fbpx
La revista LIFE publicó una foto tomada en la marcha, en la que aparece el joven Bernardo Fernández

Dr. Bernardo Fernández

Por cortesía del Dr. Bernardo Fernández, y gestión del Dr. Arístides Isaac Gómez, director del Instituto de Estudios Nacionales (IDEN), se reproduce el discurso del Dr. Fernández, quien fue orador de fondo durante los actos del 9 de Enero, organizados por la Universidad de Panamá y convocados por su rector, el Dr. Eduardo Flores Castro. Este discurso ilustra un momento histórico fundamental en la vida panameña y ofrece aspectos de una actualidad que debe ser conocida. Un aporte valiosísimo para el país y la región

Hoy conmemoramos los 58 años de los sucesos de 1964 y lo hacemos desde la Universidad de Panamá, que es uno de los bastiones de las luchas por la soberanía nacional. 

Con este simbólico acto, la Universidad quiere honrar a los que murieron en esa gesta patriótica y a los que fueron heridos. 

También le da un abrazo fraterno a los que han luchado por la soberanía de Panamá.

Antecedentes y reflexiones sobre los hechos de enero de 1964

La Universidad de Panamá era la sede de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) y la Unión de Estudiantes Universitarios (UEU), dos organizaciones que participaron activamente en la gesta de enero de 1964.

 Hay autores que ubican los inicios de la FEP en 1922 e indican que en 1944, ya estaba sólidamente establecida. 

La FEP tenía como tareas naturales

 1- organizar y fortalecer las asociaciones estudiantiles de las escuelas secundarias, 

y, 2- exigir mejoras en la educación nacional. 

En esos años, con el apoyo de la FEP, muchas asociaciones federadas se reorganizaron. Para nosotros, un hecho importante fue que a finales de 1963, el Instituto Nacional en elecciones, renovó la Directiva de la Asociación Federada de estudiantes: AFIN. Participaron dos nóminas: Renovación Estudiantil Institutora (REI) y Vanguardia de Acción Institutora (VAI).

 De la nómina REI, Francisco Díaz, fue elegido secretario general y su servidor, secretario de Organización, de la AFIN. 

En general, los institutores eran conscientes del problema nacional como resultado de: 

1- vivir en un contexto político regional y mundial de corte nacionalista;

 2- los contactos educativos con la FEP y la UEU; 

3- un ambiente político institutor sano, producto de las luchas históricas por la consolidación de la nación panameña y contra el vergonzoso tratado del canal. 

4- la participación de los institutores en actividades comprometidas con el rescate y difusión de la cultura nacional, v.g., a través del Conjunto Típico del Instituto Nacional, llamado “Ritmos de Panamá” que dirigía con fervor nacional, Petita Escobar.

 5- las explicaciones históricas y geopolíticas sobre la nación panameña y el conflicto canalero, brindadas por muchos profesores, entre los que con respeto recordamos a Carlos Arrieta de la Hoz, Ricaurte Soler, Diamantina de Calzadilla, Rosada Guerrero e Isaías García. 

Eran buen ejemplo, transmitiendo a sus estudiantes ese espíritu de lucha generacional, para perfeccionar la nación panameña, heredado de las movilizaciones de los años 20, 47, 58 y 59. 

En esos tiempos, además de las juntas directivas entrante y saliente de la AFIN, en el IN había otras organizaciones activas que compartían objetivos comunes. Por ejemplo, la Asociación de Estudiantes Graduandos, el “Movimiento 12 de Diciembre” y los grupos REI y VAI. 

Entre esos objetivos estaban los referentes al rescate de la soberanía nacional. Frente al problema canalero, los estudiantes habían detectado la incompetencia de la clase política nacional. Por ello era necesario intensificar la lucha, para lograr la reversión del Canal a su legítimo dueño. 

Por lo complejo del problema canalero, la Directiva entrante había acordado trabajar de manera conjunta con la directiva saliente, la asociación de graduandos y con los grupos VAI, REI y “12 de diciembre”, respetando los principios de autonomía y pluralidad ideológica. 

Al inicio de enero de 1964, la FEP era coordinada por personas con profunda convicción nacionalista. Recordemos a Víctor Ávila y a quienes lo acompañaban en ese quehacer: Adolfo Ahumada, Eligio Salas, César Arosemena y Floyd Britton. 

La FEP convocó al V congreso extraordinario de federaciones estudiantiles, para el 12 de diciembre de 1957, en el Aula Máxima del Instituto Nacional, con el objetivo de definir las tareas para recuperar la soberanía en todo el territorio nacional. 

