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La autora de ¡CLIC! Aventuras de Maya en Cerro Azul explica el propósito de este libro que escribe con la convicción de formar, crear valores y empatía hacia la naturaleza

Por: Violeta Villar Liste

El idioma en sus manos es instrumento de docencia y formación. También una herramienta para enamorar a niños y niñas de la palabra y, a través de ella, inculcar valores, respeto a la naturaleza, así como provocar reflexión

La profesora Yessica Castillo Miranda, docente egresada de la Universidad de Panamá (UP), con posgrado en Docencia Superior de la misma institución, acaba de publicar su primer libro, dirigido a aquellos pequeños lectores que son inmensos en su capacidad de soñar y valorar las aventuras que leen.

Se llama ¡CLIC! Aventuras de Maya en Cerro Azul y lo presenta con la misma ilusión con la cual habla del idioma que estudia y promueve.

Enseñar y aprender cada día, son dos verbos que la acompañan e identifican su diario vivir y demuestran su compromiso porque la palabra trascienda.

En este diálogo conversa de Maya, sus aventuras, su propósito y de la herramienta indispensable de su labor: el idioma.

Del amor  a las palabras

¿Cuándo comenzó la vocación por la palabra, tanto, que la lleva a especializarse en el estudio del español? 

-La vocación por la palabra nace con dos inseparables convicciones:  por un lado, la palabra es la unidad básica de toda escritura, asimismo se convierte en un puente hacia el conocimiento ayudándome a conocer y entender  lo que existe a mi alrededor, adquiriendo múltiples habilidades  cognitivas, motrices y sociales, en particular la sensibilidad humana.

Por otro, si algo define el afecto a la escritura y el ejercicio de su gestión es la particular relación afectiva que se fortalece con el lenguaje en el día a día, es decir el amor por las palabras. En definitiva, ese tipo de amor que todo escritor profesa por su herramienta más preciada.

-¿Qué debemos admirar del idioma español, tanto en su forma hablada como oral?

-De esas dos inseparables convicciones, admiramos el primer objetivo, en cierto modo el más importante en cualquier habilidad que quiera llevarnos a mejorar nuestra escritura, es el aprender a examinar con rigor las estructuras gramaticales y sintaxis de la palabra, porque en su forma hablada como oral nos brinda la posibilidad de crear oraciones, párrafos artículos y de expresarnos. También a interactuar con otras personas de manera virtual o presencial.

Nuestro idioma español, mantiene esa fuerza de transmitir emociones de manera eficaz, acercar a las personas y de generar comunidad a través del buen diálogo, tanto hablado como escrito.

-¿Es complejo enseñar a las nuevas generaciones el buen uso del idioma como herramienta de escritura y expresión?

-El segundo objetivo de la convicción, es el amor. Sin amor no hay vocación. Enseñar el buen uso del idioma a las nuevas generaciones representa un reto, pero también una oportunidad.

La complejidad surge porque vivimos en una época marcada por la tecnología, la comunicación digital y el predominio de mensajes breves, lo que muchas veces reduce la atención hacia la corrección gramatical y la riqueza expresiva.

Si bien es cierto todo docente posee  esa pedagogía con naturalidad, humildad y paciencia fusionándose con el cariño y respeto  de su profesión, al  transmitir el buen uso del idioma como herramienta de aprendizaje, dará como resultado que los estudiantes  descubran la utilidad de su pensamiento creativo llegando a producir nuevas ideas.

De esta forma, expresa, comprenderán  el  verdadero valor del buen uso del idioma:   no solo en la materia del español sino también que  es útil para cualquier asignatura, creando nuevas personas eficaces  al transmitir  sus conocimientos en la sociedad.

-El español en sus manos es una herramienta pedagógica y también literaria. ¿Es su primera incursión en la literatura infantil o ya había escrito libros similares?

-El español es para mí una herramienta de enseñanza como un espacio de creación. Desde mis inicios en la docencia he cultivado la escritura académica y ensayística, así como la publicación de artículos especializados en un diario de la localidad. Sin embargo, la literatura infantil representa una faceta nueva: un acercamiento a la imaginación, la ternura y la sencillez con que los niños descubren el mundo.

¡CLIC! Aventuras de Maya en Cerro Azul

Hablar de ¡CLIC! Aventuras de Maya en Cerro Azul, es encontrar a su autora con una descripción que describe gozo y exaltación por una historia que es narrativa, propuesta lúdica y educativa:

“A Maya le encantan las aventuras en la naturaleza. ¿Pero sabes qué le gusta aún más? Los paseos entre los árboles, la brisa fresca y el canto de las aves. Maya sueña con tomar la mejor foto durante una excursión y a la vez compartirla con sus amigos, aves y animales. Por ello la invitación a Cerro Azul es la ocasión perfecta.

Sin embargo, debe practicar, estudiar, investigar, escuchar y observar para lograrlo. Acompaña a Maya en su investigación para aprender de tecnología, descubrir destrezas fotográficas y fortalecer la confianza en sí misma. Nos tropezamos, nos levantamos en un abrir y cerrar de ojos, hacemos realidad el sueño”.

La autora enumera el objetivo principal de este libro, que transcurre con dos propósitos:

“Primero estimular a los lectores infantiles el encanto por la lectura, mostrándoles que los libros no sólo transmiten conocimiento, sino también emociones, sueños y posibilidades. Además, busca fortalecer valores universales, como la amistad, el respeto a la naturaleza, la curiosidad intelectual

El segundo propósito pedagógico y didáctico, integra en la narración actividades didácticas de reflexión, redacción, creatividad al momento de colorear, realizar pareo literario y laberintos educativos que giran en torno al cuento , ¡CLIC! Aventuras de Maya en Cerro Azul”.

-¿Qué vendrá después de Maya? 

-Después de ¡CLIC! Aventuras de Maya en Cerro Azul, sigo enriqueciendo mis conocimientos literarios  en talleres de escritura de cuentos dictado por escritores que  tienen una impecable trayectoria y  comparten con la autoridad de su experiencia la sencillez que distingue a los grandes. Se despojan de sus herramientas adquiridas para sembrar en nuevos discípulos el arte de escribir. La semilla cuentista ha sido sembrada y sin duda transforma nuestra manera de leer y escribir.

-Del libro a la vida, ¿es posible que esta escritura sea el inicio de nuevas experiencias docentes?

-La escritura y la docencia son vías que se complementan y se enriquecen mutuamente.

La escritura es el inicio de nuevas experiencias educativas que se adiestran en el reconocimiento de las palabras vivas y en el repertorio de las palabras olvidadas: no hay que abandonar o apartar, tenemos que unir para nuevos resultados, como sugería el gran escritor Julio Cortázar: “Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”. 

Toda obra literaria, observa, abre las puertas a nuevas metodologías de enseñanza, donde la narración no se limita a ser un contenido curricular, sino un recurso vivo capaz de despertar la imaginación, evolucionando el pensamiento crítico.

Por: Violeta Villar Liste | [email protected]