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Por: Urania Cecilia Molina

El virus SARS- CoV-2, el cual se estrenó como un brote epidémico en la ciudad china de Wuhan (Hubei), en diciembre de 2019, sin duda hizo que el mundo girara al revés, y aunque todavía se desconoce cuándo recobrará su equilibrio total, existen aspectos positivos a nivel nacional e internacional, que en los dos años que lleva esta pandemia se pueden rescatar, sin olvidar la siembra de dolor, muerte y luto que deja a su paso.

La movilización científica para obtener vacunas, la solidaridad del personal sanitario, el comportamiento de la mayoría de la población que acató las recomendaciones para contener el virus, entre estas la aplicación de las vacunas, unidos a otros aspectos sociales y ambientales, así como la activación de las autoridades para disponer de la infraestructura y el personal para atender a los pacientes afectados con la covid-19, son solo una muestra de que la unión hace la fuerza, sobre todo en tiempo de crisis. 

El infectólogo Javier Nieto, calificó la pandemia como la peor crisis sanitaria, sin precedentes de los últimos 100 años, por el impacto que provocó, tanto en el aspecto sanitario como también en el económico y social.

Al mismo tiempo destacó que esta crisis de salud visibilizó lo que se puede hacer en el plano informático-tecnológico porque se avanzó en la creación de aplicaciones y plataformas. Posiblemente no existirían de no haber tenido que enfrentar una pandemia.

De igual modo, fomentó la aplicación de medidas de higiene simples, tipo el lavado de manos y el uso de mascarillas, como una forma de prevenir las infecciones respiratorias.

Una medida que el médico espera que se mantenga con el tiempo porque, a su juicio, la utilización de las mascarillas puede explicar el control de la pandemia en el país. 

En relación al comportamiento de la población resaltó la capacidad de reinventarse ante la pérdida de empleos. 

Se atrevería a decir que muchos de estos emprendedores lograron triunfar y romper expectativas más allá de las oportunidades laborales que tenían antes de padecer la crisis económica que trajo la pandemia. 

La capacidad de adaptación también se puso a prueba: la virtualidad permitió traspasar las fronteras, explicó Nieto, quien aseguró que  contribuyó a tener ahorros al evitar costos en viajes, hotel, alimentación y transporte. 

“Creo que se aprendió a valorar más las cosas simples. Muchos perdieron la vida sin importar el dinero o clase social. Vivir la vida en una circunstancia como la actual ha sido sin duda un privilegio”, dijo.

Crecimiento de la infraestructura, personal e insumos para atender a la población

El Estado de Emergencia Nacional, el cual se declaró con la promulgación de la Resolución de Gabinete Nº11 de 13 de marzo de 2020, obligó a las autoridades del Gobierno Central a aumentar la capacidad de todas las instalaciones de salud, dentro de los diferentes rubros que necesitaban para funcionar ante el incremento de la demanda de atención como consecuencia de la enfermedad covid-19.

Un incrementó que en estos momentos ayuda a los enfermos de covid-19, pero con el paso del tiempo quedará al servicio de todos los usuarios de las instalaciones sanitarias del Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social.

Para enfrentar el riesgo que el virus SARS- CoV-2 representaba para la población, una de las primeras medidas adoptadas por el Gobierno consistió en habilitar infraestructuras, tomando en cuenta las recomendaciones que para enfrentar la pandemia realizó la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, los llamados Sitios Alternativos de Atención Médica.

Un documento del Ministerio de Salud al que tuvo acceso La Web de la Salud, dio cuenta de que estos lugares permitieron aumentar la capacidad de la red de servicios de salud para la atención de los pacientes afectados con el nuevo coronavirus, lo que conlleva a un aumento de camas, personal adecuado y autosuficiencia asistencial y operacional, así como centros de atención temporal como los hospitales campaña.

