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Violeta Villar Liste

El método braille, luz y bastón en la vida de la persona con discapacidad visual, gracias a la función táctil de este sistema de combinación de puntos en relieve, fue creado por el francés Louis Braille.

En su honor, cada 4 de enero, fecha de su natalicio, se celebra el  Día Mundial del Braille, por decisión de Naciones Unidas.

La Sección Braille de la Biblioteca Simón Bolívar de la Universidad de Panamá, con más de 800 libros, es un ejemplo del poder de este sistema de acercar el conocimiento.

La historia tiene su origen en 1993, cuando la Asociación de Estudiantes y Egresados Ciegos Universitarios de Panamá (AEECUP), decide impulsar la creación de la Biblioteca Braille para lectores con discapacidad visual, con el objetivo de promover e inculcar el hábito de la lectura, utilizando este sistema de  lectoescritura.

La magíster Roxana Q. Alemán V, jefa de la Sección Braille  de la Biblioteca Simón Bolívar de la Universidad de Panamá, al documentar los inicios de la Sección Braille, explica que la Biblioteca Braille, con el impulso de la AEECUP, tenía como misión  “facilitar material en braille como complemento del proceso enseñanza-aprendizaje de quienes cursaban estudios universitarios o a toda aquella persona ciega que solicitara el servicio”. 

La determinación y las gestiones hicieron posible que mediante donaciones se obtuvieran los recursos económicos para la adquisición de los primeros 38 libros, compuestos por 114 volúmenes, sobre filosofía, sociología, novelas, cuentos y poesías de reconocidos escritores.

“Poco a poco, a través de donaciones y de actividades económicas organizadas por la AEECUP, se compraron más libros que incrementaron la colección Braille”, detalla.

En 2007, con el propósito de formalizar y perfeccionar los servicios que se prestaban, establecen una alianza con la Biblioteca Interamericana Simón Bolívar del Sistema de Biblioteca de la Universidad de Panamá, que proporcionó el apoyo técnico y personal especializado en estas labores para la organización científica de la Biblioteca Braille.

A partir de ese momento, adquiere el nombre de Sección Braille. 

Un dato de mucha relevancia es que la  magíster Roxana Q. Alemán V, responsable de la Sección, es una persona ciega, profesional en Bibliotecología y Ciencias de la Información.  

La Sección Braille, situada en la planta baja de la Biblioteca Simón Bolívar, en el campus central de la Universidad de Panamá, cuenta con más de 800 libros en Sistema Braille, que componen aproximadamente, 2,400 de las diferentes temáticas del saber: historia, derecho, psicología, ciencias, medicina, idiomas, filosofía, sociología, educación, matemáticas, diccionarios, entre otras.

Alemán detalla que a través de esta colección bibliográfica, “la Sección Braille  contribuye con el uso y manejo del braille entre las personas ciegas, puesto que mediante este sistema de lectoescritura pueden acceder al conocimiento escrito, adquirir técnicas para una buena redacción y ampliar su vocabulario”.    

Incluso, además de los libros en braille, la Sección también presta obras en audio o digitalizadas, así como equipos tecnológicos adaptados, materiales y herramientas para escribir en braille, escaneo de documentos y capacitaciones sobre el uso de la computadora con lectores de pantalla.

La Sección Braille funciona en  horario de lunes a viernes de 7:00 AM. a 5:00 PM. y los servicios están disponibles para toda persona con discapacidad visual que así lo necesite.      

Un sistema que transforma vidas

Contar con el acceso a libros en braille es transformador en la vida de las personas.

Estefanía Cubillos, comunicadora social egresada de la Universidad de Panamá y quien cursó sus primaria en Colombia, relata que saber braille le permitió aprender a escribir, hablar, socializar y establecer con naturalidad el tránsito hacia la computadora “así como tener una comunicación fluida con el resto del mundo”.

Recuerda que de pequeña a sus compañeros de escuela le resultaba muy atractivo y curioso el braille. Lo veían como un juego e incluso lo aprendían para escribir.

“Me di cuenta que sin pensarlo se convirtió en un método de inclusión”, reflexiona.

Además de su madre, quien aprendió braille para ayudarla en su proceso de formación, y distintos profesores de educación especial, destaca con particular afecto la labor paciente de la docente Sandra Quintero, quien se esmeró en conocer el método para ayudarla en sus clases de matemáticas e incluso le llevaba lecturas de su propia autoría. 

Esta vocación la convirtió en tiempo posterior en docente de otros niños con discapacidad visual.

Estefanía valora del braille la posibilidad de tener buena lectura y conocer distintos universos. 

Incluso su tesis universitaria la defendió con el soporte de este sistema “porque sentía que me apoyaba más y me daba seguridad”.

Considera que la enseñanza del braille se debe mantener en los niños ciegos, “porque de lo contrario estaremos en un mundo muy virtual donde solo escucharemos grabaciones o escribimos en la computadora, pero es el braille la materia prima de cualquier persona ciega para avanzar”.

Yeritzel Palacios, técnica en docencia integral en Panamá, quien aprendió a usar el braille desde los tres años de edad, también se inclina porque se fomente este método en los alumnos con discapacidad visual para lograr una formación integral.

Lorena Pechené, psicóloga y mediadora educativa del programa de accesibilidad  del Museo Nacional de Colombia, detalla que “este sistema de lectoescritura nos permite interactuar con los textos como lo hace quien ve y lee tinta.

El conocer braille evitará las barreras comunicativas porque la tecnología nos da la mano y trae muchas ventajas, pero no todas las personas tienen las mismas posibilidades de acceso”.

En lo particular, tanto para su carrera universitaria como cursos de formación, empleó el braille.

Se siente más cómoda con su uso al estudiar o tomar apuntes: “El cuaderno no se descarga y evitas el riesgo de perder información”, razona en respaldo a un método que punto a punto ha cambiado vidas.