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En el Día Mundial del Lavado de Manos, celebramos esta actividad, sencilla pero poderosa, recordando su papel fundamental en la lucha contra las infecciones bacterianas y virales, incluyendo la COVID-19

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI | Miembro de CENCAM y ISNi3C

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

En el ajetreado mundo actual, donde la tecnología y las prisas parecen dominar nuestras vidas, a menudo pasamos por alto pequeños gestos que tienen un gran impacto en nuestra salud. Uno de estos gestos, lavarse las manos, es sin duda una de las medidas de prevención más importantes para evitar enfermedades.

Ayer, en el Día Mundial del Lavado de Manos, celebramos esta actividad, sencilla pero poderosa, recordando su papel fundamental en la lucha contra las infecciones bacterianas y virales, incluyendo la COVID-19. Es necesario resaltar la importancia del lavado de manos en la prevención de enfermedades y proporcionar recomendaciones prácticas para hacerlo correctamente.

Las manos: Puertas de entrada para las infecciones

Nuestras manos son herramientas increíbles que nos permiten realizar innumerables tareas diariamente. Sin embargo, también son un terreno fértil para los microbios, que pueden causar una amplia gama de enfermedades si no se eliminan adecuadamente.

Cada vez que tocamos superficies contaminadas, como manijas de las puertas, teclados, teléfonos móviles o incluso nuestras mascotas, transferimos estos microbios a nuestras manos.

Si no las lavamos correctamente, estos microbios pueden ingresar a nuestro cuerpo a través de los ojos, la nariz o la boca, causando enfermedades como diarrea, infecciones respiratorias e incluso enfermedades graves como la neumonía.

Afortunadamente, existe una herramienta simple pero poderosa para combatir estas enfermedades: el lavado de manos. Lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos elimina físicamente los microbios de nuestras manos, interrumpiendo la cadena de transmisión de enfermedades.

¿Cuándo y cómo lavarse las manos?

Debemos lavarnos las manos todos los días, pero de manera muy importante, nos debemos lavar las manos con frecuencia, especialmente en los siguientes momentos:

  • Antes de comer y después de usar el baño.
  • Después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
  • Después de cambiar pañales o limpiar a un niño.
  • Después de tocar animales o sus desechos.
  • Después de usar el transporte público.
  • Después de tocar basura.

Existe una técnica para lavarse las manos correctamente. Para realizarlo, es importante mojar las manos con agua corriente, luego se debe aplicar suficiente jabón para cubrir todas las superficies de las manos. Se debe frotar las manos por lo menos 20 segundos, incluyendo uñas, dorso de las manos y entre los dedos. Luego se debe enjuagar con agua y para secar, preferiblemente debe usarse una toalla de papel o una toalla limpia.

Pacientes y terapias de reemplazo renal

Para reducir la cantidad de microbios en sus manos, evitar la transferencia de microbios a los catéteres, accesos vasculares y para disminuir el riesgo de desarrollar infecciones graves, se les enseña a los pacientes con enfermedad renal crónica, la importancia del lavado de manos.

En el caso de los pacientes en hemodiálisis con un catéter, este es su medio de conexión al riñón artificial, y solo es manipulado por el personal capacitado para realizar la limpieza y cubierta del mismo hasta la siguiente diálisis.

Para los pacientes con un acceso vascular tipo fístula o injerto, se les instruye a los pacientes a mantener limpia el área de conexión.

En el caso de la diálisis peritoneal, los pacientes reciben entrenamiento especial para que puedan realizar su terapia en casa, por lo que son capacitados en realizar una técnica exitosa de lavado de manos quirúrgico para poder manipular las bolsas de soluciones, curación de su catéter y realización de su tratamiento, sin riesgo de infección.

A los pacientes con trasplante renal, se les enseña la importancia de lavado de manos antes y después de sus actividades usuales y mantener aseo general en su hogar, debido a la importancia en la prevención de infecciones en pacientes inmunosuprimidos, ya que la tasa de infecciones en comparación con la población en general, puede es superior, sobre todos durante los primeros meses de la colocación del injerto.

El personal de enfermería que es asignado a trabajar en una unidad de hemodiálisis o en área de diálisis peritoneal es un personal que se capacita para la realización de un lavado de manos frecuente y adecuado para disminuir la posibilidad de infecciones asociado a la manipulación del dispositivo que tiene el paciente.

Lavarse las manos al manipular mascotas: Un vínculo saludable

Nuestras mascotas son parte de la familia, y nos brindan amor y compañía incondicionales. Sin embargo, es importante recordar que las mascotas también pueden ser portadoras de microbios que pueden causar enfermedades.

Por ello, es fundamental lavarse las manos siempre después de tener contacto con nuestras mascotas, especialmente después de acariciarlas o jugar con ellas; alimentarlas; limpiar su caja de arena o jaula; llevarlas de paseo y recoger los desechos.

Lavarse las manos después de interactuar con nuestras mascotas no solo nos protege a nosotros mismos, sino también a ellas, ya que los microbios humanos pueden ser perjudiciales para su salud.

Conclusión

El lavado de manos es un gesto simple pero poderoso que puede salvar vidas. Al lavarnos las manos con frecuencia y correctamente, podemos protegernos a nosotros mismos, a nuestras familias y a nuestras mascotas de una amplia gama de enfermedades.

En este Día Mundial del Lavado de Manos, hagamos un compromiso con la salud y la higiene, convirtiendo el lavado de manos en un hábito diario para un futuro más saludable.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI | Miembro de CENCAM y ISNi3C