Liderado por el Dr. Antonio Guerra e incubado en Eurecat, centro tecnológico de Cataluña, es ejemplo de la ciencia emprendedora que transforma a España
Por: Violeta Villar Liste
El IX Congreso Nacional de Científicos Emprendedores ha culminado con una mañana de emociones, con el foro de inversión y la competición de proyectos Deep tech, llamados a ofrecer soluciones a la sociedad con el apoyo de la investigación científica avanzada.
El evento, que se desarrolló en la Universidade de Santiago de Compostela (USC), coorganizadora junto a la Fundación Damián Rodríguez Olivares (Fundación DRO) y la Fundación Botín, tuvo lugar los días 2 y 3 de octubre.
En este encuentro de investigadores, startups, inversores y agentes del ecosistema, ha sido el ganador el Dr. Antonio Guerra, de Eurecat, Centro Tecnológico de Cataluña, donde ha incubado una idea que nació en la Universidad de Girona: el ST3DT (estereolitografía 3D tubular), el cual definen como “el primer stent híbrido bioinerte, impreso en 3D”.
“Nuestra idea es cambiar la manera como se fabrican los stent vasculares para que sean más anatómicos y funcionales”, explicó, quien es ingeniero electromecánico, egresado de la Universidad de Extremadura con doctorado en fabricación de dispositivos médicos de la Universidad de Girona.
En enero 2026 tienen proyectado hacer las primeras pruebas en animales, ya que se ha cumplido la etapa de validación en laboratorio.
Los stent se utilizan por lo general en procedimientos de tipo cardiovascular. Son dispositivos que permiten mantener abierto un conducto o vaso sanguíneo obstruido.

“Este stent es innovador porque lo fabricamos con tecnología propia, aditiva, que nos permite personalizarlo, combinar materiales para las diferentes patologías. En principio es un material que no reacciona de manera adversa al interactuar con el organismo, así que no se necesitaría el apoyo de medicamentos”.
Reflexionó que investigar y dejar resultados en la sociedad es parte de la responsabilidad social del científico.
“Nuestra carrera se basa en proyectos públicos de los cuales sacamos artículos y patentes pero si los resultados no llegan a la sociedad no estamos siendo responsables”.


De izquierda a derecha: Líderes de proyectos Deep tech y los participantes en el foro de inversión
De la incertidumbre al propósito
Javier García Martínez, catedrático de química inorgánica y director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular de la Universidad de Alicante, abrió el segundo y último día del Congreso con la conferencia, De la incertidumbre al propósito: ciencia y emprendimiento en un mundo en convulsión.
El científico, quien también es investigador, trazó una idea central: los científicos más prolíficos, los que están expandiendo las fronteras, son también fundadores de empresas tecnológicas y es este el camino para liderar la ciencia.
Pruebas en mano, desde el año 2020 al 2024, los ganadores del Nobel de Química son científicos y han fundado empresas. Así que queda bien claro que ciencia y empresa no se oponen; se complementan por el bien común.