Las nuevas tareas eran 

1- Impulsar la salida de las bases militares norteamericanas de la Zona del Canal;

 2- exigir la devolución del Canal

3- luchar para que, una vez la administración del Canal pasara a manos panameñas, tendríamos los profesionales preparados para manejarlo con responsabilidad, eficiencia, seguridad y espíritu de paz. 

Cabe recordar que el antecedente más cercano a la movilización de enero 1964, fue un hecho referente a la soberanía. 

El 7 de enero de 1963, se firmó el Acuerdo Chiari-Kennedy. Este instrumento fue producto de varias luchas generacionales y decía lo siguiente:

“donde fuese izada la bandera estadounidense por autoridades civiles e instituciones oficiales, dentro de la Zona del Canal, debía izarse al lado, en igualdad de condiciones, la bandera panameña”.

 Los zonians incumplieron el Acuerdo. Era una provocación e izaron solamente la bandera de los Estados Unidos, en diferentes momentos y lugares, sin que se hiciera lo propio con la panameña.

 Las violaciones fueron reportadas por los periódicos. Investigadas y confirmadas por el estudiante graduando, Guillermo Guevara, miembro del grupo REI y uno de los editores del órgano informativo “Impacto”.

Esos resultados generaron indignación estudiantil. El gobernador de la Zona del Canal, tenía información inequívoca sobre la desobediencia de los zonians a dicho acuerdo, por ello impartió órdenes de “no izar ninguna de las dos banderas en las escuelas de la Zona del Canal”.

Los zoneítas no solo ignoraron el acuerdo internacional, los estudiantes de la escuela secundaria de Balboa, apoyados por sus acudientes, desobedecieron también las órdenes de su gobernador.

Para nosotros zonian era: “colonia de extranjeros privilegiados que lucraban de los ingresos generados por el Canal de Panamá”.

 La terquedad de los zonian, incumpliendo el acuerdo Chiari-Kennedy, favoreció el nacimiento de una marcha, de manera rápida y espontánea, lo que ocurrió el 9 de enero de 1964. 

Su objetivo era responder a la provocación, izando la bandera panameña al lado de la estadounidense, en la escuela de Balboa para hacer cumplir, al menos allí, los acuerdos bilaterales. Pero era inicios de enero de 1964 coincidente con el final del año escolar 1963-1964. 

La dinámica del momento dificultaba conseguir muchos participantes como era costumbre en las marchas institutoras: jueves final de semana, terminación del año escolar luego algunos exámenes finales y hora de salida de un colegio con doble turno. 

Para garantizar cierta asistencia a la marcha, la convocatoria fue hecha de manera conjunta por las directivas entrante y saliente de la AFIN, la Asociación de Estudiantes Graduandos, los grupos VAI y REI y el “Movimiento 12 de diciembre”.

 Por la importancia de la marcha dos compañeros fotógrafos se ofrecieron para tener un testimonio gráfico de la actividad: Sergio Quirós, por los graduandos y Federico Nieto, por la AFIN. 

Se notificó de nuestros objetivos a la prensa, la policía, la alcaldía, la cancillería…

En la Rectoría se guardaba una bandera que representaba las luchas estudiantiles unitarias, y que fue utilizada por los institutores en 1947, en el movimiento contra la permanencia y extensión de las bases militares norteamericanas en nuestro territorio después de la II guerra. 

Publicidad

Francisco Díaz, Guillermo Guevara y otros compañeros fueron a buscar la bandera a la Rectoría y su servidor fue a las oficinas de la AFIN a buscar el estandarte de la AFIN, y así mostrar públicamente nuestra presencia institutora en la marcha. 

Sabíamos que los policías zoneitas aceptarían solo un número limitado de institutores para ir hasta la base del mástil a cantar el himno e izar la bandera. Para cumplir el compromiso de que los escogidos fuesen estudiantes de diferentes organizaciones y del último año se hizo previamente una selección. 

A pesar de las circunstancias adversas, como la exagerada presencia de policías zoneítas en la ruta, marchamos pacíficamente hacia la escuela de Balboa y ya cerca, la policía canalera nos impidió continuar. 

A pesar de ser retenidos por los policías, los estudiantes nos quedamos siempre tranquilos, lejos del asta. Se iniciaron las negociaciones. Ellos aceptaron que 6 personas fueran hasta el mástil, con la bandera, el estandarte de la AFIN y una pancarta. 

