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Por: Violeta Villar Liste con apoyo de OPAT

El Ministerio de Salud (Minsa) de Panamá, a través de la Sección de Control de la Tuberculosis, y con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), presentó los alcances del reglamento de la Ley 169 y del Plan Estratégico Nacional para el Control de la Tuberculosis en Panamá 2023-2027

Panamá cuenta con dos herramientas estratégicas para reducir y erradicar la tuberculosis de país: el reglamento de la Ley 169 de 12 de octubre de 2020 para el control y la prevención de la tuberculosis en la República de Panamá y el Plan Estratégico Nacional para el Control de la Tuberculosis en Panamá 2023-2027.

Tanto el reglamento de la Ley 169 como el Plan Estratégico Nacional, tienen en la investigación y la innovación, así como en el enfoque multisectorial, pilares para avanzar en la lucha contra la tuberculosis (TB) en el país.

Ambos documentos fueron presentados durante sesión celebrada este lunes 4 de diciembre, convocada por el Ministerio de Salud (Minsa) de Panamá, a través de la Sección de Control de la Tuberculosis, a cargo del Dr. Edwin A. Aizpurúa, y como parte de la programación anual de la dependencia, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Correspondió al Dr. Aizpurúa presentar la situación de la TB en el país y exponer los aspectos más relevantes del reglamento de la Ley 169.

En relación con el Plan Estratégico de TB 2023-2027, que contó con el financiamiento del Fondo Global para la Lucha Contra la Tuberculosis, VIH y la Malaria, otorgado a Panamá en los años 2019-2021, fue expuesto por la licenciada María Noel Estrada, quien fue la consultora responsable de su diseño.

En el Plan Estratégico, la consultora incorporó «el analisis situacional de país, integró el concepto propuesto por OPS/OMS para un abordaje estratégico multisectorial y alineó las tres líneas estratégicas para Panamá, todo basados en la Estrategia Fin de la Tuberculosis propuesta por OPS/OMS».

El Dr. Amador Goodridge, investigador de la Unidad de Biomarcadores de Tuberculosis del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat-AIP) y presidente de la Organización Panameña Antituberculosa (OPAT), resaltó la importancia para la ciencia panameña del protagonismo que adquiere la investigación en ambos documentos.

Dr. Amador Goodridge

El Artículo 3 del reglamento de Ley, establece que  “la Dirección General de Salud Pública debe gestionar los resultados de las investigaciones sobre la tuberculosis para la toma de decisiones y la adopción de medidas de prevención y promoción oportuna. Estas investigaciones públicas o privadas deben ser gestionadas en la Dirección General de Salud Pública, por conducto de la Sección de Control de la Tuberculosis por el Departamento de Epidemiología y su inclusión en la plataforma de Registro y Seguimiento de Investigación para la Salud (RESEGIS) del Ministerio de Salud.

Además, el artículo 4 es explícito en el papel de la Universidad de Panamá y las universidades privadas, en en coordinación con el Ministerio de Salud, de incluir en el pensum académico de la Facultad de Medicina y Enfermería, “el tema del control de la tuberculosis para reforzar en los médicos y enfermeras la búsqueda activa, el diagnóstico y tratamiento temprano de casos y estudio de los contactos”.

El Plan Estratégico, por su parte, establece tres lineamientos estratégicos que describió el presidente de OPAT:

  1. Prevención integrada de la TB centrada en el paciente.
  2. Políticas audaces para la respuesta a la TB y sistema de apoyo, vinculadas con la Ley, reglamento y normas asociadas al control y prevención de la enfermedad.
  3. Innovación e investigación científica intensificada.

“La investigación debe jugar un papel preponderante en la estrategia de TB y es de valorar que en el plan estratégico tengo un peso del 33%”, destacó el Dr. Goodridge.

Enfoque multisectorial

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El Plan Estratégico Nacional para el Control de la Tuberculosis en Panamá 2023-2027 recuerda que la TB “es una enfermedad causada por el Mycobacterium tuberculosis, bacteria que se trasmite de persona en persona, a través del aire”.

“Las personas infectadas con el bacilo tuberculoso tienen a lo largo de la vida un riesgo de enfermar de TB de un 10%”, riesgo que incrementa en personas con un sistema inmunológico suprimido, como ocurre en casos de infección con VIH, malnutrición, diabetes, insuficiencia renal, pacientes que tomen medicamentos inmunosupresores para la artritis, pacientes oncológicos y quienes consuman tabaco”.

De acuerdo con datos del Departamento de Epidemiología del Minsa y del Programa Nacional para el Control de la Tuberculosis, para el año 2023 existe un registro de 412 casos de TB y ninguna defunción.

