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Violeta Villar Liste

Educación para el Desarrollo Sostenible: ¿más de lo mismo o igual pero diferente?, charla pública organizada por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), permitió entender qué es este concepto tan antiguo y tan nuevo, en la voz de Adriana Sautú

Enseñanza interactiva, infraestructura escolar alineada con el reciclaje y el ahorro energético y alianzas con la comunidad para participar en la solución de sus problemas, son principios del enfoque integral que promueve la escuela de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS).

Estos conceptos, expuestos en la voz de Adriana Sautú, quien se define como “bióloga dedicada a la educación creativa del pensamiento crítico”, fueron parte de su disertación a propósito de la charla pública, Educación para el Desarrollo Sostenible: ¿más de lo mismo o igual pero diferente?, organizada por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI).

Adriana Sautú Foto | STRI

Las preguntas de la convocatoria a la charla, de parte del STRI, dejaron terreno a una pluralidad de indagaciones que fueron respondidas por la ponente:“¿Otro nuevo adjetivo detrás de la palabra educación?¿Qué diferencia hay entre Educación Ambiental y Educación para el Desarrollo Sostenible? ¿Qué papel juegan las instituciones de la sociedad civil en el cumplimiento del ODS 4? ¿Tenemos que cumplirlas todas? ¿Cuánto hemos hecho para acercarnos a la EDS y cuánto nos falta?”

Sautú fue jefa del Programa Escolar del Biomuseo, coordinadora de Investigación y programas en el STRI y ahora es consultora en Praxia Consultores Educativos.

El debate es oportuno: La Asamblea Nacional acaba de aprobar en tercer debate, el proyecto de ley 862, el cual establece los lineamientos para la implementación de la política de Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), propuesta por el Ministerio de Educación (Meduca) con lo cual Panamá se convierte junto a Costa Rica y Chile en el tercer país en adoptar esta política de EDS.

En el documento se explica que la EDS “brindará a todos los estudiantes los conocimientos, las competencias, las habilidades de aprendizaje y tecnológicas de innovación, de comunicación, colaboración y valores necesarios, para superar los retos y desafíos nacionales y mundiales, especialmente, del cambio climático, la sostenibilidad medioambiental, la pérdida de la biodiversidad, la pobreza y las desigualdades”.

EDS + ODS

Adriana Sautú reflexionó que la educación no solo ocurre en la escuela: en la televisión, los periódicos, en los centros culturales y hasta en los autobuses, se producen experiencias educativas.

“Los Objetivos de Desarrollado Sostenible (ODS) están de moda y la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) también”, señaló antes de recorrer un camino que inició, explica, en la posguerra, luego de la II Guerra Mundial, cuando la cultura del confort (más uso de petróleo, energías, tecnología y consumo) genera la interrogante de cómo conciliar necesidades con la realidad de un entorno impactado.

En la década de los 70 aparecen con mucha fuerza los movimientos ambientales y la idea persistente de un desarrollo sostenible que pusiera en equilibrio conceptos como conservación, paz y justicia social con el modelo económico.

Los ODS que se concretan en el año 2015,con el objetivo de avanzar hacia el desarrollo sostenible en equilibrio económico, social y ambiental, son 17 “y es importante tener claro que o se logran todos o no se logran: unos dependen de otros”, aclaró la expositora.

Destaca, por otro lado, que la EDS tuvo carta de nacimiento de modo anterior a los ODS, de la mano con la Unesco  y luego se articulan a los ODS.

De hecho, la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 57/254 de diciembre de 2002 proclamó el período 2005-2014 Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible.

El vínculo ODS-EDS está expreso en el ODS 4 (Educación de calidad) que promueve “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

En concreto, la meta 4.7 refleja que será tarea, de aquí a 2030, “garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible”.

Este logro será posible, de acuerdo con la meta 4.7, “con la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no de violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible, entre otros medios”.

Llegado a este punto, que es aspecto en discusión, la ponente indica que la pregunta de muchos es “cuánto tendré que aprender y enseñar”.

Refiere que no hay espacio para la confusión: No se trata de agregar contenidos. El cambio radica en los modelos para insertar esos contenidos en una dinámica de EDS.

