fbpx
Pixabay

Violeta Villar Liste

“La mejor manera de mejorar los resultados del gasto es garantizar que los recursos marginales se dediquen a la actividad que produzca la mayor tasa de rentabilidad social«, dice un informe del organismo que se presentó este miércoles 6 de octubre

A largo plazo, los países de América Latina y el Caribe necesitarán invertir más y mejor en salud para afrontar adecuadamente situaciones de emergencia sanitaria como la covid-19, alertó el Banco Mundial en un nuevo informe.

El documento Recobrar el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas pos-COVID con restricciones presupuestarias destaca que si bien se prevé que el crecimiento regional se recupere 6.3% en 2021, gracias a la vacunación y la caída de muertes a causa del virus, no será suficiente para revertir la contracción del 6.7% del 2020.

William F. Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, durante un diálogo con los medios de comunicación de la región, moderado por la periodista Jessica Belmont, anunció que la mayoría de las previsiones de crecimiento para los próximos dos años estiman una caída por debajo del 3%, es decir, un regreso a las bajas tasas de la década de 2010 y el riesgo de una nueva década perdida.

Alertó que la idea no puede ser regresar al tiempo prepandémico porque ya la región estaba mal.

“Mirar adelante nos permitirá aumentar la tasa de crecimiento de la región por encima de su registro histórico”, precisó Maloney.

En esta visión, el informe advierte que es necesario revisar las prioridades relativas al gasto.

“La mejor manera de mejorar los resultados del gasto es garantizar que los recursos marginales se dediquen a la actividad que produzca la mayor tasa de rentabilidad social, ya sea porque promueva el crecimiento o porque apoye una mayor equidad”.

Fortalecer el sistema de salud

La salud es uno de los pilares que promueve mayor rentabilidad social.

El informe advierte que “es fundamental garantizar la preparación de la región para hacer frente a nuevos brotes y, a mediano plazo, mejorar el bienestar de la población”.

También, precisa, es necesario un sistema de salud que funcione bien para garantizar la salud de la mano de obra, un factor esencial para la productividad laboral y el crecimiento.

Datos del informe Health at a Glance de la OCDE/Banco Mundial (2020) citado en el documento, resalta “que en América Latina y el Caribe (ALC) el gasto en salud fue de aproximadamente $1.000 por persona en 2017, solo una cuarta parte de lo que se gastó en los países de la OCDE (ajustado por poder adquisitivo)”.

“En ALC, el gasto público y el seguro de salud obligatorio representan un promedio de 54,3 % del gasto total en salud, una cifra significativamente menor que el 73,6 % de la OCDE”. Estos datos, afirma el estudio, muestran que los sistemas sanitarios de la región dependen en gran medida de los pagos directos o los seguros privados complementarios de los hogares.

Una primera recomendación: “Se pueden obtener ganancias considerables con la racionalización del gasto actual”.

Con eficiencia sanitaria, la esperanza de vida promedio podría ampliarse en cuatro años.

“La mala distribución del gasto sanitario está frenando, o incluso paralizando, el avance hacia la cobertura sanitaria universal en ALC”.

La OCDE y el Banco Mundial (2020), han sugerido varias estrategias que se citan en el estudio:

  • Políticas de evaluación comparativa pueden reducir los costos: Por ejemplo, el promedio de las tasas de cesárea entre los 27 países de ALC es de 32 por cada 100 bebés nacidos con vida, por encima del promedio de la OCDE (28), y el doble de la recomendación de la OMS (como máximo 15), cita el estudio.
  • El “uso excesivo de antibióticos no tiene ningún impacto positivo sobre las y los pacientes y causa daños como la resistencia a los antimicrobianos”.
  • Las “evaluaciones de tecnologías sanitarias pueden facilitar el acceso a aquellos medicamentos, dispositivos y procedimientos que hayan demostrado ser eficaces para mejorar la salud y otros resultados”.
  • La fragmentación de los sistemas de salud en ALC, cita el documento, es una fuente importante de gasto ineficiente.
  • El informe recomienda invertir más en sistemas de atención primaria a la salud basados en los principios de atención centrada en el paciente, de primer contacto, continuada, integral y coordinada.
  • Mejorar los sistemas de información sanitaria, señala el informe, permitiría conocer mejor el gasto público y sus resultados.
  • “En 22 países de ALC, un promedio del 10 % de las muertes nunca se registra en las bases de datos públicas de mortalidad”.

Eliminar la corrupción y mejorar la gobernanza de las instituciones es otro paso necesario: “El 42 % de personas entrevistadas en 12 países de ALC considera que el sector salud es corrupto; esta cifra es superior al 34 % de los 28 países de la OCDE”.

Educación, un pilar

El informe también exhorta a revisar cómo se gastan los recursos educativos y cómo se puede mejorar la calidad de los resultados.

Analiza que “la pandemia de covid-19 ha supuesto un golpe sin precedentes para los objetivos de crecimiento y equidad de la región por la paralización total de un sistema educativo que ya tenía un bajo rendimiento”.

“Está aceptado que la educación ofrece el camino más eficaz para la movilidad ascendente y la reducción de la desigualdad, y, sin embargo, el acceso y la calidad desigual de los servicios educativos suponen un obstáculo para la formación de sociedades más equitativas”.

El informe advierte de un promedio de 159 días de clase perdidos por estudiante en diciembre de 2020, lo cual condujo “a una pérdida de más de un año en la acumulación de capital humano en una región en la la cual las y los jóvenes de 15 años ya acumulan un retraso de 3 años con respecto a sus pares de la OCDE”.