Mientras la delegación escogida caminaba custodiada hacia el asta, el secretario general de la AFIN, en ausencia de altoparlantes y micrófono, pidió a la Directiva que le ayudáramos a explicar, por grupos, los pactos alcanzados con la policía zoneita. 

Nuestros seis delegados: “Alcibíades Picota, César Villarreal, Inocencio García, Luis Vergara Eligio Carranza y Napoleón de Bernard” . al llegar al pie del mástil de la bandera, fueron agredidos por los alumnos y padres de familia “zonians”, sin que su policía zoneita lo evitara. 

Durante la agresión, desgarraron la bandera. La bandera era un símbolo histórico para los institutores. Con lo ocurrido, pasó a ser un emblema nacional de la lucha por la soberanía. Con esa carga de simbolismo, el desgarre de la bandera se erigió en el detonante de la explosión del disgusto retenido de los institutores. Indignados y molestos regresamos hasta el cruce de las calles “Estudiante y Avenida de los Mártires”, cerca del Instituto Nacional y no fue tarea sencilla decidir cómo informar a la población lo ocurrido, de manera prudente, eficiente y eficaz. 

Nos organizamos de la siguiente manera:

 1- Ir a la única televisora del país llamada RPC, y dar un mensaje a la nación a través del noticiero vespertino; 

2- Informar a los compañeros que estaban en el Instituto Nacional;

 3- Ir a la Universidad de Panamá a notificar de los hechos ocurridos a la Federación de Estudiantes de Panamá y también a la UEU. 

Ante la agresión zoneíta, el pueblo respondió positivamente de manera rápida, masiva y en varias partes de todo el territorio nacional. 

En la ciudad de Panamá hubo dos centros con gran concentración y mucha actividad: frente al Instituto Nacional, en la hoy “Avenida de los Mártires” y frente al Hotel Tívoli, en la plaza “Cinco de Mayo”. 

La agresión norteamericana y la respuesta panameña se extendió durante varios días. En la tarde del 10 de enero, los universitarios convocaron a una gran marcha hacia la presidencia, para apoyar la ruptura de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos. 

La AFIN, se unió a la marcha en la plaza Cinco de Mayo. La revista LIFE publicó una foto tomada en la marcha, en la que aparece su servidor, llevando el estandarte de la AFIN.

Muchos patriotas nos apoyaron públicamente, entre ellos Carlos Iván Zúñiga y Thelma King. Esta dama, afectada por los muertos nacionales, convocó a una marcha de mujeres para solicitar armas al gobierno y así enfrentar la agresión armada. 

Fuimos citados a las oficinas del DENI, para responder a una indagatoria sobre nuestra participación en las diferentes actividades.

 Nuestro testimonio debe reposar en sus archivos. 

Ante la OEA Panamá denuncia la agresión

La OEA designó una Comisión y una Delegación de embajadores de Brasil, Costa Rica, México, Uruguay y Paraguay, vino a Panamá, del 11 al 18 de febrero de 1964, a recabar información. Fue el Hotel Panamá, lugar de reunión y los citados por nuestro representante, Jorge Illueca, nos encontramos allí: Sergio y Sebastián Quirós, Francisco Díaz, César Villarreal y Bernardo Fernández. 

La Comisión presentó un informe que suponemos reposa en los archivos de la OEA. Como secretario de organización de la AFIN, guardé la inmensa correspondencia de solidaridad a nuestra causa, expresada por distintas organizaciones y provenientes de todos los continentes. Entregué formalmente todos esos archivos a la Rectoría del Instituto Nacional, para que reposaran en la biblioteca de dicho plantel, como testimonio histórico del apoyo mundial a la causa panameña, durante los sucesos de 1964. 

Cada uno de nosotros se comprometió a encontrar una trinchera para seguir trabajando en pro de la soberanía.

 Los sucesos trastocaron el calendario escolar nacional. 

Me esforcé para lograr una de las pocas becas y poder seguir estudiando. Obtuve el primer puesto de la II promoción de 1965. Ya no solamente había que luchar por la izada conjunta de banderas, sino desalojar de la Zona canalera al ejército estadounidense y derogar el Tratado del Canal. 

Por ello, atender las necesidades de la Juventud y la Educación, debía ser una prioridad del estado. Debíamos prepararnos para la administración y manejo del Canal. En el discurso de primer puesto expresé ante el ministro de Educación, el sentir y la exigencia de parte de los institutores, de mejorar la educación nacional y la necesidad de adoptar una nueva y patriótica política, reclamada por todos los panameños. 

