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«A quienes tuvimos el privilegio de su amistad, y de compartir sus intereses académicos y profesionales, su ausencia física nos deja una honda tristeza…»

Por: Dra. Raisa Urribarri

La autora es Periodista con maestría en Tecnologías de la Información (TIC) y Doctora en Ciencias Humanas. Profesora e investigadora emérita de la Universidad de Los Andes (Venezuela). Consultora en temas relacionados con la libertad de expresión e información en el entorno digital, y con las TIC para el desarrollo. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI) de Panamá e investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS) AIP Panamá

La noticia sobre la muerte de Argelia Ferrer (27 de octubre de 1956 – 23 de junio de 2024) conmovió al mundo académico de la comunicación y del periodismo científico venezolano. Mensajes en redes sociales como Instagram, X y Facebook se multiplicaron en segundos, así como las notas en portales digitales de información. Los escribían colegas, amigos, cuentas de instituciones académicas, pero sobre todo sus alumnos, en Venezuela y regados por todo el mundo.

A quienes tuvimos el privilegio de su amistad, y de compartir sus intereses académicos y profesionales, su ausencia física nos deja una honda tristeza, pero también la tarea de valorar y divulgar su pensamiento y la contribución que hizo a la promoción del periodismo científico y a la formación de profesionales en esta área.

Con grado en Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, en 1981, Argelia se doctoró en Periodismo y Ciencia de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona, España, con beca meritoria otorgada por la Universidad de Los Andes, institución en la que desarrolló una larga carrera académica, hasta su jubilación, con iniciativas que dejaron profunda huella, tanto en la docencia, como en la investigación y la extensión.

Argelia fue docente en el núcleo tachirense de la ULA, donde creó la cátedra de periodismo científico. Posteriormente, se trasladó a la sede central de la universidad, en Mérida, para ejercer la  Dirección General de Medios de Comunicación. Desde ese despacho integró creativamente su saber no sólo para posicionar a la ULA en la sociedad, sino para hacer de la comunicación de la ciencia una bandera. El programa Voces de la ULA, en la radio universitaria, divulgó lo mejor de la ciencia producida en la institución.

Comprometida con la formación universitaria en comunicación, a la salida del cargo administrativo  se sumó a la escuela de Medios Audiovisuales y contribuyó con la creación de la carrera de Comunicación Social en el núcleo de Mérida. Asimismo, ejerció la Secretaría de la Comisión Permanente de Comunicación Social del Consejo Nacional de Universidades, integró la Comisión Curricular la Facultad de Humanidades y Educación de la ULA, y coordinó la Comisión de Postgrado de esa Facultad.

Activa en las tareas de divulgación científica, Argelia perteneció y participó en la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (ASOVAC), en el  Círculo de Periodismo Científico de Venezuela, y en la Asociación de Investigadores Venezolanos de la Comunicación desde su fundación.

Durante su larga trayectoria recibió diversas distinciones como el Premio de Periodismo Científico que lleva el nombre del maestro del periodismo científico venezolano “Arístides Bastidas”, otorgado por la Alcaldía del Municipio Libertador de Caracas.

Entre sus múltiples estudios, monografías y ensayos se cuentan:

  • Periodistas y periodismo científico (1995)
  • La formación de periodistas científicos (1999)
  • Periodismo científico y neomodernización (2000)
  • Periodismo Científico y Desarrollo. Una mirada desde América Latina (2003).
  • Periodismo científico y desarrollo (2005)
  • Una mina de oro puro: las universidades y su potencial informativo (2005)
  • Reflexiones sobre Comunicación, Tecnología y Sociedad: Digitalización y Ecología de Medios (2011).

Una de sus últimas contribuciones a la divulgación científica fue un capítulo del libro Se van los glaciares, editado por la Fundación Polar, que da cuenta de los embates del cambio climático y de la desaparición del último glaciar de la cordillera andina venezolana.

Del conjunto de su obra, resuenan con actualidad las siguientes reflexiones:

Ciencia, productividad y bienestar

“Los países industrializados han seguido un modelo de éxito económico apoyado en buena medida en el desarrollo del sector científico-tecnológico, el cual, por su capacidad de generar conocimientos y resolver problemas, ha impulsado el crecimiento del sector productivo, la generación de riquezas y el consecuente bienestar de la mayor parte de sus poblaciones”.

Ciencia, tecnología y desarrollo

“La relación estrecha y evidente entre ciencia y tecnología y desarrollo nos lleva a sostener que para promover el desarrollo latinoamericano es necesario fomentar la ciencia y tecnología regionales, mediante inversiones económicas en el sector y con el apoyo de políticas científicas y de comunicación que respalden el esfuerzo, contribuyan con la educación ciudadana, estimulen las vocaciones científicas, promuevan el apoyo empresarial local a las tecnologías propias, y reconozcan el papel de la ciencia y la tecnología en el desarrollo económico y social”.

Periodismo científico

“Desde mediados del siglo XX, cuando surgió el periodismo científico moderno, hasta los inicios del siglo XXI, la sociedad, la ciencia, las comunicaciones y el periodismo han evolucionado. En la era actual de la globalización, la sociedad requiere no sólo información, sino también explicación de lo que sucede en el sector científico-tecnológico, el cual se ha convertido en un componente de primer orden de la economía de los países industrializados, que requiere medios muy costosos para continuar su frenética carrera hacia el conocimiento y sus nuevos desarrollos. El periodismo también se ha profesionalizado y especializado para explicar mejor a las personas la complejidad creciente de un mundo en el cual los descubrimientos y desarrollos científico-tecnológicos tienen más interés para la colectividad, por sus repercusiones en la vida diaria”.

Formación de los periodistas científicos

“Planteamos la formación de periodistas científicos que se desempeñen cabalmente en la realidad actual latinoamericana, con los recursos disponibles y con conciencia de las limitaciones que puedan presentárseles, actores responsables en los procesos necesarios de cambio social en una región que no escapa al acelerado proceso de globalización económica. Periodistas que conozcan y aprovechen los medios y tecnologías de la información y las comunicaciones, desde los micromedios que hablan el lenguaje de los habitantes de zonas más deprimidas o alejadas de los centros urbanos, hasta los medios que aprovechan los últimos avances tecnológicos para conectarse sincrónicamente con cualquier lugar del planeta”.

Periodismo científico, ciudadanía y democracia

“A través del periodismo científico los ciudadanos pueden estar informados acerca de los adelantos del conocimiento, así como de las decisiones sobre desarrollos tecnológicos que los afectan individual y colectivamente, en el presente y en el futuro. Estando informados, serán capaces de participar en la discusión que implique la toma de esas decisiones, en el ejercicio democrático de sus derechos. Por su parte, las instituciones dedicadas a la promoción e investigación científica deben hacer un esfuerzo para abrirse hacia la colectividad, informando sobre sus actividades, sus proyectos, sus limitaciones. Así la colectividad podrá apoyarlas y sentirlas como propias”.

Referencias tomadas de:

  • Aguirre, J y Hernández Díaz, G. (2018). Diccionario de Investigadores Venezolanos de la Comunicación. ABEdiciones. 
  • FERRER, Argelia del Carmen. Universidad de Los Andes.
  • http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/8800/8/aferrer.pdf

Por: Dra. Raisa Urribarri