Las enmiendas también introducen el establecimiento de Autoridades Nacionales del RSI por parte de los gobiernos para coordinar su aplicación
Comunicado OMS
Hoy se marca un hito en la gobernanza sanitaria mundial con la entrada en vigor de las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI). Esto refleja un renovado compromiso mundial con la cooperación ante las emergencias de salud pública, basado en las lecciones aprendidas con esfuerzo durante la pandemia de COVID-19.
El RSI es un reglamento mundial que orienta a 196 Estados Partes, incluidos los 194 Estados Miembros de la OMS, sobre sus derechos y obligaciones en relación con los riesgos para la salud pública. Reconoce que las enfermedades infecciosas y otros riesgos para la salud pública no conocen fronteras y que la acción mundial coordinada es crucial.
Los orígenes del RSI se remontan al siglo XIX , cuando la expansión de los viajes y el comercio aceleró la propagación de enfermedades de puerto a puerto, lo que impulsó la introducción de medidas de cuarentena. Inicialmente regidas por tratados bilaterales y regionales, estas iniciativas se globalizaron en 1951, tras la fundación de la OMS, con el Reglamento Sanitario Internacional. Posteriormente, este reglamento pasó a denominarse RSI y, desde entonces, ha evolucionado para adaptarse al panorama cambiante de la salud mundial.
En 2024, los Estados Miembros de la OMS adoptaron enmiendas por consenso en la 77.ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra.
Uno de los cambios es la introducción de un nuevo nivel de alerta mundial —una «emergencia pandémica»— para impulsar una mayor colaboración internacional cuando un riesgo para la salud se intensifica más allá de una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y supone el riesgo de convertirse, o ya se ha convertido, en una pandemia, con un impacto generalizado en el sistema de salud y perturbaciones en las sociedades.
Las enmiendas también introducen el establecimiento de Autoridades Nacionales del RSI por parte de los gobiernos para coordinar su aplicación e incluyen disposiciones para fortalecer el acceso a productos médicos y la financiación con base en la equidad y la solidaridad.
Estos cambios se basaron en las lecciones aprendidas durante la pandemia de COVID-19. Las últimas revisiones importantes se adoptaron en 2005 tras el brote de SARS.
“El fortalecimiento del Reglamento Sanitario Internacional representa un compromiso histórico para proteger a las generaciones futuras del impacto devastador de las epidemias y pandemias”, declaró el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Sabemos que nadie está a salvo hasta que todos lo estemos. Las enmiendas al RSI reafirman nuestra responsabilidad compartida y nuestra solidaridad ante los riesgos para la salud mundial”.
Además del RSI modificado, los Estados Miembros también adoptaron el Acuerdo de la OMS sobre Pandemias en la Asamblea Mundial de la Salud de este año y están negociando activamente un anexo al acuerdo sobre Acceso a Patógenos y Distribución de Beneficios.
Los Estados tienen el derecho soberano de implementar la legislación relacionada con las políticas sanitarias. En virtud del RSI, la OMS actúa como Secretaría, sin autoridad para obligar a los países a actuar.
Once de los 196 Estados Partes del RSI rechazaron las enmiendas de 2024. Para ellos, las versiones anteriores del RSI siguen vigentes, aunque los rechazos pueden retirarse en cualquier momento. La OMS apoyará a los Estados Partes del RSI, según se les solicite, en la integración de las enmiendas al reglamento en los marcos jurídicos nacionales y el fortalecimiento de las capacidades institucionales para colaborar en la construcción de un futuro más seguro y saludable para todos.
Ver documento:
https://apps.who.int/gb/bd/pdf_files/IHR_2014-2022-2024-en.pdf
Comunicado OMS