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La Biblioteca Nacional es ahora es responsabilidad del Ministerio de Cultura, pero la desidia está repartida en años hacia atrás, y los que pusieron las manos en la administración cultural en el pasado se excusarán diciendo que las tenían atadas

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Reseña por: Pedro Crenes Castro


¿Dónde está la Universidad de Panamá, la Academia Panameña de la Lengua, la UTP o la USMA? ¿Dónde están los historiadores, intelectuales y escritores levantando voces de protesta ante un Ministerio de Cultura que no atiende a lo que es importante?

El estado crítico de la Biblioteca Nacional

«No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista», dice la sabiduría popular, y en Panamá, en materia cultural, hemos optado por la segunda parte del refrán («no hay cuerpo que lo resista»), porque el mal no lo vamos a atacar, total pa’ qué. Nuestros políticos, todos ellos, han optado por dejar morir desde hace más de treinta años nuestra cultura por comisión y, sobre todo, por omisión.

Hoy asistimos a desfiles de miles de polleras, molas, diablicos sucios, decimeros y hasta eventos de sombreros —pintaos o no—, meses de etnias diversas financiadas ampliamente por el sistema clientelar que nos gobierna —en connivencia con nuestra desidia— porque son más populares, son un tipo de «cultura» evidente y bullanguera, que el ciudadano reconoce con facilidad acrítica, como el desfile de Navidad, esa grotesca costumbre que tanto dinero nos cuesta al año para beneficio de unos pocos: los de siempre.

Una de esas muertes por desidia, porque «no hay cuerpo que resista» tanto desprecio gubernamental, es la de la Biblioteca Nacional, que fue salvada en su día por un patronato, la Fundación Pro Biblioteca Nacional, que ahora trabaja con las uñas, con profesionalidad y pasión, con el objetivo de no dejar morir la memoria de nuestro país y procurar un lugar donde esa memoria se pueda consultar.

Lo que es sintomático en «el país más próspero de la región» es que una Biblioteca Nacional tenga que depender de un patronato, que mendigar dinero, que aplazar pagos y proyectos o quedarse por fuera del reparto necesario de un presupuesto escaso, 4,2 millones, y que es más bien poco para la altura cultural que debería demostrar desde hace décadas un país como Panamá.

Alguien se empeñó en su día —la desidia cultural y el elitismo provinciano en materia cultural nos destruye desde hace tiempo— en montar una Ciudad de las Artes, carísima, para albergar a la Orquesta Sinfónica Nacional, el Ballet Nacional y las Escuelas de Bellas Artes, ignorando que la prioridad para un país es tener una Biblioteca Nacional en las condiciones de ese carísimo edificio, que veremos languidecer por falta de mantenimiento en no pocos años. Y lo sé porque se acaba de crear oficialmente el Patronato de la Ciudad de las Artes, «garantizando la sostenibilidad, autonomía y transparencia de uno de los espacios culturales más importantes del país», algo parecido a lo de la Biblioteca Nacional, y miren ustedes en qué situación estamos. Tiempo al tiempo.

La Biblioteca Nacional es ahora es responsabilidad del Ministerio de Cultura, pero la desidia está repartida en años hacia atrás, y los que pusieron las manos en la administración cultural en el pasado se excusarán diciendo que las tenían atadas, lo más seguro, lo que demuestra que a ningún presidente le ha interesado ni los libros ni la cultura, aunque ahora vayan publicando sus «memorias», como si no recordáramos lo que han hecho. «Entre todos la mataron y ella sola se murió», reza otro dicho, pero no nos hagamos trampas: aquí nadie pone la cara por la cultura, si acaso un escaso lamento en redes, pero la mayoría se esconde para no salir movidos en la foto, no sea que no me llamen, no me den espacio, o no me nominen para entrar en la institución.

¿Dónde está la Universidad de Panamá, la Academia Panameña de la Lengua, la UTP o la USMA? ¿Dónde están los historiadores, intelectuales y escritores levantando voces de protesta ante un Ministerio de Cultura que no atiende a lo que es importante? Tantas leyes absurdas «prohijándose» (¿por qué hablan así de rebuscado?) y la Asamblea Nacional no es capaz de promover una ley que blinde un institución fundamental para cualquier democracia.

¿Dónde está la Cámara Panameña del Libro, y su protesta airada contra semejante vacío cultural? Sí, «entre todos la matamos», hace tiempo, pero no se murió ella sola: este es un crimen perpetrado por todos, entre ellos el Ministerio de Educación, que como ya no es de su incumbencia, pone cara de «yo no fui», pero durante años ha sido responsable del deterioro sistemático de nuestra primera casa de la memoria nacional.

MiCultura dice que la plata viene. Cito de sus redes: «El convenio vigente, contempla un aporte económico de B/. 4.2 millones, está actualmente en proceso de refrendo por parte de la Contraloría General de la República, y se ejecutará bajo los más altos estándares de transparencia y fiscalización». Estándares críticos y culturales son los que hacen falta desde hace años en nuestro país, que en números globales parece el mejor de la región, pero cuando nos acercamos al día a día, tenemos que lidiar con migajas para desarrollar nuestra cultura.

Lo que ocurre con la Biblioteca Nacional es crítico, pero ya no es solo un tema de dinero, que también, es un asunto de cambio de paradigma social. Ante el cansancio y la desidia, ante el silencio civil que es un derecho, hace falta levantar la voz y protestar con severidad por este atropello a nuestra salud democrática. Pueden robarnos todo, pero no consintamos que nos roben los libros, los espacios para interactuar con ellos: que no nos roben el rincón necesario para nuestra memoria nacional.


Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña | [email protected]

Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.