Después de una dura semana de trabajo, nada mejor que arrancar el fin de semana con el “viernes cultural”, esa reunión de amigos en las esquinas del barrio presagiando ya el descanso y la fiesta. Esta sección pretende hacer eso, arrancar nuestro fin de semana desde esta esquina virtual con cuentos y poemas de autores panameños para que los conozcan y los disfruten. Así que, ¡feliz fin de semana!, con sabor a literatura panameña de la buena.
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Tres poemas de Gloria Young
Gloria Young

Gloria Young (Panamá, 1953), es una poeta panameña que destaca por su luz clara a la hora de buscar las voces que digan las imágenes de su poesía. Es autora de los libros de poesía Fiebre y Desatado el corazón entre otros. Su capacidad de evocar las distintas texturas de la mujer, hacen de uno de sus más hermosos libros, Nada que ocultar, un verdadero desafío para la mirada sobre la belleza y el amor.
Entre el guayacán sin flor
Así, en el silencio de los árboles,
ululantes testigos de mis días de sueños rotos,
imagino la dulzura de las frutas
que mis brazos no alcanzan
Tantas cosas que ver en este puerto
de arena y mar
y solo diviso el naranjal, el limonero,
el árbol que el árbol de sombra del canistel
y este recuerdo tuyo pegado a la piel
Crece a la intemperie el dolor de mi cuerpo
frente al árbol de roble
y a su alfombra de blancas flores en el césped,
los buenos días se abren, porque hoy no llueve
No dejo rastro de lágrimas
¿para qué?
de todas formas las pipas se harán coco en las palmeras
y las flores de la reina se abrirán lastimando la mirada
con su destello amarillo
incandescente
Yo siempre alcanzo el mar
por la persiana de mis ojos
entre las ramas del guayacán
de mi jardín
y me he visto de fiesta
sin importarme cuántas veces
naufraguen en mis poemas
Hoy no hay aguacero de sol y luna
tan solo el cielo encendido de verdes hojas
y el pasto con los palos de frijol al brote
escondida, entre el guayacán sin flor, tu mirada
Esta luz de oro que me ciega
no borra la sensación de peligro
que el sauce inclinado sobre las tejas invade
más allá del dibujo del limonero sobre el rostro
a través de tus dedos, en el exilio de mi sal
Tomado de Nada que ocultar.
Puerto de amor
De día la luz en mi retina
los lirios blancos húmedos
el huerto siempre vivo
De noche la tierra fría
el reflejo de la luna en los cristales
el mar vaciado de arena
Aún sin conocerte
en el misterio del atardecer y su hierba oscura
te amaba
Te amaba mansa y audaz en la corriente del río
desnudos los pies revoloteando
las piedras, los montes, los sitios permanentes de sal
Aquí, nadie quiere pensar en el mañana
este puerto de entradas y salidas
donde se tiñen los obreros de sangre bananal
La ciudad apagada sueña con orquestas lánguidas
de otros tiempos ardientes, donde se anunciaban
en grandes carteles
ventas y ferias
En el corazón del pueblo los chanceros hacen el día
y conversan las señoras de los últimos muertos que entierran
para conservar las emociones que el más allá inspira
Tal vez, desde el rumor espumado del mar
te amaba
desde el vuelo ligero del jazmín en la ventana
te amaba
No importa desde cuándo brillan las luciérnagas
en el balcón de mi alcoba
Conozco este puerto
bebedor de ira y rumores ajenos
lo conozco en las voces de los manifestantes
y en el chisme acalorado de sus habitantes
No importa desde cuándo brillan las luciérnagas
en el balcón de mi alcoba
ni cuándo empezó a vestirse de amarillo el árbol de canistelo
Lo conozco en las manos que acarician mi talle
en la alta yerba donde se posa el sangre de toro en equilibrio
en el musgo verde pálido de mis orquídeas
en la mirada clara enmarcada de tus cejas negras encontradas
Tomado de Nada que ocultar.
Kubota
Su aspecto agresivo y lacerante
irrumpió con ruido ensordecedor
amenazante
el verde alfombra del césped
junto al piñal
desapareció bajo sus pisadas de hierro
Tuve la visión de la tierra sangrando
revuelta una y otra vez bajo su mando despiadado
los palos de yuca fueron cayendo uno a uno
por más lamentos que imaginaba de sus débiles tallos
Eso como si dijera que el amor no lo es todo
que los pueblos hieren y el anhelo de volar se decapita
en las sombras de los días sin luz
cuando las noches no alumbran al corazón herido
No termina su ruido apabullante,
esa distorsión de atemorizantes gritos,
mil veces más escarbando la tierra
haciéndola polvo a sus pies
Tomado de Nada que ocultar.
Coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña:
Pedro Crenes Castro
[email protected]
(Panamá, 1972), es escritor. Es columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.
https://senderosretorcidos.blogspot.com/