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Por: Hisvet Fernández

Hisvet Fernández es psicóloga social, feminista, activista de los DDHH de las Mujeres y los Derechos Sexuales y Reproductivos, directora del Centro de Capacitación para la Vida (Cecavid). Integrante de la Alianza Salud Para Todas. Coordinadora del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, núcleo Lara. 
@psicosexualhisvetf  [email protected] @psicohisvetfernandez

El feminismo podemos entenderlo como un movimiento social que busca la equidad en las relaciones entre hombres y mujeres, como seres humanos y se propone equilibrar sus relaciones de poder.

Ha sido protagonizado por mujeres fundamentalmente,  pero siempre ha contado entre sus filas con hombres que han participado en esta reivindicación histórica.

Según Montserrat Dehesa Santillán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) el feminismo es un movimiento social cuyas características principales son:

La Solidaridad como valor social; el Impulso de una percepción de la realidad que cuestione las ideas normativas y reglas sociales que suponen desventaja para las mujeres; Empujar la ruptura o disolución de límites y normas de las relaciones sociales, para frenar y erradicar el menosprecio o el abuso por el hecho de ser mujer y Promover la habilidad para la producción de ideas, teorías y acciones colectivas en los grupos de mujeres, que se encaminen hacia el cambio. El feminismo impulsa actuar para que las situaciones de injusticia cambien.

El feminismo como teoría tiene cuatro categorías de análisis básicas:

1ra. El Orden Patriarcal: Considerado un sistema de organización social en el que los puestos clave de poder (político, económico, religioso y militar) se encuentran, exclusiva o mayoritariamente, en manos de varones. Lo que nos indica que aún existe el orden patriarcal a nivel mundial.

2da. El Género, definida como una construcción social que se basa en el conjunto de ideas, creencias y representaciones que generan las culturas a partir de las diferencias sexuales. Esta categoría se levanta sobre el sexo biológico y forma parte de la sexualidad, al determinar los papeles de lo masculino y lo femenino. La Teoría de Género explica muy bien esta categoría desde finales de la década de los 60 y principios de los 70 del siglo XX.

3ra. La identidad de género, el género femenino se construye a partir del antagonismo con el hombre y su identidad masculina.  Lo femenino se edifica desde la debilidad, el servicio y el ser para otros. Mientras el género masculino es considerado el modelo de lo humano, y como tal se le atribuye autonomía, fuerza y poder.

4ta. La Violencia de Género que significa las agresiones, acciones u omisiones contra la integridad de las personas por su sexo-género manifiesto, basadas en el orden patriarcal y en las relaciones de poder-dominación que resulten en daño psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual y hasta el feminicidio.

El patriarcado es metaestable

Celia Amorós, feminista destacada por sus aportes a la Teoría Feminista, enla Cátedra, 2005 planteó que “el patriarcado no es una esencia, sino un sistema metaestable de dominación ejercido por los individuos que, al mismo tiempo, son troquelados por él”“Todos formamos parte de él y estamos forjados por él pero eso no nos exime de la responsabilidad de intentar distanciarnos críticamente de sus estructuras y actuar ética y políticamente contra sus bases y sus efectos”.

El Patriarcado se ha transformado a lo largo de la historia de su existencia, desde la esclavitud, que fue cuando se constituye en un sistema de dominación como Estado Esclavista y hasta nuestros días en el modo capitalista neoliberal del Estado.

Su forma social se va adaptando a las circunstancias políticas, económicas y sociales sin perder su esencia en la constitución y ejercicio del poder, cuyas bases son la propiedad privada sobre los medios de producción y reproducción y los distintos estratos sociales que se derivan de ello. Ambas bases se mantienen y cambian las formas solamente. Eso es lo que lo hace metaestable.

Esa es la razón por la que el feminismo para lograr concretar sus características principales forma parte indiscutible de una lucha más amplia para superar un modelo económico que impide alcanzar relaciones sociales, como se las plantea el feminismo, basadas en la reciprocidad, solidaridad e igualdad en la diferencia.

Mientras exista el patriarcado el feminismo tiene vigencia ya que superar el patriarcado sería superar el modelo económico y social que afecta a toda la población y ha creado la discriminación sexual como base de su existencia, afectando diferencialmente a las mujeres en toda su línea de vida.

Por eso la denuncia del feminismo es de cómo la cultura actual, en todas sus expresiones, aún naturaliza la diferencia sexual, como también develar que el patriarcado es el eje de las divisiones sexuales y sociales.

El feminismo no es una lucha secundaria, es parte de la lucha contra todas las formas de injusticias y en este momento histórico ubica sus reivindicaciones en relación al neoliberalismo, no sólo impulsando la transformación de los espacios machistas en que vivimos, sino también la superación de todas las estructuras desiguales e inequitativas que caracterizan a este modelo económico-social.

Por: Hisvet Fernández