fbpx

Después de una dura semana de trabajo, nada mejor que arrancar el fin de semana con el “viernes cultural”, esa reunión de amigos en las esquinas del barrio presagiando ya el descanso y la fiesta. Esta sección pretende hacer eso, arrancar nuestro fin de semana desde esta esquina virtual con cuentos y poemas de autores panameños para que los conozcan y los disfruten. Así que, ¡feliz fin de semana!, con sabor a literatura panameña de la buena.

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Habla memoria

Pedro Crenes


Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.

Habla, memoria

Recupero y amplío este texto de hace unos años al reflexionar sobre la invasión:

Tengo las manos sucias de preguntas.

Héctor Collado

Publicidad

En casa de la madre

Pretendo una memoria activa, desprecio en mí la condescendencia con lo hasta ahora aprendido, con las respuestas halladas. Hablan de páginas pasadas que esconden olvidos cobardes, pretendidas mejillas vueltas para que otra bofetada venga. Sigo viendo, en mis madrugadas lejos de mi tierra, aquellos brillos mortales que no eran luces navideñas, ni fuegos artificiales detonando la alegría de las fiestas.

Nos cayeron encima con sus bombas de causas injustas, nos aplastaron por nuestro propio bien, por su democracia en inglés que incluía un olvido instantáneo y sostenido. Pero he aprendido a sentarme con la herida, a mirarla a los ojos y recordarla palmo a palmo, sin rencor, pero con la conciencia entera de lo que nos hicieron.

El perdón, ¿qué es? Es volver a mirar la herida y recordarla con lucidez mientras se pide justicia, mientras se detiene la siguiente bofetada retirando la mejilla porque hay que guardarla para ponerla en causas más nobles.

No olvido los sonidos, los ojos preocupados, los rostros aterrados de los que se vieron sometidos a la ausencia súbita e irracional de sus seres queridos. No olvido la mirada de aquella mujer cercana que perdió al hombre de su vida, al padre de sus hijos, que perdió al hombre que tanto amaba, y cómo nunca se recuperó de aquel golpe, y cómo odió hasta el día de su muerte un mes como éste, una fecha como esta.

Nadie nos pidió el olvido aquella noche, nadie se lo imaginó, y muchos de los que celebraron esa tormenta de injusticia aprendieron, poco a poco, que no valió la pena ni una sola muerte, ni un solo terror de bala ni de mortero. Es de un egoísmo muy poco acorde con el espíritu de estas fechas que alguien, aún hoy, crea que la muerte de otros fue un peaje necesario.

Habla, memoria, para derrotar a los que prohíben el olvido pero no te invocan, y si lo hacen, es para dejar de prestarte atención al poco de empezar tú a engarzar recuerdos como un collar de dolores que poco les importan; habla para que el silencio no nos sea una costumbre y el luto no se desdibuje en un soleado día de playa, para que no se convierta en un día de asueto que juntar con la Navidad cercana, para que no nos arranquemos hacia el olvido prohibido.

Di, memoria, ahora que la fecha pasó, ahora que el adviento del Niño es presencia de regalos y familia y voces, dinos ahora, muéstranos, susurra otra vez que estamos siendo olvido, que tenemos que seguir escribiendo, que leer es más que solo recitales y fotos. Di, memoria, que tenemos que convertir este vacío que nos dejó todo aquello en huella.

En mi calendario, este día es de luto nacional hace años. Es un día para recordar qué pasó, para enfrentarnos con nuestra historia y evitar, no ya que se repita, sino que se olvide, una batalla que no debemos perder nunca. Nos invadieron el 20 de diciembre de 1989, hace treinta y cuatro años, y fue terrible. «Y seguimos luchando, y seguimos penando», y renunciamos al olvido: caminamos hacia la voz, hacia la memoria..

Por: Pedro Crenes