“La unión entre ciencia y la expansión del conocimiento a través de empresas, está definiendo el nuevo tiempo”.
Esta alianza poderosa es de particular importancia en tiempos de ciencia amenazada. Y lo es cuando se imponen trabas a la investigación o se afirma que el acetaminofén es origen del autismo, alertó.
“La comunidad científica no ha permanecido en silencio y científicos de todo el mundo han salido a protestar con los lemas de la IIustración, que es la razón y el conocimiento que disipan la oscuridad de la ignorancia. A este punto hemos llegado”, dijo el expositor.
Ciencia, tecnología e innovación se han trastocado y, en el caso de Estados Unidos, está afectando su ecosistema.
De hecho, cita que 7 de los 10 principales centros de innovación del mundo son de China, gobierno que está aprovechando el caos y la incertidumbre de las políticas de Trump para seguir escalando.
En este contexto, lecciones y guías para los emprendedores nuevos o en carrera sostenida.
García Martínez, quien también ha sido emprendedor, observa que los TRL (Technology Readiness Level) o escala que mide la madurez de desarrollo de una tecnología (desde que se concibe y hasta su comercialización), no siempre son la matemática perfecta en un proceso de transferencia de tecnología.
Aspectos como el plan de negocios o clientes, avanzan en momentos distintos. Concibe este proceso más como un árbol y menos en escala lineal.
Lo reafirma como emprendedor y líder de Celera, aceleradora que funda en 2014 con el apoyo de la Fundación Rafael del Pino. Es el “espacio de sinergias para jóvenes talento en España”.
Es un programa gratuito, a fondo perdido, que a la fecha ha permitido fundar más de 15 empresas, valoradas en 600 millones de euros.
Otro tema que considera urgente en el debate de ciencia emprendedora, es que la investigación no solo ocurre en centros de la universidad pública.
“La mayoría de la investigación más puntera ocurre en empresas” y en aquellas donde la investigación ocurre donde se comercializa.
Otra razón para cambiar el paradigma del TRL “porque ahora en la empresa avanza el conocimiento, se transforma y comercializa”.
El trabajo no solo cambia: ahora se está potenciando con los avances de la Inteligencia Artificial (IA) aplicada al conocimiento y que está permitiendo desde diseñar antibióticos para enfrentar las super bacterias, hasta descubrir nuevos planetas.
En este contexto, ¿qué reflexión debemos hacer en tiempos de incertidumbre donde la ciencia está bajo ataque?
«En las personas», responde, convencido, porque las empresas o emprendimientos no fracasan porque la tecnología falle y sí cuando lo hacen las personas.
Pidió pensar en las personas. En el joven que está haciendo el doctorado y toca a la puerta buscando respuestas.
Resaltó el papel de las universidades, sectores públicos y privados, en dar acompañamiento en este viaje de transferencia de tecnología.
Y puso reto a la universidad: ser el lugar donde merezca la pena ir.
De la fábrica tecnológica a los motivos para ser emprendedor

Claudio Feijóo, docente e investigador de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), y quien tuvo la charla inaugural del primer día del Congreso Nacional de Científicos Emprendedores, reflexionó que los países están luchando por alcanzar soluciones disruptivas y por lo general todas tienen una base tecnológica.
En este proceso, aclaró, es preciso distinguir entre la spin-off y una startup que siempre intentará eliminar el riesgo del mercado a diferencia de la primera.
Este intento de luchar contra el riesgo inherente a los procesos de innovación puede frustrar al científico.
El Dr. Feijóo también abordó el tema del financiamiento. El sector público español intenta cubrir las brechas, pero el privado también se debe involucrar.
Un análisis de las nuevas tendencias lo llevan a proponer la industrialización del proceso, “tan ordenado y atractivo como el camino de la investigación”.
Se trata de crear las llamadas factorías de startups siguiendo el modelo alemán y en concreto de Múnich, el primer hub de ese país.
Durante el encuentro, que permitió una activa interacción entre ponentes y asistentes, nse desarrolló una mesa redonda dedicada a la valorización y protección de la innovación.
Moderado por Eva Martín, CEO de Kinrel, intervinieron María José Mariño, de la Agencia Gallega de Innovación de la Xunta de Galicia, quien explicó que además de la financiación, es clave el acompañamiento del equipo humano involucrado en los proyectos.
Cuentan con 24 gestores acreditados y una comunidad de más de 400 personas que han pasado por los programas que fomentan la transferencia de conocimiento.
Fernando Ibáñez, del Biohub de Valencia, contó que se trata de un grupo de empresarios, sin ánimo de lucro, quienes desarrollaron un hub que ayuda a las empresas de base científica e innovadora a desarrollarse y transferir su conocimiento a la sociedad.
Susana Torrente se refirió a los alcances del área de Valorización,Transferencia y Emprendimiento (AVTE), dependiente del Vicerrectorado de Investigación e Innovación de la USC que además de ayudar en la gestión del proceso de transferencia, difunde la cultura emprendedora en la institución.
Hizo especial énfasis en la necesidad de proteger el conocimiento por vía de la patente.
Alba Martínez, en representación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) habló de los proyectos activos y en particular del respaldo a las ideas incipientes a través de convocatorias que animan a la participación de los nuevos investigadores.
Del investigador al emprendedor

