitar que la muestra de sangre obtenida para el cultivo se contamine, pues ello podría falsear los resultados del cultivo.


El procesamiento de los hemocultivos, una vez llegada la muestra al laboratorio de microbiología, dependerá de las facilidades tecnológicas con las que cuente la institución, y del tipo de
microorganismo que se sospeche desde el punto de vista clínico, lo cual debe ser notificado al
laboratorio por el equipo tratante debido al aumento de pacientes inmunocomprometidos, sobre todo de los casos oncológicos.

El microbiólogo, con base a estas premisas, decidirá temperaturas de incubación, frecuencia y momento de subcultivos y de pruebas de identificación y antibiograma que permitan la más eficaz y oportuna toma de decisiones terapéuticas.

Por eso se ha considerado imprescindible revisar y poner al día los procedimientos óptimos para que el principal medio para detectarlos, como es el hemocultivo, se lleve a cabo en condiciones óptimas y por tanto contar con la disposición de protocolos de trabajo normatizados.

Es muy importante tener en cuenta que la utilidad de los resultados disminuye de forma notoria si estos no se comunican de forma inmediata a los responsables del manejo del paciente para que puedan adoptarse las decisiones adecuadas en función de esta información.

Los medios utilizados en los hemocultivos son polivalentes y enriquecidos nutricionalmente. Las variaciones en la composición de un mismo tipo de medio entre los diferentes fabricantes dificultan establecer comparaciones y sacar conclusiones acerca del rendimiento comparativo para el crecimiento bacteriano de cada uno.


La lectura interpretada del antibiograma consiste en el análisis del patrón de sensibilidad para así intentar predecir los mecanismos de resistencia que pudieran estar presentes en las diferentes bacterias.

Para realizar la lectura interpretada del antibiograma es necesario conocer el espectro de los antimicrobianos, ciertas características farmacocinéticas y farmaco- dinámicas, así como los principales mecanismos de resistencia a los mismos, lo que permite así optimizar su uso con respecto a la elección empírica inicial y la terapia secuencial durante el tratamiento de las diferentes bacterias.


El hemocultivo sigue siendo actualmente el principal método diagnóstico de la bacteriemia, aunque su valor práctico se ve perjudicado por el retraso en la obtención de resultados y porque no es positivo en todos los pacientes, siendo su rendimiento más bajo en pacientes en tratamiento antibiótico o si la infección se produce por hongos, por bacterias de crecimiento lento o por aquellas con requerimientos especiales.


Otro factor clave es la elevada proporción de hemocultivos contaminados por microorganismos pertenecientes a la microbiota de la piel; esto puede dar lugar a errores diagnósticos, tratamientos inadecuados y ocasionar un elevado gasto económico para el sistema sanitario.

La sensibilidad de los hemocultivos está en gran medida relacionada, además de con el tipo de microorganismo, con el volumen de la muestra, el momento de la extracción y la ausencia de tratamientos antibióticos previos.


La actual Emergencia Humanitaria Compleja que vive la salud en Venezuela (OMS), el desabastecimiento de todo tipo que sufren los hospitales en Venezuela (Encuesta Nacional de hospitales 2022) que ronda el 70 % en rubros como medicamentos y hasta de 80 % en los servicio de bioanálisis ha motivado la realización de este Consenso sobre Indicaciones, Técnicas e Interpretación de los Hemocultivos, con
la intención de retomar las buenas prácticas clínicas en las realización de este imprescindible método diagnóstico, como lo es el hemocultivo.
Aspiramos a que sirva de guía para todos aquellos profesionales de la salud y estudiantes de las diferentes ramas de la Medicina en materia de diagnóstico de las infecciones.

Ver edición completa del suplemento:

Sepsis, Bacteriemia y Fungemia en pediatría. Conceptos actuales
Huníades Urbina-Medina, Yolanda América Lupi Acevedo
Hemocultivo: fase pre-analítica
María Graciela López, Miguelangel Nexans-Navas, Lourdes Morillo
Hemocultivo: técnica de recolección
Angela Troncone, Tibisay Triana
Hemocultivo: transporte, conservación, recepción, criterios de rechazo y bioseguridad
Jacqueline De Izaguirre, Gerardine García Oronoz, Roque Aouad
Contenido de frascos y métodos para realizar Hemocultivos
Elio Jesús Núñez Tamayo
Procesamiento de hemocultivos
Heidi Mago de Querales, Marlinka Moya
Procesamiento de hemocultivos positivos
Mariela del Socorro Acevedo Pedroza
Lectura interpretada del antibiograma
Tatiana Drummond-Suinaga, Benny Rodríguez-Anderson, María Eugenia Galíndez-Landaeta,
Mariana Stanchieri-Andueza