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Por: Orlando Rivera

 Orlando Rivera es periodista y abogado, egresado en Periodismo de la Universidad de Panamá, con más de 20 años de experiencia

Panamá ha dado pasos de gigante en materia de inclusión financiera, obligada por el impacto de la  pandemia de COVID-19, que empujó al Estado  a pagar digitalmente las  transferencias condicionadas y mediante  tarjetas de débito a los pensionados y jubilados, sin embargo la demora en la aprobación  del anteproyecto de ley del Sistema Nacional de Pagos de Panamá para regular nuevas herramientas de pago podría estancar los avances logrado, advirtieron expertos en la materia durante la VIII Cumbre Financiera Internacional, realizada en Panamá, organizada por la Asociación Bancaria de Panamá (ABP).

Datos más precisos de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP), señalan que en materia de inclusión, al cierre de abril de 2023, el número de cuentas de depósitos se ubicó en 5,8 millones de contratos, lo cual representa un crecimiento de 85% en una década.

“Ese crecimiento se acentuó en medio de la cuarentena impuesta por la pandemia”, dijo Amauri Castillo. superintendente de la Superintendencia de Bancos de Panamá,

El crecimiento de cuentas de personas naturales, luego de la pandemia, ha estado alrededor del 7,8%, más del doble de lo registrado antes de la pandemia.

Un elemento importante en esa dinámica fue el pago de pensionados, jubilados y receptores de subsidios y ayuda social, de los cuales una parte importante no estaban bancarizados, pero desde marzo de 2020 tienen una cuenta bancaria para recibir esos pagos. También se dispuso  pagar digitalmente a quienes reciben transferencias condicionadas, especialmente personas con capacidades limitadas.

 El crecimiento de las cuentas se ha mantenido debido a que  la pandemia consiguió expandir los pagos digitales, los canales virtuales de admisión  bancaria y apertura de nuevas cuentas. Aproximadamente, 3.6 millones de personas en Panamá tienen al menos una cuenta bancaria.

El uso del internet y la tenencia celular se aceleró, ubicándose a la altura de países de altos ingresos: 68%. Entre 2019 y 2022, el movimiento electrónico bancario aumentó  62%, reportando  557 millones de  transacciones por un monto total de $1,528 millones a través de la banca electrónica en su conjunto (aplicaciones, cajeros automático) “, explicó Castillo.

Por su parte, Aimee Sentmat de Grimaldo, presidenta ejecutiva de Banistmo en Panamá, citó  un estudio de MasterCard a junio de 2023 que señala que “pese a la aceleración  de la digitalización de la banca, todavía el  principal medio de pago en la región, sigue siendo el efectivo”.

Otro informe del año 2022, citado por Sentmat, indica que la penetración digital, acceso a celular, computadoras y habilidades para el uso de esas herramientas ubican a Panamá en el segundo lugar de Centroamérica con 43%, superado por Costa Rica con 56%, lo que significa que hay oportunidades muy grandes para continuar la digitalización financiera.

Casi 50 millones de personas en América Latina y el Caribe utilizaron medios de pago digitales como teléfonos celulares, internet o tarjetas en comercios, resalta un estudio del Banco Mundial.

Sin embargo, como todos los servicios digitales, la clave está en la conectividad. Menos del 50% de la población de América Latina cuenta con banda ancha de Internet fija. Además, apenas el 10% tiene una conexión de fibra óptica de alta calidad en el hogar.

Es importante mencionar que la adopción de estos métodos de pago podría terminar profundizando las desigualdades en el uso de los servicios financieros digitales. Ciertos grupos vulnerables como las mujeres, los adultos mayores y quienes viven en situación de pobreza se ven afectados de forma desproporcionada durante una crisis económica y, por lo general, no tienen identificación, cuentas bancarias o teléfonos móviles necesarios para adoptar el formato de pagos digitales.

En Panamá, los cuentahabientes por género no registra una brecha. Hasta abril de 2023, mujeres con 53%  tienen más participación en cuentas de depósito que los hombres (46,9%).

Respecto a las tarjetas de débito, el 52% de los hombres en Panamá posee una cuenta bancaria de ahorro no vinculada a una tarjeta de débito, mientras el 49% de las mujeres sí lo tienen.

Panamá es el país con mayor participación de mujeres de tenencia de tarjeta de débito, ya que el 50% de las panameñas cuenta con ese documento.

