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Por: Violeta Villar Liste | Fotos: VVL | STRI

El Museo del Canal presenta junto con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales Isla Barro Colorado, 100 años de descubrimiento y asombro, muestra ampliada de la versión que también se expone en el Museo de Historia Natural de Washington D.C.  en Estados Unidos

Isla Barro Colorado, “el bosque tropical más estudiado de forma continua en el mundo” visita el Museo del Canal de Panamá. Es una metáfora y una realidad sensorial gracias a las fotografías, las proyecciones audiovisuales, los sonidos de los animales, la lluvia persistente y el verde acogedor en una exposición que recorre los 100 años de investigación biológica en este territorio privilegiado, laboratorio al aire libre.

Isla Barro Colorado, 100 años de descubrimiento y asombro es un esfuerzo conjunto del Museo del Canal junto con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y una versión ampliada de la muestra que también se exhibe en el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian en Washington, D.C.

Durante un siglo, en la Estación de Investigación de Isla Barro Colorado se ha estudiado desde microbios hasta fauna y flora, por científicos del mundo.

Se le considera “la estación de investigación activa más antigua de los trópicos americanos”.

Dato relevante: la isla tiene 15 kilómetros cuadrados, lo cual equivale al tamaño del Aeropuerto Internacional de Tocumen, incluyendo las pistas, sin embargo, tiene en promedio “la misma cantidad de especies de árboles que hay en toda Europa” (1)

Izquierda: Miembros del cuerpo diplomático de Panamá y empleados de STRI durante la inauguración en EE.UU.: Lina González (supervisora de diseño), Mario Morales (diplomático), Linnete Dutari (directora asociada de comunicaciones y programas públicos), Siria Miranda (jefa de comunicaciones, Embajada de Panamá), embajador Ramón Martínez (embajador de Panamá en Estados Unidos), Oris Sanjur (subdirectora), Elisabeth King (administradora de comunicaciones), Xenia Saavedra (directora asociada para administración científica) y Jorge Morales (director de finanzas y administración) Crédito: Maria Alejandra Martínez Derecha: Oris Sanjur, subdirectora de STRI, da la gira por la exhibición. Crédito: Siria Miranda

¿Cómo se creó Barro Colorado?

Estación de investigación de Isla Barro Colorado, Panamá, edificio principal, 1924. Crédito: STRI Archivos

Durante la construcción del Canal de Panamá, se represó el río Chagres. De esta forma nace el lago Gatún y la isla de Barro Colorado que es la cima de la montaña que quedó bajo las aguas.

Isaac Enrique Carranza, cuenta en la revista El Faro del Canal:

Cuando se terminaban los trabajos de construcción de la represa sobre el río Chagres y las aguas entraron a los grandes valles para formar lo que hoy es el lago Gatún, ocurrió un cataclismo para la fauna que habitaba esos lugares. Solo podemos imaginar los kilómetros recorridos por los animales de los lugares anegados con el aumento de las aguas, hasta llegar al terreno más alto del valle, una colina de 171 metros que quedó rodeada por las aguas. Una isla nació. Ese fue el comienzo de Barro Colorado.

Rápidamente, esa isla artificial en medio del Canal de Panamá entró en el radar de la comunidad científica internacional. Hay que tener presente que desde los inicios de la construcción de la vía interoceánica se había disparado la inversión en la salud pública; y a la vez, el istmo se convirtió en un imán de científicos deseosos de constatar el impacto ambiental que la construcción del Canal tendría en estas exóticas tierras tropicales.

El inicio de Barro Colorado como reserva natural está íntimamente ligado a la figura de James Zetek, entomólogo estadounidense, que llegó al istmo en 1911 para trabajar como inspector sanitario en la construcción del Canal de Panama. Zetek tuvo múltiples trabajos, siempre relacionados con la ciencia, e incluso trabajó para el gobierno de la República de Panamá. Zetek se enamoró de la diversidad biológica de Panamá y también de una panameña con la que se casó y formó un hogar. Cuando el Dr. Thomas Barbour del Consejo Nacional de Investigaciones de los Estados Unidos llegó al istmo en 1922 buscando un sitio para establecer un laboratorio de investigación zoológica, conoció a Zetek, que había soñado con un plan similar durante años.

Serían ellos quienes decidieron que la isla más grande del lago, repleta de pájaros, insectos y animales, era el sitio más propicio para el desarrollo de una reserva natural. Finalmente, el 17 de marzo de 1923, el gobernador de la zona del Canal Jay J. Morrow proclamó a Barro Colorado como Parque Natural y prohibió todo tipo de caza en la isla. Al año siguiente, se inauguraron los emblemáticos edificios con sus modestas y simples habitaciones que, por años, han albergado a los apasionados por la ciencia de todo el mundo

Fue en 1974 cuando Ira Rubinoff se convirtió en director del STRI e impulsó una etapa fundamental en su modernidad: “Construyó cinco laboratorios modernos, empleó científicos permanentes y recaudó una dotación de $50 millones. En 1985 firmó acuerdos con autoridades del Canal de Panamá y el Ministerio de Relaciones Exteriores autorizando las actividades de investigación de STRI”, se describe en la muestra.

A la fecha, el STRI en Panamá tiene cerca de 400 colaboradores, lo cual incluye 30 científicos permanentes. “Administra seis laboratorios y nueve estaciones de campo y recibe a más de 1,200 científicos cada año”, de 50 países (50% mujeres), atraídos por este laboratorio al aire libre.

