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La llegada de la pandemia trajo consigo nuevas maneras de relacionarse y también de trabajar. El teletrabajo es ahora la modalidad más extendida, con su carga de buenas y malas prácticas.

“La pandemia de covid-19 ha cambiado significativamente la forma en la cual muchas personas trabajan”, asegura el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“El teletrabajo se ha convertido en la norma en muchas industrias, a menudo desdibujando los límites entre el hogar y el trabajo. Además, muchas empresas se han visto obligadas a reducir o cerrar sus operaciones para ahorrar dinero, y las personas que todavía están en nómina terminan trabajando más horas.

Ningún trabajo merece el riesgo de sufrir un derrame cerebral o una enfermedad cardíaca. Los gobiernos, los empleadores y los trabajadores deben trabajar juntos para acordar los límites para proteger la salud de los trabajadores “, advirtió citado por la OMS y ONU Noticias.

Las declaraciones del director general de la OMS se dieron a propósito de los resultados de un estudio de las agencias de la ONU, especializadas en la salud y el trabajo, de acuerdo con el cual, “las largas jornadas laborales provocaron 745.000 muertes por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica en 2016, según las últimas estimaciones”.

El estudio concluye que trabajar 55 horas o más por semana se asocia con un riesgo estimado de 35% más de accidente cerebrovascular y un 17% más de riesgo de morir por cardiopatía isquémica, en comparación con trabajar de 35 a 40 horas a la semana.

Este estudio es un llamado de alerta sobre la manera cómo se trabaja y cuántas horas se trabaja, sin desconocer la “nueva normalidad laboral” que trajo el covid-19.

De esta forma, con el teletrabajo, nace también un concepto fundamental: el de tele-ergonomía, que se define como “la aplicación de fundamentos de la ergonomía para concebir espacios y puestos de teletrabajo, adaptados a las características personales de los teletrabajadores”.

De igual modo, la tele-ergonomía procura “disminuir las exigencias estático-posturales, visuales y psico-sociales; crear un puesto de trabajo que facilite el bienestar, la salud y la productividad”.

Estos conceptos y amplia documentación corresponden a la Dra. Luisa Sánchez de Cevallos, a propósito de su conferencia, Ergonomía en teletrabajo, dictada como parte de las tradicionales sesiones virtuales de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, en su visión de dar respuestas a los grandes temas de la salud pública.

La Dra. Sánchez de Cevallos es egresada de la Escuela Luis Razetti de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, con especialización en Medicina en Trabajo en la Universidad Pierre y Marie Curie y La Sorbona de Francia.

Además de haber ocupado el cargo de jefe de cátedra de Medicina del Trabajo en la Escuela Luis Razetti de la Facultad de Medicina de la UCV, fundó los cursos de especialización en salud, higiene y seguridad ocupacional de la institución universitaria.

De igual modo, en su actividad profesional, se ha desempeñado como asesora de salud ocupacional y de ergonomía para empresas nacionales y trasnacionales.

Ergonomía y teletrabajo

La especialista comenzó por recordar dos conceptos básicos: ergonomía y teletrabajo.

La ergonomía, de acuerdo con la definición de la Asociación Internacional de Ergonomía  (AIE), se define como el “conjunto de conocimientos científicos aplicados para que el trabajo, sistemas, productos y ambientes,  se adapten a las capacidades y limitaciones físicas y mentales de la persona para obtener eficacia, seguridad y bienestar”.

El teletrabajo, a su vez, es aquel realizado “a distancia de la empresa y de los compañeros de trabajo, utilizando las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)”.

La situación a causa del covid-19 genera, a su vez, una nueva modalidad, la del teletrabajo en pandemia, “aquel  creado por la pandemia, agregando al tele-trabajo la situación de confinamiento obligatorio del trabajador junto con  su entorno familiar”.

La Dra. Luisa Sánchez de Cevallos observa, entre otras ventajas, la posibilidad de conciliar “tiempo dedicado al trabajo y a la vida privada”, la adquisición de nuevos conocimientos tecnológicos y aumento de la eficiencia y productividad por ahorro de desplazamiento, inversión en ropa o transporte, disminución de problemas de relaciones interpersonales, aumento del compromiso y la motivación basados en una cultura de confianza 

Sin embargo, son varias las desventajas que enumera:

  • Frontera difusa entre el trabajo y la vida privada
  • Sensación de aislamiento
  • Dificultad para desconectarse del trabajo
  • Fatiga por exceso de encuentros virtuales
  • Espacios y puestos de trabajo improvisados y disergonómicos
  • Sedentarismo
  • Disponibilidad permanente e inmediata
  • Tendencia a excederse en las horas de trabajo
  • Disminución del tiempo de descanso
  • Problemas de conexión y ciberseguridad
  • Nuevas exigencias para la cultura y organización de la empresa
  • Insuficiencia de aplicaciones y herramientas que faciliten el teletrabajo.

Por otra parte, el teletrabajo genera exigencias físicas estático-posturales “relacionadas con trastornos músculo-esqueléticos” y también óculo-visuales, vinculados con la fatiga visual.

Hay “problemas psico-sociales relacionados con fatiga, estrés y trastornos  psico-somático”.

Por una postura cómoda

Atender las exigencias físicas estático-posturales del teletrabajo pasa por lograr una “postura ergonómica o cómoda” que la especialista define a partir de varias claves:

  • La mejor postura es la que puedes variar frecuentemente
  • La que te permite trabajar manteniéndote lo más cerca posible de una posición relajada
  • La que permite adoptar ángulos de confort de las articulaciones
  • La que permite ver el monitor y al mismo tiempo te asegura apoyo de la espalda baja con una ligera inclinación hacia atrás.

