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Ilustración: Pedro Crenes
El campus alberga historias, legado y vidas. Quien crea que la Universidad de Panamá es solo una sucesión de salones en edificios de norte a sur y de este a oeste, no conoce su alma; su espíritu

Por: Violeta Villar Liste | Ilustraciones: Pedro Crenes

Los 90 años le caen muy bien a la Universidad de Panamá (UP). Ella avanza con la madurez que le otorgan los años y la frescura de su alma viva: más de 330,000 profesionales formados entre el norte y el sur y el este y el oeste de su casa situada en el corazón de ciudad de Panamá, en concreto en El Cangrejo, corregimiento de Bella Vista, y más allá del Campus Central.

La UP, así reconocida, con unas siglas que son vibrante historia, siempre se ha sabido viajera para que cada quien encuentre el conocimiento, no importa dónde nazca o de cuál hogar proceda, dos condiciones que parecen pesar en la vida de las personas.

Pero no, en este caso. La Universidad de Panamá habla con rigor y procede con causa: es la educación la vía para cerrar brechas y lo hace gracias a un equipo humano comprometido, desplegado entre sus 19 facultades, 10 centros regionales universitarios, 5 extensiones universitarias, 26 programas anexos y sus centros, un legado que comenzó a construir desde el 7 de octubre de 1935, un día como hoy, con su inauguración, luego del Decreto Presidencial de Harmodio Arias Madrid, del 29 de mayo de 1935, que decretó su creación.

Somos la única institución de educación superior que lleva la luz del saber a cada rincón del país. Con presencia física en todas las provincias y comarcas indígenas, incluso en comunidades de difícil acceso, garantizamos que la oportunidad de una educación superior trascienda las barreras geográficas y económicas. En nuestras aulas convergen la riqueza multicultural de Panamá, convirtiéndonos en el motor de movilidad social que permite a miles de jóvenes de escasos recursos alcanzar un título universitario, transformando sus vidas y contribuyendo al desarrollo de la nación”, palabras del Dr. José Emilio Moreno, vicerrector académico, recogidas por Carmen Guevara en el Semanario La Universidad, en esta tarea de hacer historia dentro de la historia.

El campus alberga historias, legado y vidas. Quien crea que la Universidad de Panamá es solo una sucesión de salones en edificios de norte a sur y de este a oeste, no conoce su alma; su espíritu.


La Ciudad Universitaria Octavio Méndez Pereira,  o Campus Central, alberga 83 edificios que son memoria y patrimonio. Es también casa de las ideas y de la esperanza.

Cada mañana, el Campus Central recibe por cualquiera de sus entradas, a cientos de estudiantes que han decidido que es la formación el camino para mejores vidas.

La entrada principal es algarabía que madruga: llegan los jóvenes en autobús; en taxi, en carro, en bicicleta. Llegan a pie y llegan a encontrarse con esta oportunidad que es la educación en cada aula.

Caminar hacia la luz

Una estatua situada en los jardines internos de la entrada principal, define el alma de esta casa de saberes. ¿Cómo llegó allí? ¿qué nos quiere decir con sus brazos extendidos?

El Dr. Octavio Méndez Pereira, su primer rector, el 2 de marzo de 1951, anunció lo que luego sería un símbolo del alma universitaria:

Visitando recientemente el taller de un gran artista en Florencia, me llamó la atención la estatua de un ciego en actitud de caminar con los brazos tendidos desesperadamente hacia la luz. Una réplica de esta estatua ha de verse pronto como obsequio mío en nuestro Campus como símbolo del ciudadano que llegue a nuestras puertas en busca de saber. Hacia la Luz será el lema de los dinteles de estas puertas. Quien camina hacia la luz, camina hacia el amor y hacia la esperanza, hacia el bien y hacia la verdad. Con amor y esperanza, será fácil en esta nuestra Ciudad Universitaria nacer cada día, ensanchar el horizonte de nuestras aspiraciones y elevar las mentes por la fe en la cultura».

Con este obsequio personal del Dr. Méndez Pereira legó una definición filosófica; una manera de entender el ser Universidad de Panamá. Pedro Crenes, escritor y artista por libre albredrío, ha reimaginado esta escultura con la ilustración que acompaña estas líneas.

Otros símbolos que dan sentido y pertenencia: su logo, que incorpora en cada elemento su historia, su presente y su mañana:

  • Corona de Laurel: La corona de laurel es una corona conformada por 28 hojas de laurel. Los laureles representan la victoria, la gloria y los logros.
  • Libro abierto: El libro abierto representa la sabiduría y el conocimiento.
  • Frutos Rojos: Los frutos rojos son la semilla de la planta “laurel de la india”. Los cinco frutos rojos, representan las cinco primeras facultades de la Universidad de Panamá.
  • Pluma: La pluma para escribir representa a los individuos letrados y el espíritu investigativo como estandarte del trabajo académico.
  • Cinta Amarilla: La cinta alrededor de la corona significa mérito. El color amarillo tiene su principal simbolismo por asociación con la luz del sol, lo que lo asocia con la pureza.
  • Lazo Blanco: El lazo blanco atando la corona de laurel significa seguridad. En la base de la corona lleva un mensaje subliminal de fortaleza y soporte. El color blanco representa a la pureza, la fe y la honestidad.