El STRI destaca el papel activo de las mujeres panameñas y su compromiso por “garantizar un lugar de trabajo inclusivo, diverso, equitativo y accesible donde todas las personas se sientan bienvenidas”.

En 2020 la directora interina, Dra. Oris Sanjur, se convirtió en la primera mujer, y la primera panameña, en dirigir el STRI.

Un siglo para conocer mejor de la mano del arte

A propósito del aniversario de la Isla Barro Colorado, y como parte de la muestra en exhibición, Estudio Nuboso, un espacio que conecta “recursos creativos, de comunicación, gestión cultural e interconexión al servicio de la protección, restauración y mejor comprensión de los ecosistemas tropicales en Panamá y su importancia para el planeta”, diseñó y acompañó “una residencia artística de seis semanas, durante la cual tres artistas – Carolina Borrero, Isabel Brostella e Isabel de Obaldía – colaboraron con proyectos de investigación de larga duración que se llevan a cabo en la isla”.

Los resultados se pueden apreciar en la muestra que celebra la vida, la investigación y también el arte. Estudio Nuboso describe de esta manera las tres residencias, con su artista respectivo:

“The ForestGeo Plot, Climate Change and Documenting Strategies

Colaboran con Carolina Borrero. ForestGeo Artrópodos consiste en una base de datos de artrópodos que contiene datos de proyectos de monitoreo a largo plazo en todo el mundo. Esta base de datos única y en expansión es un recurso importante para los investigadores o cualquier persona interesada en la biodiversidad de los artrópodos forestales, proyecto liderado por Yacksecari López y Eduardo Navarro-Valencia, y el proyecto Domo Tropical junto al científico Klaus Winter, enfocado en cómo responderán los bosques tropicales a un clima más cálido con mayores concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera. Buscan una respuesta cultivando plantas en cúpulas geodésicas.

Disease Ecology Across Tropical Habitats Lab

Colaboran con Isabel Brostella. Integrando la ecología de enfermedades, la micología y la ecología de la comunidad, este laboratorio explora la naturaleza y los resultados de las interacciones planta-microbio, así como la ecología y la epidemiología de los patógenos fúngicos de los árboles tropicales, mediante unacombinación de encuestas y experimentos en el bosque, invernadero, y laboratorio. Bajo el liderazgo de la Dra. Erin Spear, científica del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, quien ha realizado investigaciones en los bosques de Panamá desde el 2009. Actualmente está desarrollando investigaciones, en colaboarción con un equipo que incluye a Hernán Capador-Barreto, para comprender la distribución de microorganismos en las plantas hospedantes, el espacio geográfico y el tiempo para transformar la investigación microbiana en los trópicos.

Smithsonian Bat Lab Sensory and Cognitive Ecology

Colaboran con Isabel de Obaldía. Grupo de biólogos del comportamiento que estudian la ecología sensorial y cognitiva de los murciélagos neotropicales y sus presas. Bajo el liderazgo de la bióloga de murciélagos Rachel Page, quien ha sido científica del personal del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá desde el 2009. Su investigación se centra en el comportamiento, la ecología sensorial y las interacciones depredador-presa en los murciélagos».

Esperanza y salud gracias a la ciencia

El recorrido por Isla Barro Colorado, 100 años de descubrimiento y asombro comprueba que generar espacios de salud y bienestar es vinculante con el mejor conocimiento de nuestros vecinos no humanos: fauna terrestre, marina y plantas, y sus comportamientos, ayudan a los científicos a generar repuestas al cambio climático e incluso a las enfermedades, en la visión de Una sola salud.

Algunas lecciones:

  • El clima a menudo determina cuáles árboles sobreviven
  • El 1% de los árboles más grandes en un bosque almacena la mitad del carbono
  • La pérdida de animales debido a la caza y la fragmentación de los bosques provoca cambios importantes en todo el mundo
  • Una sequía seria u otras fluctuaciones climáticas pueden acabar con las especies de un área si no se pueden mudar a otro hábitat más húmedo

Incluso, este laboratorio al aire libre llamado Isla Barro Colorado, descubrió que “las plantas son boticarias brillantes”.

“Al entender cómo las hojas se protegen de los insectos, los investigadores descubrieron una forma más económica de identificar nuevas sustancias químicas” y abrir el camino al descubrimiento de fármacos.

Hay una fecha central 1974: ese año, la estudiante de biología Phyllis Coley llega a Panamá y se da cuenta que los insectos comen algunas hojas y otras no. Descubre “que las hojas más jóvenes y tiernas producen más químicos de defensa que las hojas más viejas y resistentes”.

Junto al químico Tom Kursar describen químicos de defensa en las hojas jóvenes y así trazan un camino corto para descubrir en la naturaleza la materia prima de algunos medicamentos y productos químicos.

Este camino hoy lo lideran la Universidad de Panamá, el Instituto Gorgas, Indicasat-AIP y el Ministerio del Ambiente que buscan, junto a los investigadores locales, dar respuesta a enfermedades, gracias a estos compuestos milenarios que se pueden traducir en patentes y nuevas respuestas a la salud.

Pase por el Museo del Canal y celebre la historia, la ciencia y el asombro que esta muestra despierta. Un siglo que demuestra el poder de la investigación de generar resultados para que el mundo sea un lugar posible.

(1) Las citas, de no indicar otra fuente, son tomadas de los textos de la exposición, Isla Barro Colorado, 100 años de descubrimiento y asombro

Por: Violeta Villar Liste | Fotos: VVL | STRI
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