El informe reflexiona que la estrategia más utilizada para compensar el cierre de centros educativos fue la virtualidad, pero “la mayoría de las familias de estratos sociales más bajos no tienen acceso a internet a un precio asequible y, por tanto, las y los estudiantes no pueden acceder a las plataformas de educación en línea ni descargar las tareas en teléfonos inteligentes o tabletas”.

Entre otras acciones, el organismo recomienda ampliar el acceso a internet, pero de manera fundamental retornar a las aulas: nada sustituye la presencialidad.

Este retorno a las aulas requiere asesoramiento y apoyo emocional “para superar los efectos traumáticos de la pandemia”.

“Habrá que priorizar los contenidos y adaptar y racionalizar los planes de estudio. Ahora más que nunca, la educación tendrá que ser estimulante, exigente y útil, es decir, que merezca la pena asistir a las clases”, indica el informe.

Las nuevas tecnologías, precisa el documento, podrían contribuir a mejorar la eficiencia a medida que los centros educativos vuelven a abrir sus puertas para recuperarse de las pérdidas de aprendizaje, especialmente en zonas y centros educativos con pocos servicios.

De igual modo, el informe se pronuncia por adoptar tecnologías “para aumentar la productividad y la calidad de los productos”, crear mejores empleos y que el crecimiento sea más sostenible desde el punto de vista medioambiental, y ofrecer mejores servicios a la ciudadanía.

El gasto promedio en I+D es del 0,6 % del PIB en ALC, frente al doble (1,2 %) de los países de renta media y el 1,4 % de los países de renta media-alta.

El informe advierte que las reformas del sistema nacional de innovación en ALC exigen una agenda mucho más amplia que, por ejemplo, los subsidios a la innovación

Proponen reajustar el gasto para que los recursos de investigación beneficien a los objetivos nacionales, aumentar la calidad de las instituciones de investigación y aumentar el flujo de conocimientos relevantes hacia el sector privado.

Las vacunas mejoran el diagnóstico de los mercados

El Banco Mundial señala en el estudio que “el progreso acelerado de ALC en materia de vacunas y las recientes y mejores noticias sobre el control de la variante delta son, en parte, responsables de las evaluaciones más positivas del mercado en los últimos meses”.

“La región de América Latina y el Caribe (ALC) se está recuperando de la crisis de covid-19. Las tasas de vacunación han aumentado de manera sostenida, y las tasas de mortalidad se han controlado progresivamente después de una trágica pérdida de vidas a una escala como no se recordaba en años, y que se encuentra entre las más abrumadoras del mundo.

La presión ejercida sobre los servicios sanitarios disminuye paulatinamente, y las puertas de los centros educativos comienzan a abrirse de nuevo”, precisa el informe.

Sin embargo, hay una incertidumbre latente: la imposibilidad de saber si habrá nuevas cepas, “incluidas las más resistentes a las vacunas actuales, y menos aún su impacto sobre la economía”.

La carga impuesta por la covid-19 no se ha repartido de manera equitativa entre toda la sociedad, detalla el informe del BM.

“ALC registró el mayor número de muertes de todas las regiones en desarrollo, a pesar de que la mayoría de los países de la región impusieron estrictas órdenes de permanecer en el domicilio habitual, cancelaron la mayoría de las actividades no esenciales e incluso impusieron toques de queda”.

Perú, México, Bolivia y Ecuador han registrado picos de mortalidad que triplican el número de muertes que, por lo general, se contabilizaron durante toda la pandemia.

Brasil y Uruguay se vieron mucho más afectados en 2021 que en 2020. Chile y Costa Rica observaron tasas de exceso de mortalidad positivas, pero relativamente pequeñas en las distintas olas”, agrega el documento.

El informe reconoce “que la esperanza de una vuelta completa a la normalidad sigue estando puestas en las vacunas”.

Sin embargo, la región continúa rezagada si se compara con otros territorios del mundo.

El informe destaca como dato positivo, a Chile y Uruguay con “tasas de vacunación con pauta completa cercanas al 75 %, y países como Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, El Salvador y Panamá aceleraron sus campañas, con un aumento de población vacunada”.

“Como aspecto negativo, los países de América Central y el Caribe observan tasas de vacunación inferiores al 20 %, y el porcentaje de población vacunada en estas economías avanza a un ritmo lento”.

Lograr mayores tasas de vacunación es esencial para la vida y la economía: “Una reaparición del virus provocaría nuevas caídas en el nivel de actividad económica, no solo por las medidas de los Gobiernos para hacer respetar el distanciamiento físico, sino también porque la mitad de la disminución de la actividad se debe al distanciamiento voluntario por miedo a la enfermedad”, precisa el Banco Mundial.

El organismo subraya que la buena noticia es que los esfuerzos de vacunación han mejorado en los últimos meses y si bien todavía falta por alcanzar la meta, “las muertes por covid-19 están disminuyendo en la mayoría de los países”.

“Es necesario expandir la vacunación lo más rápido posible. Luego de un comienzo lento, las campañas se están acelerando en la región y casi el 50% de la población ha recibido  al menos una dosis, aunque también hay muchas variaciones en los países”,precisó el economista jefe William F. Maloney.

“Los países de la región hicieron un esfuerzo enorme por asistir a las familias en medio de la pandemia. Ahora, el desafío es lograr una fuerte recuperación que brinde oportunidades de trabajo y sane las heridas de la crisis”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, citado por el organismo.

En general vacunación e impulsar las reformas postergadas en ámbitos como salud, educación o innovación, son factores cruciales para impulsar el crecimiento y evitar que la región se quede atrás.