fbpx
Pixabay

Por: Dra. Karen Courville

Por: Dra. Karen Courville, FACP
Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión.

Para medir la fuerza que ejerce el corazón al empujar la sangre hacia la circulación y contra las paredes de las arterias, utilizamos una medida que se llama la presión arterial.

En términos generales, la presión arterial normal de todos los adultos debería ser menos de 120/80.  Esta medición consta de dos cifras: el valor superior se conoce como “presión sistólica” y nos indica el valor con el que la sangre es expulsada del corazón; y el valor inferior, que se conoce como “presión diastólica”, y que nos indica el valor de la presión entre latidos.

Cuando el valor se incrementa por arriba de 140/90 de manera sostenida, se presenta lo que se llama hipertensión arterial.

¿Por qué debemos conocer nuestro valor de presión arterial?

Cuando la presión se mantiene elevada, se produce un esfuerzo que el corazón debe vencer para sobreponer la resistencia de las vasculatura sanguínea. 

El cuerpo tiene métodos de autorregulación para enfrentar las elevaciones transitorias, haciendo que los pacientes no tengan síntomas. 

Al mantener la presión por muchos años por arriba de lo normal, se va produciendo daño en los órganos, ya que se produce insuficiencia en el aporte sanguíneo asociado al aumento de las resistencias vasculares.  La presión alta es la causa principal de infartos cardíacos, cerebrales e insuficiencia renal.

¿Qué tan común es la hipertensión arterial?

En el año 2000, 900 millones de adultos a nivel mundial sufrían de hipertensión.   Para el año 2025, se estima que más de 1.5 billones de personas serán diagnosticadas con hipertensión.  Se ve mayormente en países de mediano y bajo ingreso.

En Panamá, según datos del MINSA la prevalencia de la hipertensión para el año 2018 fue de un 22%. 

La hipertensión es una de las causas más importantes de enfermedad renal crónica a nivel mundial, causando un 28% de los enfermos en diálisis en Estados Unidos.

Hay un importante debate sobre el conocimiento de la enfermedad y el tratamiento: el porcentaje de conocimiento de qué es hipertensión entre los adultos va entre un 40% a 67% a nivel mundial; y el porcentaje de pacientes con presión controlada solo llega a un 28%.

¿Qué factores influyen en un adecuado control de la presión arterial?

Existen cinco categorías en las que podemos agrupar factores que pueden influir en un buen control de la presión: la condición sociodemográfica (adultos mayores sin asistencia, vivir lejos de un centro de atención, problemas con transporte para acceso, analfabetismo, situaciones climáticas, guerras); condición del centro de atención (escasez de medicamentos, citas de atención poco frecuentes, dificultad en los horarios, falta de personal médico); relacionados al tratamiento (terapias con múltiples medicamentos, falla del tratamiento, intolerancia al medicamento); relacionados a la condición o enfermedad (múltiples condiciones crónicas a la vez, trastornos depresivos, abuso de sustancias y/o alcohol); y relacionados al paciente (negación del diagnóstico, minimización de la enfermedad, miedo a dependencia del medicamento, poco entendimiento de la enfermedad, poca anuencia al seguimiento, uso de medicina alternativa, miedo a efectos secundarios)

¿Cuáles son las consecuencias de un control inadecuado de la presión arterial?

A nivel vascular, los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos, el corazón aumenta el tamaño de la pared, produciendo crisis hipertensivas y mayor riesgo de infarto agudo de miocardio.

Las personas con presión arterial elevado tienen mayor riesgo de sufrir de demencia y deterioro de la función cognitiva, con disminución en la capacidad de planificación, organización y ejecución de tareas diarias.

Los pacientes con hipertensión arterial sostenida presentan mayor cantidad de pérdida de proteínas en la orina, lo que es un factor de riesgo vascular para infarto del corazón, cerebro y deterioro progresivo de la función renal.  La hipertensión también es una de las causas de enfermedad renal crónica más importantes en Panamá.

Costos de la hipertensión arterial

Los pacientes con control subóptimo de la presión solicitan atención en urgencias y se hospitalizan de manera más frecuente que el paciente hipertenso con un control adecuado de la presión.  Estos pacientes presentan un grado de ausentismo mayor y al estar enfermos, tienen un grado de productividad menor en sus trabajos.

El mal control de la presión representa gastos importantes para la atención y tratamiento de estos pacientes, con un gran número que requiere cateterismo cardíaco, terapias de trombolísis, fisioterapia para rehabilitación y terapias de reemplazo renal (diálisis): todos tratamientos muy costosos para los países de la región.

Recomendaciones para un adecuado control de presión arterial

Los sistemas de salud deben ser garantes de un abastecimiento adecuado de medicamentos de calidad, a la disponibilidad de los pacientes. 

Los sistemas de evaluación de salud ocupacional en las empresas pueden colaborar con sus dependientes en el control frecuente de la presión arterial. 

Los médicos debemos enseñarles a los pacientes que la hipertensión arterial se controla de manera eficaz, pero no se cura, por lo que deben continuar su medicación de manera continua para evitar complicaciones. Los pacientes deben aprender el uso correcto de los medicamentos, practicar estilos de vida saludable y llevar una dieta sana y balanceada.

Por: Dra. Karen Courville, FACP