¿Educaciones adjetivadas?

En este punto pasa al concepto de “educaciones adjetivadas” que en realidad pueden ser tantas como materias en la vida: educación ambiental, educación vial, educación bancaria… : “cambian los contenidos, pero mantienen metodologías activas e interdisciplinariedad”.

Reitera el concepto de una sola educación que se nutre de estos “adjetivos” llamados a incorporar nuevos materiales educativos, talleres y programas, articulados con otros organismos según el tipo de materia.

En Panamá estas educaciones adjetivadas “se han incorporado a través de los ejes transversales”.

Educación sostenible y educación ambiental, ¿son diferentes?
Adriana Sautú, detalló que en el caso de la educación ambiental, muchos ejemplos se pueden considerar como educación para el desarrollo sostenible pero hay una tendencia y es cuando conceptos que podrían resultar aislados en una clase de educación ambiental, se integran en proyectos escolares, con lo cual adquieren sentido y contexto.
Educar para pensar es la base de toda la educación.

EDS: crecer sobre cinco pilares

Al profundizar en la EDS indica que más allá de un apellido o adjetivo (“ambiental” “vial” “financiera”…), es una educación holística que se sustenta en una frase poderosa y cinco pilares.

La frase: Aprender lo que se vive y vivir lo que se aprende.

Los cinco pilares:

  • Saber
  • Hacer
  • Convivir
  • Ser

Un quinto pilar que llegó después: Transformarse uno mismo y transformar la sociedad, “porque transformarnos es necesario porque el mundo evoluciona y la incertidumbre es cada vez mayor”.

Esta realidad, afirma, nos obliga a enseñar y aprender de manera activa.

Reflexiona que estos pilares significaron una revolución porque ya no se trata de contenidos o de una educación memorística: es hablar de habilidades y transformación.

La EDS mantienen principios que son “viejos” y actuales:

  1. Aprendizaje autónomo: aprender por uno mismo
  2. Participación y colaboración: dejar atrás el individualismo y acentuar la solidaridad.
  3. Orientación hacia los problemas: pensar de manera analítica. Por ejemplo, en ocasiones se señala que las comunidades no tienen buenos hábitos porque hay basura en las calles, pero resulta que no pasa el camión de aseo. Cambia la perspectiva.
  4. Vincular aprendizaje formal e informal: salir de la escuela y conectarse, por ejemplo, con museos y otras realidades.
  5.  Multi, inter y transdisciplinariedad: incorporar las visiones híbridas

Lo nuevo es el enfoque integral de la escuela, sustentado en cuatro aspectos:

  • Gobierno escolar: participación en la toma de decisiones
  • Enseñanza y aprendizaje: interactivo, exploratorio.. centrado en el estudiante  
  • Instalaciones: ecológicas, con manejo del reciclaje y experiencias de ahorro energético
  • Alianzas con la comunidad: participar en la solución de sus problemas

Cuando la profesora Xiomara Martínez, docente de la escuela Guillermo Endara Galimany de La Chorrera, le pidió a sus alumnos trabajar sobre la oralidad para recuperar otra perspectiva de los hechos del 20 de diciembre de 1989, hizo un ejercicio poderoso por conectar a la escuela con la comunidad más allá de la tradición pedagógica y académica.

Otro ejemplo novedoso de cómo las prácticas docentes se vinculan con la comunidad, ocurrió a propósito del libro de Wendy Tribaldos, 9 de enero de 1964, lo que no me contaron, cuando la autora, junto a la organización, Jóvenes Unidos por la Educación, profundizaron en la fecha con un concepto integral de análisis que derivó en una muestra en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y así la historia cobra vida de otro modo.

Con estos ejemplos Adriana Sautú puso en contexto la filosofía de esta nueva escuela que debe venir.

Analiza que una escuela inclusiva, que produce la comida que consume, hay preocupación por el cambio climático y se integra a su entorno es una herramienta en esta EDS tan vieja y tan nueva como se quiera pensar: eso sí llamada a acompañar a la sociedad en el cambio cada vez más necesario.

Violeta Villar Liste
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