En números, reveló el informe,  se ampliaron 12 instalaciones sanitarias con un total de 830 camas repartidas de la siguiente manera: 

  • Hospital Rafael Hernández de la provincia de Chiriquí (250 camas)
  •  Hospital San Miguel Arcángel en la provincia de Panamá (108 camas)
  •  Nicolás A. Solano de Panamá Oeste (105 camas)
  •  Hospital Luis “Chicho” Fábrega en Veraguas (80 camas)
  •  Hospital Santo Tomás de Panamá (76 camas)
  •  Instituto Nacional de Medicina Física y Rehabilitación (Panamá, 48 camas)
  •  Hospital Anita Moreno (Región de Azuero 46 camas)
  •  Minsa- Capsi de Volcán (Chiriquí, 40 camas)
  •  Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid (Panamá, 40 camas)
  •  Hospital Manuel Amador Guerrero (Colón, 30 camas) 
  • Centro Materno Infantil de Santa Fe (Darién, 7 camas).

La previsión para enfrentar la pandemia también llevó a la instalación de hospitales-campañas en los distritos de La Chorrera, San Miguelito, Panamá, Santa Fe. Las sedes eran la policlínica de la Caja de Seguro Social, Santiago Barraza, Hospital San Miguel Arcángel, Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid, Hospital Irma de Lourdes Tzanetatos y Santa Fe en la provincia de Darién.

La logística no quedó allí porque se habilitaron 11 hoteles y 28 albergues en distintas regiones de salud para una capacidad total de 1, 972 camas para pacientes con covid-19 en albergues y otros 1,217 en hoteles.

Además, se adquirieron 258 ventiladores, de los cuales 47 se les entregaron en calidad de préstamo a la Caja de Seguro Social.  Entre estos equipos había ventiladores avanzados, ventiladores de transporte, humidificadores de alto flujo y concentradores de oxígeno.

Mientras, adicional a la capacidad de los hospitales se habilitaron nuevas instalaciones para atender a los afectados con el virus SARS- CoV-2 como son el Hospital Integrado Panamá Solidario con 100 camas, Hospital Covid- Ciudad de la Salud con capacidad para recibir 300 enfermos, Centro de Convenciones Figali con 120 camas y el Instituto Técnico Superior Especializado que contó con 114 camas.

El informe reveló que la pandemia de covid-19 hizo que la capacidad de camas en los hospitales creciera en 38% entre los años 2019 y 2021. 

En 2019 existían unas 305 camas en Cuidados Intensivos y Semi intensivos, mientras que para este año hay 698, es decir una diferencia de 393. Las unidades de Cuidados Respiratorios no existían en 2019, pero en 2020 había 354 camas. En el área de sala, por otro lado, en 2019 había 4, 561 y este año 5, 783, lo que representa una diferencia de 1,222 camas.

Hay que anotar que la capacidad de camas de los hospitales no es lo único que aumentó porque también se contrataron 3,421 nuevos funcionarios, de los cuales 587 son administrativos y 2, 834 corresponden a cargos de salud.

El efecto devastador de las pandemias y el cambio de la población

El doctor Francisco Sánchez Cárdenas, miembro de la Comisión de Alto Nivel para enfrentar la covid-19, expresó que las pandemias tienen el efecto de una gran guerra mundial en cuanto a la cantidad de enfermos, muertos y destrucción de la economía a nivel mundial.

En este sentido, indicó que como consecuencia de la covid-19 se registran varios de millones de enfermos y 5.3 millones de muertos, mientras que las incapacidades laborales “son un desastre” que generó la desaparición de millones de minis y medianas empresas, con el consecuente incremento del desempleo y paralización de las grandes industrias.

La llegada de una pandemia como la covid-19 trastoca la logística y desencadena una inflación con encarecimiento del costo de la vida, un efecto que en estos momentos afecta a millones de personas en el mundo, indicó el médico.

Agregó que algunos trabajadores vieron cómo su capacidad adquisitiva se redujo en un 40 y hasta 50%. “Una catástrofe”, sentenció.

