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La hipertensión arterial es un factor de riesgo cardiovascular muy prevalente en todo el mundo, especialmente en países de bajos y medianos ingresos

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI | Miembro de CENCAM y ISNi3C

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias mientras el corazón bombea sangre. Se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y se expresa como dos valores: la presión sistólica (el valor más alto) y la presión diastólica (el valor más bajo). Por ejemplo, una lectura de 120/80 mm Hg significa que la presión sistólica es 120 mm Hg y la presión diastólica es 80 mm Hg. La Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología han establecido los siguientes valores para definir la presión arterial:

  • Normal: Una medición sistólica de menos de 120 mmHg y una lectura diastólica inferior a 80 mmHg.
  • Elevada: Cuando la sistólica constantemente alcanza entre 120 y 129 mmHg y la diastólica es menor de 80 mmHg.
  • Hipertensión de etapa 1: La presión arterial sistólica de manera constante marca entre 130 y 139 mmHg o la diastólica alcanza de 80 a 89 mmHg.
  • Hipertensión de etapa 2: Las lecturas constantemente llegan hasta, o superan, los 140 mmHg o 90 mmHg, respectivamente.
  • Crisis hipertensivas: Las medidas con valores por arriba de 180 mmHg.

Hipertensión en Latinoamérica

La hipertensión arterial es un factor de riesgo cardiovascular muy prevalente en todo el mundo, especialmente en países de bajos y medianos ingresos. En Latinoamérica, se estima que alrededor del 13% de las muertes y el 5.1% de los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) están relacionados con la hipertensión.

La prevalencia de hipertensión en adultos varía entre un 6% y un 43%, pero la mayoría de los casos se encuentran entre el 20% y el 30%. Las cohortes de estudios en Argentina, Brasil, Chile y Colombia muestran una prevalencia de hipertensión superior al 40% en personas de 35 a 70 años.

Diferentes estudios señalan que la hipertensión es más común en las mujeres, pero en los hombres se presenta con mayor severidad y aparece en edades tempranas. En Panamá, del 20% al 25% de las muertes registradas anualmente están relacionadas con la hipertensión arterial. La hipertensión puede afectar a personas de todas las edades, pero su prevalencia aumenta con la edad. En general, la incidencia de hipertensión aumenta significativamente a partir de los 40 años y continúa aumentando con la edad.

Hipertensión y enfermedad renal crónica

La hipertensión no tratada aumenta el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y otras complicaciones graves. Entre ellas, la enfermedad renal crónica (ERC) es una consecuencia importante. La hipertensión daña los vasos sanguíneos de los riñones, afectando su función y provocando retención de líquidos, hinchazón y otros problemas. Es la causa principal de daño renal en Panamá.

La hipertensión hace que el corazón trabaje más duro y, con el tiempo, puede dañar los vasos sanguíneos en todo el cuerpo. Si los vasos sanguíneos de los riñones se dañan, pueden dejar de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Esto puede aumentar aún más la presión arterial debido al exceso de líquido en los vasos sanguíneos, creando un ciclo peligroso. La presión arterial alta es una de las principales causas de enfermedad renal crónica, también conocida como enfermedad renal en estado terminal.

¿Cómo se puede prevenir el daño renal causado por la presión arterial alta?

Controlar la presión arterial es fundamental. Esto puede lograrse mediante cambios en el estilo de vida, como mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y evitar el tabaco y el alcohol. Los medicamentos también pueden ayudar a controlar la presión arterial, pero deben tomarse todos los días, por el resto de la vida, ya que la hipertensión no se cura. Las personas con presión arterial alta, especialmente si no la controlan adecuadamente, están en mayor riesgo de enfermedades vasculares. Además, aquellos con enfermedades renales preexistentes, diabetes o apnea del sueño también tienen un mayor riesgo.

Recomendaciones para mejorar la adherencia o apego al tratamiento

Para mejorar la adherencia al tratamiento y prevenir la hipertensión, podemos mencionar algunas recomendaciones:

  1. Toma la medicación según las indicaciones: Consulta cualquier duda sobre el tratamiento con tu médico.
  2. Informa a todos los médicos que visites sobre los fármacos que tomas: Esto ayuda a evitar interacciones y asegura un manejo adecuado.
  3. Evita el estrés: El estrés puede afectar la presión arterial, así que busca formas de manejarlo, como la meditación o el ejercicio.
  4. Estilo de vida saludable: Realiza actividad física regular, sigue una dieta equilibrada (baja en sodio y rica en frutas, verduras y granos enteros) y evita el tabaco y el alcohol.

El cumplimiento del tratamiento para la hipertensión varía según el país y la población. A nivel mundial, se estima que alrededor del 25% de los pacientes con hipertensión no llevan un buen control de su enfermedad. Es fundamental que los pacientes sigan estrictamente el tratamiento prescrito, acudan a sus citas de control y adopten hábitos de vida saludables

Recuerda que el control adecuado de la hipertensión es fundamental para prevenir complicaciones graves. Siempre consulta con un profesional de la salud para un manejo personalizado y sigue las recomendaciones médicas.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI | Miembro de CENCAM y ISNi3C