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Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

El ambiente y el trabajo están estrechamente interconectados en el caso de la enfermedad renal crónica (ERC) secundaria a Nefropatía mesoamericana (NM). En algunas zonas de nuestro país, como Herrera, Los Santos, Coclé y el sur de Chiriquí, se han diagnosticado pacientes con Nefropatía Mesoamericana.

Al igual que en todos los países de Centroamérica y algunos países de Asia, esta enfermedad se presenta en hombres jóvenes (entre 30 a 50 años), que practican alguna actividad laboral con relación a exposición a altas temperaturas o calor. En nuestro país hemos identificado pacientes que realizan actividades de agricultura relacionadas con la caña de azúcar, arroz, tomate, maíz; pero también a transportistas de rutas y obreros de construcción. Chronic kidney disease of nontraditional causes in central Panama – PubMed (nih.gov). El área identificada en todos los países, desde el Sur de México hasta Panamá, es el área costera del Pacífico, siempre a nivel del mar.

En los países vecinos se han identificado pacientes que trabajan en fábricas de arcillas, policías, trabajadores de las salinas, industrias camaroneras y la minería.

La causa más probable es la recurrencia de ciclos de deshidratación con lesión renal aguda, asociados a la alta temperatura de la actividad que se desarrolla y la falta de una correcta hidratación, y, además, asociada a estilos de vida no saludable, en donde se añade el consumo de bebidas alcohólicas, la mala nutrición, el uso indiscriminado de analgésicos y el contacto con insecticidas y agroquímicos sin la adecuada protección, y la genética de la población.

¿Cómo se relaciona el ambiente con la enfermedad renal?

La exposición al calor y la deshidratación son factores importantes en el desarrollo de riesgo para la ERC, especialmente en poblaciones de trabajadores agrícolas y de la construcción que realizan labores físicas intensas bajo el sol.  La exposición a contaminantes del aire como el polvo, las partículas PM2.5 y los gases de combustión puede aumentar el riesgo de ERC.  Además, la contaminación del agua para consumo con metales pesados o pesticidas puede dañar los riñones y contribuir al desarrollo de ERC.

¿Relación de Salud laboral y enfermedad renal?

Los trabajadores con empleos precarios, bajos salarios y largas jornadas de trabajo tienen un mayor riesgo de desarrollar ERC debido al estrés, la mala alimentación y la falta de acceso a servicios de salud adecuados. 

Además, el riesgo de exposición a sustancias químicas, pesticidas y metales pesados en el trabajo puede ser mayor debido a malas condiciones laborales, en donde no hay equipo de protección personal o vigilancia de exposición a estos productos.

Si no hay acceso a agua potable y saneamiento adecuado en el lugar de trabajo, esto puede aumentar el riesgo de deshidratación e infecciones que pueden afectar la función renal. La falta de descansos y pausas adecuadas durante el trabajo puede aumentar el riesgo de deshidratación y fatiga, lo que puede afectar la función renal.

Medidas integrales para prevenir la Nefropatía mesoamericana

Es importante destacar que la relación entre el ambiente, la salud laboral, el trabajo y la ERC es compleja y multifactorial. Se necesitan medidas integrales para prevenir la Nefropatía mesoamericana.

En el ámbito ambiental, es importante evaluar la posibilidad de reducción de la exposición al calor. Esto se podría realizar con regulaciones como fomentar el trabajo en sombra (brindar áreas de descanso con sombra durante las horas de mayor calor); establecer horarios de trabajo flexibles (permitir a los trabajadores trabajar durante las horas más frescas del día); implementar sistemas de enfriamiento (instalar ventiladores o sistemas de nebulización en los lugares de trabajo); distribuir ropa protectora (proporcionar sombreros, gafas de sol y ropa ligera y transpirable a los trabajadores).

Para mejora de la calidad del aire, se deben reducir las emisiones de contaminantes (implementar prácticas de producción más limpias y utilizar tecnologías de bajo impacto ambiental); monitorear la calidad del aire (establecer sistemas de monitoreo para identificar y abordar la contaminación del aire en las zonas de trabajo); uso de mascarillas (proporcionar a los trabajadores mascarillas adecuadas para protegerse de la inhalación de polvo y partículas).

Para mejorar el acceso a agua potable y saneamiento, se deben instalar bebederos y estaciones de lavado de manos, en donde se asegure un acceso fácil y gratuito a agua potable y saneamiento adecuado en el lugar de trabajo. Se debe promover la hidratación, educando a los trabajadores sobre la importancia de beber agua con regularidad, especialmente durante el trabajo físico intenso. Se deben implementar programas de higiene, capacitando a los trabajadores sobre prácticas de higiene personal para prevenir infecciones.

En el ámbito de la salud laboral, debemos contar con programas de vigilancia de la salud, realizando exámenes médicos periódicos, implementando programas de detección temprana de ERC y otras enfermedades relacionadas con el trabajo. Es importante educar a los trabajadores sobre los síntomas, riesgos y medidas de prevención de la NM y es importante brindar acceso a atención médica, asegurando que los trabajadores tengan acceso a servicios de salud de calidad para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la ERC.

Fortalecimiento de las políticas públicas

Será una tarea proponer la revisión de las regulaciones o normas existentes para que se protejan a los trabajadores de la exposición a riesgos ambientales y laborales. Es importante la colaboración intersectorial (gobierno, empresas, academia y sociedad civil) para abordar la NM de manera integral. Invertir en investigación sobre las causas y la prevención de la NM. Se debe realizar evaluaciones de riesgos en el lugar de trabajo, para identificar los riesgos específicos de NM en cada empresa y sector, y con base en estas evaluaciones, se deben implementar las medidas de prevención adecuadas.

Es importante realizar un seguimiento continuo cuando se realice la implementación y la efectividad de las medidas, en las cuales se debería reducir la exposición al calor, la deshidratación y las sustancias nocivas en el lugar de trabajo; promover la salud y seguridad laboral e implementar programas de educación y capacitación sobre salud ocupacional, acceso a agua potable y saneamiento adecuado, y descansos y pausas adecuados.

Mejorar el acceso a servicios de salud, brindando acceso a servicios de salud de calidad para la detección temprana, el diagnóstico y el tratamiento de la ERC y aumentando la conciencia sobre la Nefropatía mesoamericana, informando a los trabajadores sobre los riesgos de la NM y las medidas para prevenirla.

Al abordar las causas ambientales y laborales de la ERC, podemos contribuir a prevenir la NM y mejorar la salud y el bienestar de los trabajadores en Mesoamérica, pero es importante involucrar a todos los actores relevantes, incluyendo trabajadores, empleadores, autoridades gubernamentales y la sociedad civil.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI