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Por: Violeta Villar Liste

El cuarto día del Congreso de Investigación e Innovación en Sostenibilidad (SRI 2023) que se celebra en ciudad de Panamá y reúne a líderes globales por la acción climática y la sostenibilidad, debatió temas centrales de la agenda por una transformación desde la investigación y la ciencia

La plenaria Salud y bienestar en una era de cambios globales rápidos, en el cuarto día del Congreso de Investigación e Innovación en Sostenibilidad (SRI 2023), que hasta mañana se celebra en Panamá, significó una reflexión mayúscula sobre temas ineludibles: desde los saberes ancestrales de las comunidades indígenas, hasta el estigma hacia la salud mental y la necesidad de escuchar la voz de los jóvenes, quienes reclaman una lucha auténtica a favor del ambiente.

Bajo la moderación de la profesora Paola Prado, Ph.D, profesora de Periodismo y Medios Digitales de la Universidad Roger Williams, la sesión la abrió en modalidad virtual la Dra. Vivian Camacho, desde Bolivia.

Directora de Medicina Tradicional Ancestral del Viceministerio de Medicina Ancestral del Ministerio de Salud del Estado Plurinacional de Bolivia, es también comunicadora indígena y miembro de la Red del Abya Yala de Comunicación Indígena.

“Pertenezco a la nación quechua; estado nacional de Bolivia y para nosotros la sabiduría y la medicina ancestral es respetar quiénes somos y reconocernos de dónde venimos (… )recordar que seguimos vivos aunque hemos sufrido persecución desde los tiempos coloniales”.

Dra. Vivian Camacho

Explicó que tienen La Ley Nacional para la Medicina Ancestral “que es parte de nuestra lucha como indígenas, el recordar que nuestros mayores sabios merecen nuestro reconocimiento”.

“Debemos recordar que la medicina ancestral cuida la madre tierra, los lugares sagrados, las montañas sagradas y también la fuente acuática sagrada: el ambiente para nosotros es familia, recordar de dónde somos y hacia dónde venimos”.

Observa que si “la madre tierra cuida de nosotros, nosotros debemos cuidar de ella”.

“Necesitamos estar alineados con la vida, con la ciencia, con la ciencia indígena ancestral…. con la manera ancestral de estar en el mundo”.

Promueve un diálogo intercientífico que una las generaciones del pasado y del futuro, “porque todos tenemos un regalo para compartir con el mundo. Es el momento”.

En este diálogo multicultural, que atiende las realidades de las comunidades indígenas, la Dra. Andrea Pevé, ministra de Salud de la provincia de Neuquén de Argentina, expuso parte de sus estrategias como la creación de un centro de salud intercultural.

Profesora Paola Prado y Dra. Andrea Pevé

“Las políticas de salud deben tener puesta la mirada en los más vulnerables: hay que pensar en los ancianos, los niños y también en las poblaciones de riesgo”.

En el caso de las comunidades indígenas, trabajan desde hace 15 años una experiencia técnica e implementación de política de salud exitosa con los mapuches, como parte de la gestión del centro de salud intercultural, una demanda de la propia población indígenas.

“No fue una situación mágica y sí un proceso constante, simétrico, contino de consensos y   disensos”, observó.

En el caso de la  biomedicina o medicina occidental, “tuvimos que desandar y comprender la cosmovisión mapuche para tener un mirada que compartan ambas medicinas, y desde esa cosmovisión, pudimos comprender algunos temas relacionados con el cambio climático y saber que no se trata de una sola verdad: la salud está en la comunidad pero no solo en la persona; también en el entorno”.

Nicole Redvers, miembro de la primera nación Deninu K´ue (territorios del noroeste del Canadá) y quien es profesora en la Universidad Occidental, además de trabajar con “pacientes, académicos y comunidades indígenas” globales a lo largo de su carrera, reflexionó sobre la pertinencia de la equidad y la inclusión en el campo científico, lo cual significa incorporar la información indígena para lograr “una balanza equitativa con la madre tierra”.

