fbpx

La Dra. Tirza De León y el Dr. Xavier Sáez-Llorens, forman parte del equipo de investigadores que acaban de publicar el estudio Evaluación de la estabilidad de Sabin atenuada y dos nuevas vacunas orales contra el poliovirus tipo 2 en niños, en la revista Nature. 

La Dra. Tirza De León es infectólogo pediatra en el Hospital Materno Infantil José Domingo De Obaldía  y el Dr. Xavier Sáez-Llorens  en el Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel, así como miembro del Sistema Nacional de Investigación de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt).

Ambos investigadores panameños también están integrados al equipo científico del Centro de Investigación en Vacunas (Cevaxin), situado en ciudad de Panamá.

En el estudio (ver enlace original:https://www.nature.com/articles/s41541-022-00437-5) se explica que se está desarrollando “una nueva vacuna oral contra el poliovirus tipo 2 (nOPV2) para reducir la rara aparición de enfermedades y brotes asociados con la inestabilidad genética de las cepas de la vacuna Sabin”. 

A pesar del progreso en la erradicación del poliovirus, “la propagación de los poliovirus derivados de la vacuna de tipo 2 (cVDPV2) en circulación representa una gran amenaza para la erradicación completa de los poliovirus”, indican en la investigación.

La OMS explica “que  la vacuna oral contra la poliomielitis contiene virus vivos que han sido atenuados para quitarle la capacidad de producir la parálisis”. 

Sin embargo, “en lugares donde las coberturas de vacunación contra la polio son bajas, estos virus pueden transmitirse en muchas ocasiones entre los niños no vacunados, o parcialmente vacunados.

En muy raras ocasiones estas múltiples transmisiones pueden ocasionar que los virus muten o cambien sus características genéticas, pudiendo recuperar su capacidad de producir la parálisis. Esto permite la aparición de casos con parálisis derivada de la vacuna antipoliomielítica”.

Esta argumentación respalda la importancia de este tipo de investigaciones que buscan proteger a la población pediátrica y asegurar un mañana sin polio.

“Los datos disponibles de un grupo de edad objetivo clave para la respuesta al brote confirman la estabilidad genética y fenotípica superior de las cepas de nOPV2 eliminadas en comparación con las cepas de Sabin-2 eliminadas y sugieren que la nOPV2 debería asociarse con menos enfermedad paralítica y potencialmente con un menor riesgo de sembrar nuevos brotes”, señala la investigación, al compartir los resultados.

Vacunación, clave para prevenir

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define “la poliomielitis, o comúnmente llamada polio, como una enfermedad altamente contagiosa ocasionada por el virus de la poliomielitis”.

“5 a 10 de cada 100 personas infectadas con este virus pueden presentar algunos síntomas similares a los de la gripe.

En 1 de cada 200 casos el virus destruye partes del sistema nervioso, ocasionando la parálisis permanente en piernas o brazos. Aunque es muy raro, el virus puede atacar las partes del cerebro que ayudan a respirar, lo que puede causar la muerte”.

La OMS recuerda que el último caso confirmado de poliomielitis por poliovirus salvaje en la Región de las Américas ocurrió en 1991, pero la amenaza continúa. 

El principal factor de riesgo para que los niños menores de 5 años de edad adquieran esta enfermedad, son las bajas coberturas de vacunación”.

Con información de estudio en Nature y OMS