El legado del poeta Ricardo Miró en el Instituto Cervantes, la muestra fotográfica de Sandra Eleta y las intervenciones del Dr. Juan David Morgan y del cineasta Abner Benaim, son aportes del país a esta cita literaria que cada año se celebra en un país de Centroamérica y en España
Por: Violeta Villar Liste con información del Instituto Cervantes y Casa de América
Nicaragua, la patria de Rubén Darío, poeta y principal representante del modernismo literario, reconocido por fundar una tradición distinta desde la lengua española, es también la patria que vio nacer a Centroamérica Cuenta, gracias al entusiasmo de Sergio Ramírez, escritor nicaragüense y Premio Cervantes.
Fue en el año 2013 cuando nace este festival con la idea poderosa de “contribuir a la proyección y difusión de la literatura iberoamericana desde Centroamérica”.
La dictadura obliga al exilio a Sergio Ramírez. Centroamérica Cuenta, por su parte, consigue otras casas donde contar la historia literaria de esta región. De esta forma, Costa Rica, Guatemala, Madrid, República Dominicana y Panamá, reciben con palabras abiertas, y ventanas y puertas sin cerraduras, estas reflexiones que conectan a escritores y escritoras de la región.
Cada año, el festival tiene dos sedes: una en países de Centroamérica y otra en España.
En esta oportunidad, desde el 22 y hasta el 26 de septiembre, y por quinto año consecutivo, España recibe a Centroamérica Cuenta. Además de Madrid, son casa y refugio de estas letras y palabras prodigiosas, Sevilla y Barcelona.
“En esta edición participarán más de 40 autoras, autores, creadoras, creadores y periodistas de países de Iberoamérica como Argentina, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, España, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela”, enumera la reseña de Centroamérica Cuenta.
Las actividades, que incluyen diálogos, encuentros con lectores y talleres, son gratuitas. Solo el aforo determina quién es el último en entrar.
Panamá en Centroamérica Cuenta

La presencia de Panamá en el festival marca una historia emotiva para las letras panameñas.
Inició este lunes 22 de septiembre con un acto muy esperado al recibir la Caja de las Letras del Instituto Cervantes el legado in memoriam de los escritores Carlos Luis Fallas (1909, San José – 1976, San José) y Ricardo Miró (1883, Panamá – 1940 Panamá). También de Luis Rafael Sánchez (1936, Puerto Rico). Este gesto reconoció sus aportes a la identidad y herencia literaria y política de la región.
El acto se celebró en el contexto del Festival Centroamérica Cuenta y contó con la participación de Luis García Montero, director del Instituto Cervantes; Sergio Ramírez, escritor; Claudia Neira, directora del festival Centroamérica Cuenta, Juan David Morgan, escritor (por Panamá), Adriana Bolaños, embajadora de Costa Rica en España y Hector Infante, embajador de Panamá en España.
Para el director del Cervantes, citado por la institución, con estos legados se recibe «una herencia de identidad compromiso y creatividad cultural» de tres autores centroamericanos que se han convertido en «referencias» en sus países de origen.
El legado de cada escritor
El Instituto Cervantes reseña las joyas que ha recibido en esta bóveda de la memoria:
«Dentro del triple legado, el primero de ellos en ingresar ha sido el entregado a la caja 1179 del escritor costarricense Luis Rafael Fallas, también conocido como Calufa, que ha incluido un original de 58 páginas de su novela inconclusa, Rojo y verde, y que significativamente termina en una coma.
El premio Cervantes Sergio Ramírez ha destacado a este autor «emblemático que no tenía instrucción literaria, pero sí dotación natural de orador», recordando como su obra Mamita Yunai, en la que se hacía una radiografía cruel del trabajo en las bananeras de su país, consiguió el apoyo de Pablo Neruda (quien incluso tomó a uno de sus personajes para unos versos de su Canto general).
El catedrático del Cervantes en Puerto Rico, Luis Rafael Sánchez, ha dejado en la caja 1208 un total de doce libros, entre los que destaca la primera edición de su obra En cuerpo de camisa de 1966, con una dedicatoria del propio autor puertorriqueño.
También está otra primera edición de su compilación de obras de teatro, y dos libros de una de sus novelas más representativa, La guaracha del Macho Camacho. Su legado se completa con ediciones de sus libros La importancia de llamarse Daniel Santos, La pasión según Antígona Pérez, Indiscreciones de un perro gringo, Piel sospechosa, la compilación Sol 13 interior, Quíntuples, sus Cuentos completos y el ensayo Escribir en puertorriqueño
Por su parte, en el caso del depósito de Ricardo Miró, cedido por Mario Lewis a la caja número 1194, ha constado de diversas obras significativas del autor. Entre ellas, un ejemplar de la revista fundada por él, Nuevos Ritos (1907), y sus obras poéticas Versos patrióticos (1925) y Caminos silenciosos (1929).

