Ojalá que esta visita del país norteafricano acerque literaturas y afiance lazos de intercambio de escritores. Ambos países lo necesitan.
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Reseña por: Pedro Crenes Castro

Panamá cuenta con una biblioteca de belleza fuera de lo común, la Mohamed VI, en Amador, en la sede del Parlatino. Una joya marroquí en el corazón de América, en el centro de Panamá, que necesita más y más bibliotecas y lectores y cómplices de la literatura.
Feria Internacional del Libro (FIL) Panamá
La literatura tiene que viajar más allá del idioma, y eso es lo que hace la de Marruecos aceptando la invitación para visitar Panamá. Algunos escritores panameños han estado en el país africano, y han podido comprobar de primera mano el gran interés que tienen allí por nuestra lengua y por estrechar lazos a través de ella: cuando hay interés en el otro, lo que importa son las oportunidades que la literatura ofrece para leer las historias que se viven y se experimentan allí donde se escribe.
Najat El Hachmi (ganadora entre otros del Premio Nadal 2021), es una de las voces potentes en el panorama literario en español; como también lo es Mohamed El Morabet, (Ecos de la nieve, El invierno de los jilgueros) cuya obra es de un preciosismo emocionante: se escucha en sus líneas el cuchicheo feliz de la belleza. Sus imágenes son poderosas, y el ritmo invita a seguir leyendo. Y no se queda atrás Karima Ziali, investigadora especializada en sexualidad, islam y migraciones, que ha escrito una muy buena primera novela, Una oración sin dios, que dibuja la realidad de los que emigran, con una mirada desgarradora. Estos tres escritores son una muestra de la actual salud de la literatura marroquí.
Pero tenemos traductores para poder disfrutar de la literatura marroquí escrita en lengua árabe. Nos visita la profesora y traductora Fatima Lahssini, que publicará en breve una antología del cuento femenino español traducido, en este caso, al árabe. En esa aventura del interés mutuo por lo que se vive y escribe en español, la acompaña el profesor Said Benabdelouahed, gran conocedor también de la literatura latinoamericana que, además, junto con Juan Marsá Fuentes y Hassan Boutakka, firma una muy recomendable antología, El cuento marroquí moderno, en la cual podemos asomarnos a la literatura marroquí, y por medio de ellos a la vida cotidiana de un país que se nos antoja lejano y exótico, pero que vive también nuestra mismas luchas y alegrías.
En la contraportada nos dicen lo siguiente: «Asistir a una boda musulmana a través de los ojos de una niña, paladear por primera vez el tibio sabor de las adgas, afeitarnos la cabeza en una barbería en un oscuro callejón de Fez o brindar con vino en una tabernucha de Casablanca, es el viaje que va a hacer el lector a través de las páginas de esta colección de cuentos marroquíes. Este es el encanto de la mágica actividad integradora de mundos que llamamos literatura». Es toda una declaración de intenciones, y una invitación franca a dejarnos llevar por los pasillos de la aventura de descubrir nuevos mundos y nuevas perspectivas desde donde mirarlos.
Panamá cuenta con una biblioteca de belleza fuera de lo común, la Mohamed VI, en Amador, en la sede del Parlatino. Una suntuosidad que espero esté bien equilibrada con su valor bibliográfico. Una biblioteca siempre son sus libros, pero que duda cabe que el entorno y la belleza catalizan y predisponen el ánimo para leer o escribir. Una joya marroquí en el corazón de América, en el centro de Panamá, que necesita más y más bibliotecas y lectores y cómplices de la literatura.
Ojalá que esta visita del país norteafricano acerque literaturas y afiance lazos de intercambio de escritores. Ambos países lo necesitan.
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña | [email protected]

Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.