Publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) y la Confederación Internacional de Matronas (ICM), las directrices introducen nuevos criterios de diagnóstico objetivos
Comunicado OMS
A través de nuevas directrices históricas publicadas hoy, las principales agencias de salud reproductiva exigen un cambio radical en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la hemorragia posparto (HPP).
Las recomendaciones resaltan la urgente necesidad de una detección temprana y una intervención más rápida, medidas que podrían salvar la vida de decenas de miles de mujeres cada año.
Definida como sangrado excesivo después del parto, la HPP afecta a millones de mujeres anualmente y causa casi 45 000 muertes, lo que la convierte en una de las principales causas de mortalidad materna a nivel mundial.
Incluso cuando no es mortal, puede causar consecuencias para la salud física y mental de por vida, desde daños importantes en los órganos hasta histerectomías, ansiedad y trauma.
“La hemorragia posparto es la complicación más peligrosa del parto, ya que puede agravarse a una velocidad alarmante. Si bien no siempre es predecible, las muertes se pueden prevenir con la atención adecuada”, afirmó el Dr. Jeremy Farrar, subdirector general de Promoción de la Salud y Prevención y Atención de Enfermedades.
“Estas directrices están diseñadas para maximizar el impacto donde la carga es mayor y los recursos son más limitados, ayudando a garantizar que más mujeres sobrevivan al parto y puedan regresar a casa sanas y salvas con sus familias”.
Las directrices contienen 51 recomendaciones que reúnen recomendaciones basadas en evidencia existentes y nuevas que son relevantes para prevenir, diagnosticar y tratar la HPP.
Nuevos criterios diagnósticos para una actuación rápida

Publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) y la Confederación Internacional de Matronas (ICM), las directrices introducen nuevos criterios de diagnóstico objetivos para detectar la HPP, basados en el estudio más grande sobre el tema hasta la fecha, también publicado hoy en The Lancet.
Muchos casos de HPP ocurren sin factores de riesgo identificables, por lo que la detección temprana y la respuesta rápida son cruciales. Sin embargo, en muchos entornos, especialmente donde los recursos sanitarios y las salas de parto están saturados, los retrasos en el tratamiento tienen consecuencias devastadoras.
Normalmente, la HPP se diagnostica como una pérdida de sangre de 500 ml o más. Actualmente, también se recomienda a los médicos actuar cuando la pérdida de sangre alcanza los 300 ml y se observan signos vitales anormales. Para diagnosticar la HPP de forma temprana, se recomienda a los médicos y matronas que vigilen de cerca a las mujeres después del parto y utilicen campos calibrados (dispositivos sencillos que recogen y cuantifican con precisión la sangre perdida) para poder actuar de inmediato cuando se cumplan los criterios.
Las directrices recomiendan la implementación inmediata del paquete de medidas MOTIVE una vez diagnosticada la HPP. Esto incluye:
- Masaje del útero;
- Medicamentos oxitócicos para estimular las contracciones;
- Ácido tranexámico (TXA) para reducir el sangrado;
- Líquidos intravenosos ;
- Examen del tracto vaginal y genital; y
- Escalada de atención si el sangrado persiste.
En los raros casos en que el sangrado continúa, las pautas recomiendan intervenciones efectivas como cirugía o transfusión de sangre para estabilizar de manera segura la condición de la mujer hasta que esté disponible un tratamiento adicional.
“Las mujeres afectadas por HPP necesitan atención rápida, viable y eficaz, que impulse el progreso hacia la eliminación de las muertes relacionadas con la HPP”, afirmó la profesora Anne Beatrice Kihara, presidenta de FIGO. “Estas directrices adoptan un enfoque proactivo de preparación, reconocimiento y respuesta. Están diseñadas para garantizar un impacto real, empoderando al personal sanitario para brindar la atención adecuada, en el momento oportuno y en una amplia gama de contextos”.
Reducir los riesgos mediante una prevención eficaz

Las directrices enfatizan la importancia de una buena atención prenatal y posnatal para mitigar factores de riesgo críticos como la anemia, altamente prevalente en países de ingresos bajos y medianos-bajos. La anemia aumenta la probabilidad de HPP y empeora los resultados si se presenta. Las recomendaciones para madres con anemia incluyen hierro y folato por vía oral diarios durante el embarazo y transfusiones intravenosas de hierro cuando se requiera una corrección rápida, incluso después de una HPP, o si la terapia oral falla.
La publicación también desalienta prácticas inseguras como las episiotomías de rutina, al tiempo que promueve técnicas preventivas como el masaje perineal al final del embarazo, para reducir la probabilidad de traumatismos y sangrado grave después del parto.
Durante la tercera etapa del parto, las directrices recomiendan administrar un uterotónico de calidad comprobada para favorecer la contracción uterina, preferiblemente oxitocina o carbetocina termoestable como alternativa. Si no se dispone de opciones intravenosas y la cadena de frío no es fiable, se puede utilizar misoprostol como último recurso.
“Las matronas conocen de primera mano la rapidez con la que la hemorragia posparto puede agravarse y costar vidas”, afirmó la profesora Jacqueline Dunkley-Bent OBE, matrona jefe del ICM. “Estas directrices son revolucionarias. Pero para acabar con las muertes prevenibles por HPP, necesitamos más que evidencia y protocolos. Instamos a los gobiernos, sistemas de salud, donantes y socios a que den un paso al frente, adopten estas recomendaciones, las adopten con rapidez e inviertan en las matronas y la atención materna para que la hemorragia posparto sea una tragedia del pasado”.
Las directrices se acompañan de un conjunto de recursos de capacitación e implementación, desarrollados con socios como el UNFPA. Estas herramientas consisten en módulos prácticos para el personal sanitario de primera línea, guías nacionales para la introducción de nuevas prácticas y capacitación basada en simulaciones para fortalecer la respuesta ante emergencias.
Estas directrices consolidadas, las primeras centradas exclusivamente en la HPP, se presentarán en el Congreso Mundial FIGO 2025 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Constituyen un paso crucial en la implementación de la Hoja de Ruta Global para Combatir la Hemorragia Posparto entre 2023 y 2030.
Directrices y estudio The Lancet
Hoy también se publicó en The Lancet un nuevo estudio de la OMS y el Programa Especial de las Naciones Unidas sobre Reproducción Humana (HRP) sobre la precisión diagnóstica de los indicadores de sangrado posparto grave en el que participaron más de 300 000 mujeres de 23 países:
Gallos I, Williams CR, Price MJ, Tobias A, Devall A, Allotey J et al. Precisión pronóstica de los marcadores clínicos de sangrado posparto para predecir la mortalidad materna o la morbilidad grave: un metaanálisis de datos de participantes individuales de la OMS. The Lancet, 2025 ( https://doi.org/10.1016/S0140-6736(25)01639-3 ).
Hoy también se publica un comentario sobre las directrices en The Lancet Global Health: https://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PIIS2214-109X(25)00404-8/fulltext
La financiación para la elaboración de esta directriz fue proporcionada por la Fundación Gates.
Con información de la OMS