La mesa redonda dedicada al camino que recorre el investigador en ruta hacia el emprendimiento, permitió intercambiar ideas sobre riesgos y desafíos.
Moderada por Xavier Testar de la Universidad de Barcelona, convocó a José Luis Villaverde (AVTE USC), Mario Grande (Nowture), Andrea Martos (The Coral) y Manuel Pérez (Mendelbrain).
Varias ideas sobre la mesa de discusión: el talento científico debe estar acompañado de equipo de gestión. Emprender en el ámbito de lo científico no significa abandonar la investigación y sí trasladar los resultados a la sociedad.
Otro llamado fue a apoyar a la comunidad científica porque el proceso de emprender y generar empresas es un riesgo al cual se le teme por falta de respaldo.
Adrián García, presidente de Endeavor, en entrevista con Carlos Cosculluela, director de la Fundación DRO, abordó otras herramientas que ayudan en este camino del emprendimiento, desde funcionar con un equipo hasta contar con habilidades de negociación.

El ámbito legal fue abordado por Karen Rodríguez, de Alpha Bioteclegal SL. Enfrentar la regulación, la protección de datos o los desafíos con la Inteligencia Artificial (IA) son realidades en el camino del emprendedor.
Las lecciones innovadoras de Galicia

Correspondió a Carmen Cotelo Queijo, directora de la Agencia Gallega de Innovación (GAIN) cerrar el Congreso de Científicos Innovadores.
Reflexionó que este impulso a la transferencia constituye una medida clave para transformar los avances científicos en productos, servicios y resultados concretos.
De hecho, la transferencia y valorización de resultados es un eje estratégico de la GAIN.
Concibe la transferencia como un motor de desarrollo, respaldado por diversas formas de colaboración estratégica.
Entre otras, la articulación con personal técnico y gestores especializados, la implicación activa de las administraciones públicas, que deben adoptar y aplicar estos resultados mediante mecanismos como la compra pública de innovación y la formación específica dirigida tanto al personal administrativo como a los gestores de transferencia, quienes deben consolidarse como profesionales clave en este proceso.
Señaló que se necesita acompañamiento y financiación, tanto del sector público como del privado.
En Galicia, explicó, contamos con un programa pionero y reconocido por la OCDE, denominado Programa Ignicia Transferencia de Conocimiento, que nació en 2016 como uno de los instrumentos clave para fortalecer la innovación en la región. Este programa se ha consolidado con el tiempo, y aunque ha alcanzado importantes logros, seguimos trabajando para ampliarlo y potenciar su impacto.
El programa nació impulsado por la Agencia Gallega de Innovación y la Fundación Barrié, sirviendo como prueba de concepto para la transferencia efectiva de resultados científicos y tecnológicos.
Después de nueve años de funcionamiento, el programa se ha establecido como un mecanismo aceptado y sólido. Hasta la fecha, se han apoyado 32 proyectos; de ellos, 15 están en fase de desarrollo y 14 han alcanzado éxito comercial.
Dijo que es el compromiso es acompañar a quienes inician este proceso para que sus proyectos lleguen al momento crucial de transferencia efectiva del resultado.
Gracias a esta iniciativa, se han movilizado inversiones superiores a 28 millones de euros, entre fondos públicos y privados.
De manera reciente, han seleccionado a los proyectos que avanzan a la fase de maduración, llamados a consolidar el ciclo de innovación continua y sostenible y fortaleciendo un ecosistema transformador que da sentido y propósito a la ciencia.
Por: Violeta Villar Liste | [email protected]