El Dr. Ricaurte Soler publicó ese discurso en la revista Tareas No 18, 1967. Con beca por puesto de honor y préstamo del IFARHU, fui a estudiar física en Francia. Allí obtuve la licenciatura y el gobierno francés me otorgó una beca para estudiar la maestría y el doctorado en física nuclear

En 1974, regresé e inicié labores como profesor en la Universidad de Panamá

La UP tenía un programa de apoyo a la formación de ingenieros náuticos de máquinas y de cubierta. Era responsabilidad de la Escuela Náutica, bajo la dirección del Ministerio de Educación.

 Su objetivo principal era formar los ingenieros náuticos, para trabajar como capitanes pasa barcos, en el Canal y además surtir las necesidades de la República en su flota naval registrada. 

El apoyo de la UP, consistía en suministrar profesores en las áreas donde no había suficientes profesionales para atender la demanda, por ejemplo física aplicada. Junto con otros colegas físicos, nos adherimos a ese programa. 

Omar Torrijos asumió la política nacionalista de estado para la derogatoria del tratado y se concretó en los tratados Torrijos-Carter.

 Este año cumplimos 45 años de su firma (1977). Las bases militares debían desmantelarse y Panamá asumir el Canal y su defensa. Previo al tratado Torrijos-Carter, la defensa del Canal en una guerra, la asumía el ejército de los Estados Unidos. 

¿Cómo Panamá asumiría su defensa si no tenía realmente ejército? Panamá suscribió dos elementos concretos ligados a la defensa del Canal: el tratado de neutralidad y el tratado TPCEN (CTBT).

Este último tiene una red mundial de vigilancia para garantizar el cumplimiento de uno de tres pilares hacia la paz mundial, la prohibición de los ensayos nucleares. 

Son tres tratados pilares de prevención de una guerra nuclear catastrófica: la no producción de armas nucleares, la prohibición de ensayos nucleares y la destrucción de las armas nucleares.

 La prohibición de ensayos nucleares se controla con una red de vigilancia del tratado CTBT. Una guerra con armas nucleares sería destructora y el Canal es considerado, uno de los objetivos claves a destruir en una guerra mundial. 

Además, los ensayos nucleares contaminan todo el planeta con radiación ambiental que es muy dañina, peor que una pandemia. 

El tratado CTBT se negoció cuando los Estados Unidos estaba administrando el Canal y su Zona adyacente. 

Hay cuatro estaciones de radionucleidos que vigilan el cumplimiento del tratado en América Central y el Caribe. 

Dos fueron asignadas a los Estados Unidos y dos a Francia, países nucleares, para ser administradas por sus ejércitos debido al control y la reserva que requieren. 

De esas dos el CTBT asignó a los Estados Unidos la estación RN50, en la base militar del ejército de los EEUU, en Howard, Panamá. 

Con la reversión del Canal, Panamá debía asumir la responsabilidad de la estación RN50 o permitir a los Estados Unidos continuar con la estación en territorio de Panamá. 

Pero siendo consecuente Panamá con su lucha canalera, asumió su responsabilidad soberana y por razones de especialidad le pidió a la Universidad de Panamá de aceptar ese compromiso a nombre del estado panameño. 

La UP fue escogida por tener los especialistas de la más alta calificación en el área nuclear. El Consejo Administrativo de la Universidad de Panamá, patrióticamente, asumió el compromiso y pidió a su servidor aceptar ser director responsable de la RN50, dentro de la normativa del Tratado. 

A través de la estación RN50, como país soberano, apoyamos la vigilancia mundial para evitar los ensayos nucleares, es decir apoyamos esa parte de la seguridad del Canal, sus áreas adyacentes, así como el país y la región. 

La estación también permite detectar el intento de paso de naves a través de la vía acuática con fugas de material radiactivo. Así se evita el riesgo de afectar a los habitantes de la ribera canalera, entre ellos la salud de los habitantes de la ciudad de Panamá. Igualmente, vigilamos algunos parámetros que indican contaminación ambiental. Exhortamos a los jóvenes panameños y particularmente los universitarios, graduados y por graduar, a asumir compromisos nacionales, por ejemplo, sacar a Panamá del subdesarrollo.

 Hoy, 9 de enero de 2022, conmemorando el aniversario número 58 de la gesta del 1964 y honrando los muertos y expresando nuestros respetos a los heridos, queremos decirles a nuestros mártires, que esta institución, la UNIVERSIDAD DE PANAMÁ, ha cumplido y sigue cumpliendo con el mandato que, con su sacrificio, ustedes nos asignaron: servir y honrar la patria.