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Dr. Harry Brown, director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS-AIP)
Violeta Villar Liste

El Dr. Harry Brown, director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS-AIP), observa que más allá de un debate, el cual trata de vencer o convencer, es preciso ir al diálogo: “Diálogo es escuchar al otro, ponerse en su lugar: hay que buscar ese terreno común para construir lo público”. Fue el invitado del espacio El Saber de la Ciudad de la Fundación Ciudad del Saber,

El Dr. Harry Brown, director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS-AIP) es enfático en doble vía: en considerar, en lo personal, que las iglesias no deberían ser mediadoras en ámbitos tipo las protestas de julio en Panamá, como en afirmar que “la única institución, en un contexto de hiperdesconfianza hacia todas las instituciones” en el país, es la Iglesia católica, “que también ha perdido confianza pero aun así es el actor más confiable de la sociedad panameña”.

Brown, en el contexto del espacio virtual El Saber de la Ciudad de la Fundación Ciudad del Saber, bajo el planteamiento: Las protestas de julio: ¿cómo? ¿qué? y ¿hacia dónde?, señaló que estos indicadores de confianza corresponden a mediciones del CIEPS-AIP.

“Entendiendo las dinámicas de la sociedad panameña, y el momento en el cual estamos, necesitamos una mediación que sea confiable”, expresó.

“A menos que alguien tenga un mejor argumento, la única institución que genera suficiente confianza entre los actores en conflicto es la Iglesia. No es la mejor opción, pero es la mejor opción posible y lo que hace falta es proveerle a la Iglesia las herramientas técnicas para lograr esa mediación”, afirmó el director del CIEPS-AIP.

“No es solo un asunto de voluntad y confianza; requiere profesionales. Es lo que necesitaríamos en una segunda etapa de este diálogo o un planteamiento de diálogo político entre las partes que tenga como objetivo la búsqueda de un nuevo pacto social de los factores de poder”.

En cuanto al papel de la Iglesia, precisó, lo ha hecho bastante bien, pero sin el apoyo técnico es difícil mantener esa tarea de largo plazo y no quedar como un simple maestro de ceremonia.

Las democracias fatigadas

El Dr. Harry Brown es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Es autor de los libros “El vencedor no aparece en la papeleta” (2018) y “Partidos políticos y elecciones en Panamá: un enfoque institucionalista” (2007) y editor y coautor del libro “Las reformas electorales en Panamá: claves de desarrollo humano para la toma de decisiones” (2010). Ha sido hasta el momento el único panameño miembro de la Junta Directiva de la Asociación Latinoamericana de Ciencias Políticas (ALACIP), periodo 2010-2014. Electo director mediante concurso internacional por la junta directiva del CIEPS el 6 de marzo del 2018, inició funciones el 17 de septiembre del mismo año Fuente | CIEPS 

América Latina y Covid-19: democracias fatigadas en tiempos de pandemia, análisis de varios científicos sociales, entre ellos Harry Brown Araúz por Panamá, con base en trabajos previos realizados y coordinados por Salvador Martí i Puig y Manuel Alcántara Sáez (ver: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-25032021000600011&lng=es&nrm=iso&tlng=es) analiza que “el momento político después de la crisis del Covid-19 no es halagüeño, pues se suma al deterioro experimentado durante la década anterior por parte de los regímenes democráticos. Un deterioro que ha precipitado un escenario de democracia fatigada (Alcántara Sáez, 2020a2020c). La desconfianza en la política, la asunción de que la democracia “no resuelve los problemas” y la percepción de que la corrupción no ha cesado, abocaban a una situación clara de dificultades en la representación, pero también de aguda polarización (Martí i Puig, 2020)”.

Brown Araúz señala que ya desde 2019 comenzó esta coyuntura de la fatiga democrática que se expresó con protestas en la región y, en el caso de Panamá, presenta, entre otros antecedentes, movilizaciones inéditas, en particular  “lideradas por capas medias y altas, por el proceso de reforma electoral”, además de las ocurridas en septiembre de 2021 en Colón.

Recordó el texto de la politóloga Claire Nevache que circuló a finales de julio de 2022 y en el cual exponía argumentos para entender los detonantes de la crisis, entre otros, la desigualdad (72% de la población habla de mala distribución de la riqueza y 87% que se gobierna para ciertos grupos poderosos).

