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La Dra. Marvis Corro,  jefa de la Unidad de Quemados del Hospital del Niño, ha reiterado en distintas oportunidades, y en especial en diciembre, que es una responsabilidad de familiares y de la sociedad, evitar las quemaduras en niños, niñas y adolescentes

Redacción LWS

La Unidad de Quemados del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel de Panamá atiende un promedio de entre 450 y 600 pacientes con quemaduras moderadas y severas.

Son cifras variables cada año, pero la reflexión es la misma: son quemaduras que se pudieron evitar con prevención. Gestos tan simples como evitar que el niño esté cerca de la cocina y no proporcionarle artefactos pirotécnicos.

La Dra. Marvis Corro,  jefa de la Unidad de Quemados del Hospital del Niño, ha reiterado en distintas oportunidades, y en especial en diciembre, que es una responsabilidad de familiares y de la sociedad, evitar las quemaduras en niños, niñas y adolescentes.

Como centro de referencia nacional, reciben casos de todo el país, y de distintas edades pediátricas: lactantes, preescolares, escolares y adolescentes.

Causas más frecuentes

Dra. Marvis Corro

La especialista explicó que la mayoría de los ingresos se debe a escaldaduras por líquidos calientes, como agua, aceite o alimentos recién preparados. Este tipo de quemaduras afecta en particular a lactantes y preescolares, tanto en zonas urbanas como rurales.

En estas fechas festivas aumentan otras causas:

Pirotecnia: hasta el momento se han registrado 10 casos por artefactos explosivos a lo largo del año, incluidos tres en diciembre

Contacto con superficies calientes: hornos, parrillas, bandejas o utensilios durante la preparación de alimentos.

Accidentes en áreas rurales: caídas en ollas grandes utilizadas para preparar comidas tradicionales como el sancocho o el arroz con pollo.

Exposición a sustancias químicas: durante limpiezas de fin de año, especialmente cuando los productos se almacenan en envases de bebidas, lo que lleva a ingestas accidentales y quemaduras internas. Importante: no se pueden almacenar líquidos de limpieza en envases que se pueden prestar a confusión. Utilizar el envase de la soda o del jugo, puede llevar a su consumo de manera accidental.

La pirotecnia no es un juego

La Dra. Corro insistió en que ningún artefacto pirotécnico es inocuo. Ni las “cebollitas”, ni las “estrellitas”, ni los silbadores o mariposas son seguros.

Recordó que no solo no deben manipularse, sino que tampoco es seguro que los niños sean espectadores, pues ya se han registrado lesiones graves incluso cuando un adulto estaba presente.

Las quemaduras por pirotecnia pueden dejar secuelas físicas y emocionales permanentes. “La chispa dura un segundo; la cicatriz, toda la vida”, advirtió.

Medidas clave de prevención

La especialista subrayó que las quemaduras son una patología prevenible. Entre las recomendaciones:

  • Mantener a los niños fuera de la cocina, especialmente durante la preparación de comidas calientes.
  • Evitar cargar a los niños mientras se manipulan líquidos o alimentos calientes.
  • Asegurar que los hornos, parrillas y bandejas calientes estén fuera de su alcance.
  • En áreas rurales, extremar precauciones con ollas grandes utilizadas en patios o exteriores.
  • No almacenar químicos en envases de bebidas.
  • Supervisión constante y activa de adultos responsables.
  • Prohibir totalmente el uso de pirotecnia en niños, niñas y adolescentes.

¿Qué hacer ante una quemadura?

La Dra. Corro explicó los pasos iniciales para actuar de forma segura si la quemadura ocurre:

  • Asegurar el área para evitar nuevos accidentes.
  • En caso de quemadura por líquido caliente: Aplicar compresas frías (no hielo) durante 10–20 minutos si la lesión es pequeña. Si la quemadura es extensa, cubrir con una sábana limpia y trasladar de inmediato al centro de salud.
  • Buscar atención médica siempre, incluso si la lesión parece menor.

Un llamado a la corresponsabilidad

La Unidad de Quemados, en la voz de la Dra. Corro, recuerda que cada caso grave implica un impacto profundo en la vida del niño o adolescente y en su familia. Muchas lesiones requieren injertos, cirugías o incluso amputaciones, dejando secuelas permanentes.

La prevención, en el hogar, en las celebraciones y en las actividades cotidianas, es la herramienta más poderosa para proteger la vida y el futuro de la niñez y evitar que estas fechas que deben ser de armonía y alegría, se conviertan en una tragedia evitable.

Redacción LWS