También una fotografía en la que sale retratado el autor panameño, una biografía y el Estudio y presentación de los cuentos de Ricardo Miró (1957), así como la coronación del poeta que le fue otorgada por parte del Instituto Pedagógico«.
El escritor Juan David Morgan, responsable de entregar el legado en nombre de Panamá, «ha resaltado cómo el poema más conocido de Miró, Patria, supuso su reconocimiento «más allá de la fibra nacionalista, por su insondable nostalgia por todo aquello que lleva envuelto el amor a terruño». No obstante, ha añadido que su obra no solo giraba en esos temas y, con «profundad poética», supo hablar de sus «cantos a lo indígena, a lo divino y al paisaje y a la naturaleza».
Hacía falta Panamá

El Dr. Juan David Morgan, en diálogo con La Web de la Salud para su sección Cultura, y a las puertas de Casa de América, la sede madrileña de Centroamérica Cuenta, al comentar el ingreso del legado de Ricardo Miró a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, ilustró que esta caja fue en su origen una caja fuerte bancaria y ahora sus bóvedas las utiliza el Cervantes para conservar recuerdos de escritores iberoamericanos importantes.
“Hacía falta Panamá. Por iniciativa de Centroamérica Cuenta y del mismo Sergio Ramírez, se incluyeron este año a Panamá, Puerto Rico y Costa Rica”, explicó. El Ministerio de Cultura de Panamá apoyó la iniciativa.
El Dr. Morgan, también invitado a conversar en el festival, expresó su satisfacción porque ahora Ricardo Miró permanece “en esta especie de cápsula del tiempo de la literatura”.
-¿Deberíamos volver a Miró?
-Yo no he salido de Miró, para mí es el gran poeta de Panamá. Un poeta que le cantó mucho a la Patria y en particular al paisaje y a la mujer.
Un viaje por el interior de Panamá

Durante el primer ciclo de Centroamérica Cuenta, con la antesala de la llegada de Miró al Instituto Cervantes, el nombre de Panamá se hizo presente con la exposición de la fotógrafa Sandra Eleta, titulada De Mancarrón a Madrid: 100 años de Ernesto Cardenal, un homenaje visual.
Se trata de diez imágenes “tributo al poeta, sacerdote y místico nicaragüense”.
Eleta lo pudo fotografiar en noviembre de 1974, “durante su visita a la isla Mancarrón, en el corazón del archipiélago de Solentiname, en el gran lago de Nicaragua. Allí, en una comunidad de campesinos y artistas, el Padre Cardenal oficiaba misa entre los árboles, desde su bote San Juan de la Cruz o bajo el techo humilde de la Iglesia de Nuestra Señora de Solentiname. A estas celebraciones acudía la población campesina con sus cosechas en las manos, como ofrenda, como parte de un diálogo de reciprocidad”, describe Casa de América en su reseña.
Esta exposición tuvo como contexto el diálogo dedicado a Cardenal, bajo el título, Un legado vivo.
Otra presencia panameña correspondió al cineasta Abner Benaim, quien conversó sobre memoria y libertad en el proceso creativo, durante diálogo con el escritor peruano Santiago Roncagliolo y la directora de escena, escenógrafa y dramaturga Marta Eguilior (España), bajo la conducción de Telma Ortiz Rocasolano, asesora senior de la gerencia de movilización y recursos y alianzas globales de CAF Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.