Sánchez Cárdenas, al comparar la covid-19 con la “mal llamada” Gripe Española, explicó que “gracias a los avances de la ciencia” no fue peor en términos de muertes y desplome de las economías.

Añadió que la covid-19 está bastante controlada y destacó el hecho de que en menos de un año se desarrollaron múltiples vacunas y tratamientos, un aspecto positivo dentro de la tragedia que la llegada del coronavirus SARS- CoV-2 representa.

Pero, no es el único, porque rescató la anuencia de la mayoría de la población en acatar las recomendaciones para prevenir los contagios que hizo el Ministerio de Salud porque sin el apoyo de los ciudadanos no se hubiera controlado la crisis que “tomó a Panamá en su peor momento económico y político de los últimos 11 años”.

Sánchez Cárdenas consideró que el trabajo de participación comunitaria que se realiza, “con altas y bajas”, desde la década de 1970 produjo la solidaridad entre los ciudadanos, la cual quedó demostrada en el trabajo de trazabilidad de los contagios, la vacunación y la aceptación, por parte de la sociedad, de las medidas de bioseguridad. 

Otro aspecto positivo, aseguró el médico, es la organización gubernamental que se dio para enfrentar la crisis con priorización de las actividades: reforzamiento de la estructura sanitaria del país con más camas, unidades de cuidados intensivos, ventiladores, medicamentos y equipo para el personal de primera línea.

Todo esto unido a las labores de trazabilidad, aumento de número de pruebas para detectar el virus SARS-CoV-2, la conversión de hoteles, centros de convenciones, entre otros, en sitios de aislamiento, así como la vacunación y la sincronización de acciones con el sector económico del país, lo cual permitió bajar el número de personas contagiadas y sobre todo muertes por esta causa.

En este mismo orden de ideas destacó la participación de la empresa privada y el sacrificio del personal sanitario del país que sin un conocimiento claro sobre la pandemia porque acababa de manifestarse no abandonaron los hospitales, centros de salud y policlínicas y con su gesto llevaron alivio a los lugares más recónditos del país.

La ciencia al servicio de la humanidad

Tanto Nieto como Cárdenas señalaron, como un aspecto positivo a nivel internacional de la pandemia, la capacidad de crear vacunas para contrarrestar los estragos que el virus causa en el organismo.

Por ejemplo, Nieto aseguró que la capacidad de la ciencia en acelerar el proceso de desarrollo clínico de las vacunas posibilitó que el mundo pudiera contar con productos que cumplieron sus fases de desarrollo clínico, al llevarse a cabo de forma paralela (estudios fase I y II al mismo tiempo en escenarios geográficos distintos). 

Agregó que de alguna u otra forma se pudo identificar la capacidad de resiliencia de la humanidad en enfrentar retos difíciles.

En otras palabras: identificar debilidades y encontrar las potenciales vías de solución a problemas extremos, mientras que la limitación de la movilidad y el confinamiento frenaron el desarrollo de otras enfermedades propagadas a través de las vías respiratorias (influenza, neumococo).

Añadió que el planeta se benefició porque bajaron los problemas de contaminación y aumentó la importancia de la preservación del medio ambiente. También creció la convivencia familiar por temas como la restricción de los viajes.

Mientras, Sánchez Cárdenas, agregó que el trabajo desplegado por los científicos ante la aparición del nuevo coronavirus ayudó a la producción en tiempo récord de las vacunas contra la Covid-19.

La presencia de otras variantes del virus SARS- CoV-2, algunas con capacidad de sortear la inmunidad que producen las vacunas, mantendrá por un tiempo más al mundo girando al revés, pero con la esperanza de que más temprano que tarde alcanzará de nuevo su equilibrio. Hasta que esto ocurra solo queda cuidarse. 

Urania Cecilia Molina

Periodista con más de 20 años de experiencia. Aborda temas de Salud, Educación, Discapacidad , Mujer y Superación Personal