¡Salud para Todos, Día Mundial de la Salud 7 de abril!

Dra. Karen Courville, FACP, SNI

Todos los años se celebra el día Mundial de la Salud, conmemorando el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948, y cada año se centra en un problema de salud pública específico.

Este año el lema es Salud para Todos. El tema que se elige se trabaja por un año, y con cada oportunidad se busca recordar los logros de la salud pública que han mejorado la calidad de vida de las personas, a la vez que se evalúan los nuevos retos sanitarios de hoy y mañana.

La OMS pretende con este tema «salud para todos» hacer énfasis en que todas las personas gocen de buena salud para llevar una vida plena en un mundo pacífico, próspero y sostenible.  Todas las personas deben tener acceso a los servicios de salud que necesiten cuando y donde los necesiten sin pasar por ello apuros económicos, entendiendo que el derecho a la salud es un derecho humano básico.

Sin embargo, el 30% de la población mundial no puede acceder a servicios de salud esenciales, y casi 2000 millones de personas se enfrentan a situaciones sanitarios catastróficas o escenarios sociales empobrecedores, existiendo importantes desigualdades que afectan a quienes se encuentran en los entornos más vulnerables.

¿Qué se necesita para alcanzar #SaludParaTodos?

Para que la salud para todos sea una realidad, necesitamos: elaboración de políticas y normativas que aseguren la inversión en la cobertura sanitaria universal; trabajadores de la salud calificados que presten una atención de calidad centrada en las personas; y personas y comunidades que tengan disponibilidad a servicios de salud y que sean educados en cómo cuidar de su propia salud y la de sus familias.

La COVID-19 y otras emergencias de salud como terremotos, migración, las guerras y los cambios climáticos han producido una de las mayores crisis humanitarias de los últimos 100 años, y esto ha evidenciado la necesidad de implementar medidas a nivel de estados que ayude a caminar hacia #SaludParaTodos.

En estas epidemias y emergencias, las poblaciones más vulnerables son las que más se ponen en riesgo, ya que se aumentan las diferencias en acceso a servicios de salud de calidad.

Además, tienen más probabilidades de sufrir consecuencias adversas, como lo que sucedió al aplicar las medidas para contener la pandemia, que produjo pérdidas económicas, aumento del desempleo y aumento en la desigualdad social en muchos países.

Los líderes de los países y entidades de salud deben procurar que exista una adecuada proporción de servicios de salud de calidad, accesible en términos de alcance demográfico, social y cultural. Los sistemas deben ser los encargados de monitorear la situación general y local de un país, para evaluar las desigualdades y poder analizar las mejores estrategias que garanticen a todas las personas un acceso de salud de calidad.

El recurso humano que trabaja en salud, que es formado por una gran variedad de profesionales, debe ser un equipo preparado, que mantenga conocimientos actualizados, acorde con las diferentes situaciones, de manera que logre ofrecer un sistema de atención pensada en el paciente.

La evidencia demuestra que los sistemas de salud impulsados por un enfoque de atención primaria de salud (APS) son la forma más eficaz y costo efectiva de acercar los servicios de salud y bienestar a las personas. El equipo de salud debe procurar lograr una atención multidisciplinaria, acorde con la necesidad biopsicosocial de los pacientes, incluyendo todos los aspectos de salud y enfermedad.

¿Qué es la promoción de la salud?

La OMS ha definido la promoción de la salud como la capacidad de proporcionar a la gente los medios necesarios para mejorar la salud y ejercer un mayor control sobre sí misma.  Este precepto, definido en 1986, en la “Carta de Ottawa”, se basa en que para lograrlo se deben construir políticas públicas de salud, se deben crear ambientes que favorezcan la salud, así como desarrollar habilidades personales, acción comunitaria y reorientación de los servicios de salud.

La promoción de la salud se nutre de muchas disciplinas como la epidemiología, la medicina, la sociología, la psicología, la comunicación y la pedagogía. Existe la “Declaración de Yakarta” (1997), que trata cinco prioridades para guiar la promoción de la salud, como son la promoción de la responsabilidad social para la salud, apoyar el incremento de las inversiones para el desarrollo de la salud, así como la expansión de la colaboración para la promoción de la salud, incrementar la capacidad de la comunidad y el empoderamiento de los individuos, y garantizar una infraestructura para la promoción de la salud.

Además, la promoción de la salud no solo abarca al ámbito de la salud, sino también al de la investigación, educación, gobierno y otros sectores sociales, porque las acciones que se llevan a cabo son sociales, económicas, políticas y psicosociales. El concepto ha ido variando según la época y es resultado de las necesidades sociales.

Educación y #SaludParaTodos

Algunos autores en salud pública explican que la educación sanitaria tiene como objetivos que la salud sea un patrimonio de la colectividad, en donde se aprenda a modificar conductas negativas, se promuevan conductas positivas, cambios ambientales favorables, y se capacite a las personas para que participen en la toma de decisiones sobre salud en su comunidad.  Este proceso de educación debe iniciarse en la etapa escolar, en donde el individuo pueda desarrollar conductas saludables que puedan mantenerse y aprendan a vivir de manera individual o colectiva, en salud.

Además, iniciando de manera temprana, se logra complementar la salud con conductas sociales saludables que incluyan el ambiente, ya que la educación en salud tiene como objetivo transmitir conocimientos que le permitirán practicar estilos de vida saludable y que puedan solicitar ayuda en caso de ser necesario, para mantener ese estado de salud y bienestar, recordando que la Salud es un tema de Todos.