Senderos interpretativos, el pacto con el ambiente de la Universidad Tecnológica de Panamá

Violeta Villar Liste | Fotos: VVL | UTP

Bajo el techo verde de los senderos interpretativos del campus metropolitano Dr. Víctor Levi Sasso de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), la academia estrecha pactos con el ambiente y deja lugar a otra manera de cuidar y enseñar.

Para cualquier observador, el campus central de la UTP es una sucesión de armónicos edificios, custodiados por árboles de brisa perenne, pero si decide ir más allá, los árboles son en realidad la antesala al Bosque Húmedo Tropical, que entre los límites de la vía Centenario y el puente sobre el Corredor Norte, custodia la Universidad Tecnológica de Panamá.

Este bosque en el corazón de la casa académica y de la urbana ciudad de Panamá, está dividido de manera natural en cinco senderos: La Molienda Indígena, El Mono Tití, El Carricillo, La Palangana y El Cuipo que se conectan por un acceso principal y se articulan con la capilla La Palangana.

A propósito del cumpleaños 41 de la UTP, el rector de la institución, Ing. Héctor M. Montemayor Á., junto a docentes, investigadores y administrativos, participaron en el recorrido inaugural del sendero interpretativo La Molienda Indígena, parte del Carricillo y la conexión a la capilla La Palangana.

Es la primera etapa de un proyecto asociado  al Plan de Desarrollo Institucional (PDI), de la UTP y que consiste en convertir los senderos y sus rutas asociadas, en un aula que promueva la conciencia y educación ambiental.

Ambiente y desarrollo sostenible

Zuri Sadai Rodríguez, ingeniera ambiental y quien trabaja en la Oficina de Metas de la Rectoría de la UTP, guía el recorrido por este bosque húmedo que es un superlativo de verdes, refugio de fauna y flora.

La alfombra natural de hojas centenarias, ofrece cobijo sobre la tierra todavía húmeda por las lluvias sucesivas.

El acceso principal, en la frontera del nuevo Edificio de Aulas, es el inicio de este proyecto que lidera el rector junto con la Secretaría de Metas de la Rectoría, el Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas (CIHH) y el Centro Regional de Coclé, con apoyo de la Sección de Áreas Verde, la Dirección General de Ingeniería y Arquitectura (DGIA), la Dirección Ejecutiva de Mantenimiento e Infraestructura, el FABLAB y el Departamento de Seguridad Institucional.

Rodríguez explica que la UTP participa en el GreenMetric World University Rankings, el cual mide los esfuerzos de sostenibilidad ambiental de los campus universitarios.

Por otra parte, en el año 2020, la universidad realizó un diagnóstico sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto el ODS 15, que promueve, entre otras metas, “gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y la pérdida de biodiversidad”.

“Estos senderos ya existían pero no estaban señalizados o faltaban los puentes sobre las quebradas”, relata Rodríguez mientras muestra el empleo de materiales naturales para facilitar el acceso a estas rutas con fines pedagógicos y de conservación.

Además de los senderos, en el área funciona la Parcela permanente de monitoreo de bosques (PPMI), la cual tiene como objetivo “fortalecer la capacidad científica para comprender y predecir la dinámica forestal”.

Este proyecto de carácter internacional está asociado a la Red de Observatorios Globales de Bosques del Smithsonian (ForestGEO) y facilita la investigación y las prácticas de los estudiantes por su carácter de laboratorio vivo.

Historia y ambiente

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Una vez ingresar al acceso principal que conecta con los senderos interpretativos, el mapa del terreno diseñado en madera, describe cada sendero y sus distancias de recorrido: el más corto es el sendero El Carricillo (181 metros) y el más largo el sendero Mono Tití (498 metros).

La Molienda Indígena (190 metros), no es solo un sendero natural: es un recorrido histórico.

De acuerdo con la descripción de la señalización, “se evidencia que hace 7,000 años las poblaciones indígenas practicaban la agricultura itinerante en Panamá.

En esta área se han encontrado tiestos cerámicos y piedras de moler. Estudios realizados por el doctor Carlos Fitzgerald sugieren que aquí existió un asentamiento indígena y cuevas entre los años 500 y 1000 después de Cristo”.

Una piedra de moler en el punto inicial del sendero La Molienda Indígena confirma la presencia indígena y sus prácticas culturales.

En este sentido, la idea es fomentar la conciencia ambiental y patrimonial en los estudiantes, docentes, investigadores y visitantes, que pueden ser desde embajadores hasta alumnos de intercambio internacional.

La Ing. Zuri Sadai Rodríguez señala que la recuperación y señalización de estos senderos también contempla un inventario completo de flora y fauna.

Caminar por estas rutas naturales significa sorprenderse con las maravillas del bosque a escasos pasos de la ciudad: huellas de venado, monos tití, ñeques y variedades de aves, son parte de los residentes naturales de este espacio.

Riachuelos, árboles y plantas de distintas épocas, también conforman este hábitat que sella el compromiso de la UTP con el ambiente en esta tarea compartida por cuidar la Tierra, la casa de todos.