Fuente: Emblemas de la UP

El himno. Nace de un concurso. En ese momento la UP funcionaba en el turno nocturno del Instituto Nacional. Ganan el profesor de música Myron Schaeffer y la poetisa y profesora de Español Stella Sierra:

“Ya me miran los luceros de la tarde

a las puertas de mi casa tan querida

que no rompan los misterios en que arde

temblorosa de emociones esta vida!

Estos “luceros de la tarde” invocan este caer de la noche: noche devenida en luz por el conocimiento.

La primera piedra de la Universidad de Panamá para iniciar la construcción del Campus Central “fue colocada el 2 de octubre de 1947 y el 9 de octubre el presidente Enrique A. Jiménez y el primer rector de la Universidad de Panamá, Octavio Méndez Pereira decidieron trasladar el monumento a Miguel de Cervantes Saavedra de la Plaza de Cervantes, luego Plaza Porras, al nuevo Campus, a un costado de lo que sería el edificio de Biblioteca y Administración”.

“Se llevó a cabo un concurso para el plan maestro del campus y la firma de arquitectos de Ricardo J. Bermúdez, Octavio Méndez Guardia y Guillermo De Roux ganó el mismo, diseñó los primeros edificios. Las obras fueron dirigidas por el ingeniero Alberto De Saint Malo, quien era el decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura. Las obras comenzaron en enero de 1948 y el 29 de mayo de 1950 se iniciaron clases con los primeros cuatro edificios: Administración y Biblioteca, Humanidades, Ingeniería y Arquitectura y Laboratorio de Ciencias”. Fuente: Historia de la UP

Una casa viva

Más allá de los edificios que reciben a los alumnos y sus docentes para formarse en saberes, el Campus Universitario es un espacio vivo e histórico.

El Paraninfo Universitario, inaugurado en 1950 por el primer rector, Dr. Octavio Méndez Pereira, fue primero el auditorio de la Facultad de Filosofía, Letras y Educación, en la actualidad Facultad de Humanidades.

Desde el punto de vista arquitectónico se considera uno de los primeros edificios de la época modernista en Panamá.

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“Ha sido el espacio más importante para el debate político de los problemas nacionales. Aquí se concibieron trascendentales movimientos estudiantiles y populares que condujeron al logro de las aspiraciones nacionales por la recuperación de la soberanía total en el territorio panameño. Es de especial recordación la “Operación Soberanía” y la consecución de la autonomía universitaria”. Fuente: Historia de la UP.

A la fecha, los Miércoles universitarios se han convertido en una auténtica cátedra de pensamiento y confrontación de ideas al servicio de Panamá.

Es vecina del Paraninfo Universitario, la Librería Universitaria. Con su aliada, la Imprenta Universitaria, publican y divulgan parte de la investigación que genera la comunidad científica de la UP, además de ofrecer textos especializados, al alcance de la comunidad universitaria.

El sistema de Bibliotecas de la Universidad de Panamá (SIBIUP) es otra fortaleza de esta casa del conocimiento: son más de 38 bibliotecas entre el Campus Central, centros regionales y extensiones universitarias.

La Biblioteca Simón Bolívar, en el Campus Central, tiene una colección que supera los 400,000 libros.

La Sección Braille de la Biblioteca Simón Bolívar de la Universidad de Panamá, con más de 800 libros, es un ejemplo de inclusión.

La historia tiene su origen en 1993, cuando la Asociación de Estudiantes y Egresados Ciegos Universitarios de Panamá (AEECUP), decide impulsar la creación de la Biblioteca Braille para lectores con discapacidad visual, con el objetivo de promover e inculcar el hábito de la lectura, utilizando este sistema de  lectoescritura. Es un espacio de referencia, a cargo de la magíster Roxana Q. Alemán V.

En esta perspectiva cultural y fundacional, será en 1978 cuando inicie el Cine Universitario “como la primera sala de cine alternativo, internacional o de arte y ensayo que se crea en la ciudad, bajo la administración del Grupo Experimental de Cine Universitario (GECU) de la Universidad de Panamá (UP), con la intención prioritaria de convertirse en un instrumento cultural dirigido a dotar al estudiante, y a la comunidad en general, de mejores herramientas para el entendimiento, análisis y apreciación del mundo y de su entorno a través del arte cinematográfico”. Fuente: https://www.gecupanama.org/cine-universitarioe GECU

Otra estructura que refuerza el papel integrador de la Universidad de Panamá como casa viva que nos lleva hacia la luz, es la Galería de Arte: se funda en el año 1972 y en el 2003 se reinaugura como Galería Manuel E. Amador  (1869-1952), en homenaje al artista que creó la bandera panameña.