Hasta el año 2022, el mayor número de casos lo presentaba Panamá Metro, seguido de la comarca de Bocas del Toro y San Miguelito.

La meta en el horizonte de 2035, y con la premisa de lograr el fin de la TB, es reducir en 90% la incidencia de casos y en 95% las muertes para ese año.

El presidente de OPAT señala que el nuevo paradigma en materia de control recomienda a los países establecer estrategias de índole multisectorial, que involucre el trabajo integrado de actores del Minsa, Caja de Seguro Social, sociedad civil, academia, empresa privada, Ministerio del Trabajo, Ministerio de Desarrollo Social y las agencias de cooperación internacional, entre otros.

“Trabajar de manera integral facilita la optimización del uso de los recursos”, observa.

María Noel, en una de sus conclusiones de la consultoría realizada para la confección del Plan Estratégico Nacional de Tuberculosis, hace énfasis en este aspecto, al describir:

«La Seccion de Control de Tuberculosis del Minsa, en su rol regulador, trabajando en conjunto con el Programa de tuberculosis  de CSS, puede apoyarse en estas interacciones multisectoriales para abordar esos diferentes aspectos necesarios para brindar una mejor respuesta más allá de la biomédica» .

Expone el rol fundamental la OPAT «como organización de la sociedad civil que articule con la comunidad, otras OSC y con actores como el sector privado, organismos internacionales, academia e investigación».


Propone que la OPAT concerte «el diálogo entre Minsa-CSS con las personas afectadas. Esta relación es extremadamente importante pues conocer y abordar las problemáticas durante el tratamiento, las consecuencias y secuelas, sobre todo en aquellos pacientes con factores de riesgo (VIH)  y viviendo en condiciones de precariedad, sirve para mejorar la atención integral. Por su parte, los pacientes, actuando a nivel comunitario, contribuyen en visibilizar y sensibilizar al poner rostro a la enfermedad, complementando el perfil epidemiológico y biomédico que se atiende principalmente desde los centros de salud».

Del lado de la investigación, también se plantea conformar una red multidisciplinaria y acorde con la línea de “innovación e investigación intensificada”, “realizar una investigación operativa en función de los requerimientos del país, de acuerdo con la situación y los determinantes, priorizando las diferencias existentes en los territorios y grupos poblacionales para colaborar en la reducción y eliminación de brechas existentes y acelerar el control de la TB”.

En Panamá existen varios grupos de investigación que trabajan en la línea de la TB.

En el caso del Indicasat AIP, la Unidad de Biomarcadores de Tuberculosis, tiene proyectos de genómica bacteriana, biomarcadores inmunológicos, tuberculosis animal, nutrición y transmisión ambiental.

El Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, así como la Universidad de Panamá, también cuentan con científicos y científicas que ya abordan en sus investigaciones el problema de la TB para acompañar las mejores decisiones en salud pública.

 

Investigación y nuevos candidatos vacunales

El presidente de OPAT señala que es importante intensificar las investigaciones en nuevas vacunas.

Al respecto, el Instituto Internacional de Vacunas de Panamá “será un aliado clave porque se podrán desarrollar y evaluar candidatos vacunales antes de pasar a estudios clínicos”, indicó.

La reunión de Alto Nivel sobre la Lucha contra la Tuberculosis (TB), que se celebró el 22 de septiembre en el contexto del 78 º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), definió como prioridad el desarrollo de investigaciones en nuevas vacunas que atiendan los desafíos de la TB.

Durante el evento del Minsa, se presentó una nueva prueba molecular semi automatizada que se espera ayude a fortalecer la detección temprana de la enfermedad.

El presidente de OPAT resaltó la necesidad de aprovechar la adquisición de medicamentos bajo mecanismos de compra internacional para tener acceso a más innovación.

Dijo que el país debe poner más atención al diagnóstico temprano y además de la prueba de laboratorio, vigilar cuando ocurra la conjunción de cuatro síntomas: tos, sudoración nocturna, pérdida de peso y fiebre.

En el caso de las personas con VIH, susceptibles de manera particular a la TB, si presentan estos síntomas es un claro indicativo de la enfermedad y debe ser atendida.

La aspiración de quienes han asumido el reto de un Panamá libre de TB, es implementar el plan estratégico y la reglamentación, así como facilitar la conciencia acerca de la enfermedad y el diagnóstico temprano para evitar nuevas infecciones y mortalidad y transitar con pasos firmes hacia el anhelo del fin de la tuberculosis.

Por: Violeta Villar Liste con apoyo de OPAT