Al respecto, ofrece recomendaciones en este camino de un teletrabajo armónico:

  • Elije una silla que tenga espaldar, sea estable, preferiblemente acolchada  y con  reposa-brazos
  • Si es necesario incorpora un cojín para asegurar apoyo en la espalda baja
  • Al sentarte asegúrate que los codos queden a la altura de la mesa y los pies apoyados en el piso, de lo contrario coloca un cojín sobre el asiento y un soporte improvisado para los pies
  • Si la silla no posee apoya-brazos, apoya los antebrazos y las manos sobre la mesa y así  hombros y muñecas estarán relajados
  • Ubica el monitor al frente,  a 50-75 cm de tus ojos, a una altura tal, que el borde superior del mismo esté a nivel o ligeramente por debajo de tus ojos. Así evitaras posturas forzadas del cuello
  • Si usas laptop, es deseable un teclado y mouse externos y una plataforma improvisada (libros, caja), que te permita subir la pantalla y lograr la altura recomendada
  • Ubica los elementos que más utilizas, (mouse y teclado) dentro del espacio óptimo de alcance, a más o menos 10 cm del borde de la mesa ambos en el   mismo plano. Así evitas estiramientos forzados de miembros superiores
  •  Si es necesario incorporar porta-documentos, ubícalo a la misma distancia que el monitor y muy cerca de éste. Así evitarás movimientos repetidos de cuello.
Imagen: Cortesía/Dra. Luisa Sánchez de Cevallos

Con los elementos disponibles en casa también es posible realizar adaptaciones y adoptar una buena posición. La gráfica aportada por la especialista (libro para subir el monitor o cambio de calzado), es un ejemplo sencillo de buenas prácticas:

Buscar el confort visual

Con respecto a las medidas orientadas a lograr el confort visual desde los principios de la tele-ergonomía, recomienda aplicar estos principios:

  • Prioriza la luz natural que favorece el contacto con el exterior, mejora el estado de ánimo y  disminuye la fatiga
  • Coloca el monitor al lado de una ventana, nunca de frente ni de espalda a la misma y así evitas deslumbramientos y reflejos
  • Puedes complementar con luz artificial en el techo, siempre que no la tengas en tu campo visual o reflejada en el monitor
  • Respeta la distancia ojo-monitor de 50-75 cm
  • Coloca elementos agradables en la decoración (cuadros, fotos) para variar el enfoque y evitar   la fatiga visual
  • Aplica la regla 10-10: cada 10 minutos aparta la mirada del monitor por 10 segundos parpadeando, moviendo los ojos y mirando a lo lejos

Teletrabajar en casa, pero en armonía

La Dra. Sánchez de Cevallos observa también varias exigencias psico-sociales a causa de la pandemia, entre otras, disminución de relaciones interpersonales por el confinamiento, límite difuso entre el trabajo y la vida privada, exceso de encuentros virtuales en sedentarismo, horarios de trabajo sin límites con disponibilidad permanente e inmediata, así como sensación de aislamiento con ansiedad, irritabilidad y tristeza.

Hay otra palabra que se incorpora a esta realidad y se denomina tecnoestrés, a causa de la hiperconectividad digital (videos, saturación de correos, teleconferencias, tecnoadicción) y precariedad de la conexión.

Las recomendaciones de la especialista son de gran ayuda para atender el impacto psicosocial del teletrabajo:

  • Establece un horario fijo para la rutina familiar y el trabajo
  • Céntrate en lo que se puede hacer
  • Establece límites en la familia para que respeten tu tiempo de trabajo
  • Arréglate como si fueras a trabajar
  • Crea en tu casa un sitio fijo para trabajar
  • Identifica los pensamientos que te molestan
  • Mantén el contacto social
  • Practica la empatía. Ayudar reduce la ansiedad
  • Haz ejercicios y actividades entretenidas
  • Relaja tu cuerpo y mente con prácticas como: respiración consciente, yoga, meditación…
  • Realiza cada hora, pausas activas con estiramientos músculo-esqueléticos.

Recordó que en el caso de Venezuela el marco legal de la protección de la salud de los trabajadores está establecido en la LOPCYMAT (1988), revisada en 2005 y también en las Normas COVENIN (1991 y 1998) sobre Ergonomía y trabajo con pantallas, en las cuales participó en su elaboración.

Se pronunció por una legislación que establezca los deberes y derechos de empleadores y empleados, tanto en teletrabajo como en pandemia, elaborar programas de formación, instrumentos de evaluación ergonómica para los puestos de teletrabajo en pandemia y fomentar la empatía en las relaciones de trabajo a pesar de la virtualidad de las relaciones.

En Panamá, el Decreto Ejecutivo Número 133 del 16 de septiembre de 2020,  reglamenta la Ley de Teletrabajo. 

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), por su parte, elaboró la guía práctica, El teletrabajo durante la pandemia de COVID-19 y después de ella, “que se basa en una década de investigación y asistencia técnica de la OIT sobre los efectos del teletrabajo en el mundo del trabajo y sobre el desarrollo y la aplicación de modalidades de teletrabajo eficaces”.

Fue desarrollada por Jon Messenger, jefe de Equipo del Grupo de Condiciones de Trabajo y experto técnico de la OIT en teletrabajo, en colaboración con dos expertos externos, Zoltan Vadkerti y Agnes Uhereczky.