Por otra parte, corrupción, evasión fiscal y el mal manejo de los recursos públicos, son realidades ante las cuales la sociedad expresa su inconformidad.

La protesta de julio: la de mayor duración

Momentos del inicio de la Mesa del Diálogo por Panamá, con la Iglesia como mediador Foto | Archivo

Analizar las protestas de julio es un fenómeno sociológico que para el director del CIEPS-AIP debe considerar que si bien “en Panamá se protesta, las protestas de julio ocurrieron en todo el país, excepto en Colón, porque ya había tenido movilizaciones. El reclamo pasó de protesta a la movilización”.

Por otra parte, destaca la duración: un mes de movilizaciones, tiempo que es atípico en la historia de los reclamos en el país. Por lo general no duran tanto.

Brown precisa que si bien “a la ciudadanía no le gusta protestar ni que otros protesten, en esta oportunidad, como nunca antes, el apoyo y la popularidad de las protestas fue enorme: de 75% entre la ciudadanía”.

De igual modo, señaló como relevantes los cambios en la agenda de la discusión: “Al principio parecía que era el precio de combustible”, pero luego las demandas que surgieron “se sofisticaron con miradas de largo plazo” con temas vinculados al bienestar de las personas: salud, educación, denuncia de oligopolios…

Encuesta del CIEPS-AIP reflejó que el 63% de la población decía que la protesta era a causa de la corrupción (asociando los problemas sociales a esta causa) y el 36% por el costo de vida.

La población pide, entre otras soluciones, de acuerdo con los estudios del CIEPS-AIP, reducir el tamaño de la administración pública, acabar con la corrupción y también habla de cambiar el modelo económico del país.

“El saldo, cuando uno se pregunta qué hemos obtenido, además del intento de medidas políticas desde la mesa del diálogo, es que han entrado distintas miradas, agendas de mediano y largo plazo y una discusión en la agenda pública que nos da la posibilidad de proyectarnos de manera distinta”, puntualizó.

¿Hacia dónde vamos o podemos ir?

El director del CIEPS-AIP citó, en un contexto de procurar soluciones, los aportes de investigadores y expertos como Jon Subinas, Guillermo Chapman, Olmedo Beluche, además de los argumentos de la mesa del diálogo. “Tenemos una nueva agenda”, dijo.

En el año 2020 recuerda que participó como ponente en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) que organiza la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) “y el tema fue la necesidad de un nuevo pacto social”.

Comenta que si bien se sospechaba la posibilidad de una protesta social, nadie imaginó la fecha de julio 2022.

Ahora,  sostiene la necesidad de volver sobre aspectos decisivos que se plantearon en el encuentro como erradicar la corrupción, generar confianza en lo público, reducir la evasión fiscal y lograr un sistema progresivo de tributación, aspecto “inevitable para un nuevo pacto social”.

De igual modo, incidir en la institucionalidad de la salud y la educación y resolver las distorsiones del sistema electoral panameño.

¿Cómo se concreta este pacto social?

El gran reto tiene que ver con la representatividad en Panamá y es un desafío por la fragmentación, observó.

Analiza que más allá de un debate, el cual trata de vencer o convencer, es preciso ir al diálogo: “Diálogo es escuchar al otro, ponerse en su lugar: hay que buscar ese terreno común para construir lo público”.

Observa que en este contexto la juventud tiene mucho que decir y lo prueba la presentación de solicitudes de aspirantes a precandidatos por libre postulación para los comicios del 5 de mayo de 2024: “La mayor cantidad de firmas viene de los jóvenes. Es una juventud que a través de la libre postulación lucha porque está aprovechando la vía electoral para protegerse”.

Por otra parte, en el ámbito constitucional, Brown, señala que la mayoría de la población panameña piensa que una nueva Constitución tiene que ver con mejorar las condiciones de las personas más pobres.

El experto entiende que la historia reciente demuestra que es difícil lograr los cambios constitucionales por la vía de los consensos, sin embargo,  “si lo hacemos bien, se pueden procesar con el diálogo político”.

Violeta Villar Liste
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