La Universidad de Panamá exalta la memoria de reconocidas personalidades nacionales e internaiconales, con 23 bustos, seis estatuas y otras representaciones en su campus central. Ver: Patrimonio artístico de la Universidad de Panamá

Al servicio de la salud y la ciencia

Además de los laboratorios y centros de investigación en cada facultad del Campus Central de la Universidad de Panamá, hay instituciones emblemáticas como el Instituto Especializado de Análisis (IEA) de la UP, “laboratorio encargado de analizar la calidad, eficacia y seguridad de los medicamentos que consume la población panameña antes de entrar al mercado”.

El Programa Centroamericano de Maestría en Entomología (PCMENT) de la UP cuenta con laboratorios especializados, el  museo Cheslavo Korytkowski, con una colección entomológica completamente renovada gracias a fondos de la Senacyt, equipos moleculares de punta para investigar los patrones taxonómicos y filogeográficos de los insectos y un insectario modular. Está al frente el Dr. José R. Loaiza.

El Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos (CIIMET) de la Universidad de Panamá es la sede regional para los convenios de Basilea y Estocolmo que tienen que ver con contaminantes orgánicos y movimiento transfronterizo de desechos peligrosos. Es un centro líder en estudios sobre picaduras de escorpión y nuevos sueros antiofídicos. Liderado por Hildaura Acosta de Patiño.

El Centro de Investigaciones Clínicas (CICLI) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá (UP), por su parte, nace con la visión de fortalecer la investigación en los estudiantes de pregrado y posgrado, contribuir a generar lineamientos de salud pública y en general funcionar como puente entre la academia y la vida real del centro de salud. La Dra. Lorena Noriega, especialista en Neumología y Medicina Interna, docente de la UP es la directora del CICLI.

La Facultad de Medicina, historia en la historia

La Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá dedicó este año 2025, del aniversario de la UP, a recordar un momento trascendental de su historia: el de su primera promoción de médicos y médicas.

El 21 de mayo,  Día del Médico y de la Médica en Panamá, es también la fecha de la clase inaugural de Medicina de la Universidad de Panamá, así que ese día, en el Museo de la Facultad de Medicina, que es otro homenaje a la memoria y al legado de los pioneros, se entregó placa a los familiares de los primeros 20 graduados en Medicina de la UP.

Iniciativa de la decana, Dra. Oris Lam de Calvo, del Dr. Américo Lombardo, vicedecano y de la Dra. Lilibeth Castillero, directora de la Escuela de Medicina, esta ceremonia es uno de los hechos más significativos del 90 aniversario de la UP, desde la Facultad de Medicina.

Además de formar e investigar, desde la Facultad de Medicina de la UP se impulsa una importante labor de promoción y divulgación de la salud, con servicios sociales de medicina y odontología, ferias de prevención y atención a las comunidades.

Los profesionales al servicio del país

El magíster Ricardo Him,  vicerrector de Extensión, resume los logros de este casi siglo de la UP:  “En estos 90 años se puede decir que casi el 15% de los profesionales de toda la población panameña son graduados de la UP”.

Esta cifra es una razón más que suficiente para convertir la fiesta de los 90 años en un año de celebración.

“Durante los últimos años la universidad ha venido escalando en los rankings internacionales, especialmente en la investigación, en la docencia y en la extensión, buscando siempre la excelencia académica y la formación integral del recurso humano que tiene la responsabilidad de aportar al desarrollo nacional”, dijo Him a Carmen Guevara.

Este 7 de octubre, fecha central de la conmemoración,  iniciará con misa de acción de gracias a las 9 de la mañana, en el Paraninfo Universitario.

A las seis de la tarde se procederá a la entrega del Premio Universidad 2025 al profesor emérito Rolando Murgas Torraza, escogido por el Consejo Académico.

Cada aporte recibido por la UP “se transforma en beneficios concretos para la sociedad panameña, reafirmando así la trascendencia y pertinencia de nuestra misión universitaria”, dijo el Dr. Eduardo Flores Castro, rector de la UP, durante su rendición de cuentas, este lunes 6 de octubre, acto que marcó el inicio de la agenda de los 90 años de la fundación de la UP.

Una historia con capítulos que se expresan en su memoria edificada, en los logros de su investigación y docencia, en los miles de profesionales al servicio del país que pudieron estudiar porque la UP les dio la oportunidad.

Un camino hacia la luz, el amor, la esperanza y la verdad que visionó el Dr. Méndez Pereira y hoy se prolonga en cada estudiante que en el amanecer de su llegada a la universidad sabe que el conocimiento es futuro.

Por: Violeta Villar Liste | Ilustración: Pedro Crenes