En  la tenencia de billeteras móviles digitales, existe igualdad tanto el hombre con 46% y mujeres con 47%

Panamá requiere Sistema Nacional de Pagos

Las transacciones electrónicas y los medios de pagos digitales han maximizado el uso del comercio electrónico y otros canales de pago, por ello la SBP presentó el anteproyecto de ley del Sistema Nacional de Pagos de Panamá, con la meta de modernizar y propiciar la transformación tanto a nivel legal y normativo, como de la administración, control y vigilancia de los sistemas y medios de pago electrónicos en el país.

De aprobarse el Sistema de Pagos, aumentaría la competitividad de nuestro centro financiero, ofreciendo servicios como Liquidación Bruta en Tiempo Real, Cheque Electrónico y Emisión de Dinero Electrónico, a través de un Operador del Sistema Nacional de Pagos.

 Actualmente no existe un soporte legal para el sistema de pagos en su conjunto, solo  el artículo 10 de la Ley Orgánica del Banco Nacional de Panamá (BNP) hace referencia a la Cámara de Compensación del BNP.

Destaca que un sistema de compensación y liquidación de pagos del sistema financiero funcionará bajo la dirección y responsabilidad del BNP, que podrá, si así lo estima conveniente, asignar su operación a una o varias entidades del sector público o privado mediante reglamento de la Cámara de Compensación del BNP. Son reglas aplicables a los bancos y no cubren al resto de los actores del sistema financiero.

“La falta de un sistema interoperativo afecta el comercio digital. Pasamos mucho tiempo discutiendo el sistema de pago que se necesita para mejorar el servicio o aumentar la competitividad”,  opinó Otto O. Wolfschoon, Jr. vicepresidente ejecutivo en Global Bank y presidente de la Junta Directiva de la Asociación Bancaria de Panamá.

Wolfschoon puso el ejemplo de países como China donde no se paga ni en efecto ni con tarjeta: se usa el celular.

Fintech y banca

Hoy el mundo ve un auge en el campo de servicios financieros digitales y los bancos no son la excepción. América Latina es una región del mundo con muchos jugadores destacados a nivel internacional. NU Bank (con presencia en Brasil, México y Colombia), Lulo Bank en Colombia, y Ualá en Argentina son algunos ejemplos. Estos hechos no son ajenos desde ningún punto de vista a la existencia de nuevas marcas y productos que están asociados a casas bancarias, pero que en su presentación comercial no lucen como vinculadas a lo tradicional.

Durante la  VIII Cumbre Financiera Internacional, realizada en Panamá, Daniel Becker, presidente  de Felaban,  resaltó que la banca constantemente está mejorando la experiencia del usuario como lo han hecho las fintechs, las cuales  son complementarias, “siempre que exista simetría regulatoria”.

Becker señaló que hay una diferencia entre una entidad financiera regulada y una financiera tecnológica que no tiene regulación, por lo tanto, lo más sano para el sistema es que actividades similares posean simetría regulatoria.

En Panamá, Castillo ve a la fintech como aliada estratégica de los bancos por el lado de la tercerización, la colaboración a través de un contrato de outsourcing o proveedor de servicios.

La Ley de Prevención de Blanqueo de Capitales le asignó a la SBP la responsabilidad de supervisar a emisores de dineros electrónicos.

Al respecto, de conformidad con el artículo 22 de la ley 23 de 2015, le corresponde a la SBP supervisar en materia de prevención del blanqueo de capitales financiamiento a los bancos,  empresas fiduciarias, empresas financieras  empresas de arrendamiento financiero o leasing, empresa de factoring,  emisores o procesadores de tarjeta de débito crédito y prepagos, sean estas personas naturales o jurídicas y a las entidades emisoras de medio de pago y dinero electrónico.

“La captación de recursos, por ley, está limitado a las instituciones bancarias o sistemas autorizados, de ser el caso, se puede buscar una estructura para que esa captación de recursos del público no sean para intermediación, sino para pagos”, precisó Castillo.

Castillo dijo que normalmente recomienda estructuras fiduciarias que separe el dinero de la empresa de los dineros del público para dar mayor transparencia

Estrategia Nacional de Educación e Inclusión Financiera

En materia de inclusión financiera, también la SBP impulsa la «Estrategia Nacional de Educación Financiera» (ENEF), cuyo principal objetivo es aumentar los conocimientos financieros de los ciudadanos para que comprendan los diferentes servicios y productos que hoy ofrecen las entidades reguladas. Además, se busca elaborar la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), así como lograr la interoperabilidad entre ambas. Si bien, los niveles de inclusión financiera, en particular de bancarización.

Por: Orlando Rivera