En entrevista con La Web de la Salud contó que trabaja en un próximo proyecto cinematográfico. Se titula, por ahora, La vida simple: “Es un proyecto muy cercano a mí, una oda a Panamá, a su gente, a sus lugares, a la naturaleza, y es una búsqueda espiritual y existencial pero desde un lugar muy tropical. Una mezcla. Es una película; un largometraje de ficción”. En 2026 lo comenzará a rodar y espera que esté en cartelera en 2027. De la trama prefiere no adelantar.

-¿Qué historia nos faltan por contar de Panamá más allá del Canal?
-Panamá tiene mucho que contar y enseñarle al mundo sobre cómo ser personas pacíficas. Lo que más me atrae son sus historias, lugares y personas que todavía nos quedan por contar.
Bienvenida en una casa amiga de América

La inauguración de Centroamérica Cuenta contó con la intervención de León de la Torre, director de la Casa de América, quien recordó la historia del festival. Nació en una época de casualidades: era de la Torre embajador de España en Nicaragua y conoció la iniciativa muy de cerca.
En esta semana, expresó, vamos a comprobar una vez más la vitalidad de una literatura donde conviven autores reconocidos y emergentes.
Sergio Ramírez, presidente del Festival Centroamérica Cuenta, agradeció el apoyo institucional que hace posible la edición de este encuentro que en esta oportunidad “se propone fortalecer el vínculo cultural entre Iberoamérica y distintas regiones de España; una manera de llegar a otras audiencias”.
Reflexionó sobre el tiempo actual, que calificó de polarización e intolerancia. Reiteró, como ya lo ha hecho en otros escenarios, que antes las democracias liberales sucumbían frente a golpes de Estado, que ocupaban medios y universidades. “Hoy sucumben porque sus enemigos conquistan los votos; son gobiernos antidemocráticos electos”.
Advirtió que es el objetivo de estos gobiernos ocupar o destruir medios y universidades, luego apoderarse de la cultura “para volverla dogmática y retrógrada”.

“Los monstruos que parecían muertos o domesticados, vuelven a tomar aliento fabricados por la demagogia populista de derecha e izquierda”.
Dijo que es papel de escritores y promotores de la cultura defender la palabra, porque la palabra es libertad y capacidad de ofrecer mundos diversos y distintas concepciones del mundo. “Un festival como Centroamérica Cuenta es un instrumento de defensa a través del dialogo libre”, afirmó.
Telma Ortiz Rocasolano, asesora senior de la gerencia de movilización y recursos y alianzas globales de CAF Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, dijo que como institución se sienten honrados “no solo como espectadores, sino como socios del Festival”.
Señaló que Centroamérica Cuenta está generando reflexiones importantes sobre los retos actuales y futuros de la región y es un espacio que permite mostrar la riqueza social y cultural de América Latina.
“Esa mirada sobre la cultura como vehículo para el desarrollo social y económico va en línea con las apuestas de CAF de acompañar el fortalecimiento de las economías culturales”.
Destacó el interés de CAF de acompañar a Latam y el Caribe a aumentar el aporte que estas economías generan al Producto Interno Bruto (PIB) mundial y al empleo y que se inserten en los mercados globales.
Otro aspecto que destacó del encuentro es la posibilidad de posicionar a los países de Centroamérica y tejer lazos iberoamericanos.
Marta Rivera de la Cruz, delegada del área de cultura, turismo y deporte del Ayuntamiento de Madrid, reflexionó que los lazos de Iberoamérica se han fortalecido con el español como idioma vivo que ensancha las aportes de las dos orillas. Agradeció la escogencia de Madrid como sede del evento porque reconoce su papel de capital y destino cultural.
Para conocer la agenda de próximas actividades:
Por: Violeta Villar Liste con información del Instituto Cervantes y Casa de América