No se trata, advirtió, de ver a la manera occidental a nuestras comunidades y sí de tratar de humanizar la experiencia y, al hacerlo, recordamos de dónde venimos”.

Congreso de Investigación e Innovación en Sostenibilidad (SRI 2023)

Cambio climático y estrés crónico

La Dra. Gabrielle Briton, PhD en Psicología y Neurociencias, es investigadora y coordinadora del Centro de Neurociencias del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat- AIP) que impulsa la Iniciativa de Investigación Enfocada en el Envejecimiento en Panamá (PARI, por sus siglas en inglés).

En su intervención, comenzó por aclarar que “cuando hablamos del estrés y la ansiedad pensamos en un contexto negativo, pero nuestro cerebro ha evolucionado con sus mecanismos para lidiar con el estrés y la ansiedad”.

Un ejemplo desde lo cotidiano con el cual ejemplificó: una persona camina por la calle, en la oscuridad, escucha sonidos y, de manera instintiva, se prepara para el estrés que en este caso se convierte en un mecanismo de defensa.

Cuando aparece el perro del vecino, y no hay peligro, el cuerpo se relaja.

Comprender el estrés y la ansiedad pasa por saber qué ocurre en el cerebro y su sistema HHS o HPA en inglés: hipotálamo-hipofisario-suprarrenal, sistema que controla desde la digestión hasta el estrés.

“El problema ocurre cuando el estrés se activa de manera crónica, por largos periodos: no es buena la liberación constante de hormonas, en tanto actúa en nuestro organismo, caso del estómago, y nos hace sentir mal”.

El cambio climático es un ejemplo de estrés crónico que afecta a la población: lo sufre el niño cuando percibe que el clima está en peligro y el adulto al pensar que el mundo no será tan bueno para los más pequeños.

“Por supuesto, el estrés impacta más a las poblaciones vulnerables porque ya están en una situación de riesgo y el estrés exacerba la situación”.

La salud mental, observa, sigue siendo estigmatizada, así que debemos educar en poder hablar de la salud mental en cuanto al cambio climático.

Analiza que rara vez un estudiante llega a casa y comenta que aprendió mucho en clases de cambio climático.

No ocurre porque es un tema del cual poco se habla en el salón. Tampoco de salud mental.

Enfatiza que en el fondo se trata también de un problema de justicia social, porque son las personas más vulnerables quienes sufren los estragos del cambio climático y luego en su salud mental.

Jóvenes por el cambio

Omnia El Omrani, doctora en Medicina con más de siete años de experiencia en cambio climático y quien fue la primera enviada oficial de la juventud de su país (Egipto) a COP27 , expuso que el desafío es cómo traducir las necesidades y  las perspectivas con las cuales los jóvenes se deben enfrentar a los temas de salud, bienestar, cambio climático y políticas de negociación.

Advirtió que los jóvenes sufrirán los impactos por el aumento del cambio de temperatura global y la exacerbación del cambio climático.

Dijo que es importante considerar el rol de los jóvenes en las negociaciones y traducir sus demandas en políticas, lo cual cuida también su salud mental.

Clover Hogan, activista y directora ejecutiva de la fundación Force of Nature, organización juvenil a favor de la acción por un cambio a favor del ambiente, recordó que cuando tenía 11 años comenzó a ver imágenes de cómo se reducían los bosques y la destrucción de los árboles.

“Recuerdo que tenía una sensación de tristeza, de duelo y de rabia, pero más que otra cosa, me sentía confundida porque no había visto hablar de esta crisis ambiental en la casa o en la escuela”.

Alertó de los esfuerzos por negar el cambio climático y pretender decir que no hay emergencia.

“Los jóvenes se sienten traicionados, no solo por la crisis climática, también por la inactividad gubernamental”, afirmó.

Propone crear recursos de salud mental, herramientas que ayuden a tomar acciones y usar esa motivación para crear un cambio de los puestos históricos de poder con estos jóvenes disruptivos, llamados a generar espacios creativos.

Violeta Villar Liste | [email protected]