El bienestar social es muy importante, y para lograrlo se debe cultivar y mantener relaciones saludables y significativas con amigos, familiares y pareja, pasando tiempo de calidad. Involucrarse en actividades sociales, voluntariado o grupos con intereses comunes
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid. Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia. Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)
La juventud es un período de grandes cambios y oportunidades, pero también de posibles riesgos para la salud. Adoptar una perspectiva proactiva en lugar de reactiva es clave. Esto implica comprender que el bienestar no es solo la ausencia de enfermedad, sino un estado integral que abarca la salud física, mental y social. Fomentar una cultura de cuidado personal desde temprana edad puede generar beneficios a largo plazo, promoviendo una vida más plena y saludable.
Es importante que los jóvenes entiendan cómo se puede lograr vivir más sano, para ser adultos sanos, pero la responsabilidad de los adultos del presente debe ser educarlos de manera integral, para que esto tenga un impacto y logra una diferencia para toda la sociedad.
Bienestar

El bienestar, en su sentido más amplio, se refiere a un estado de equilibrio y satisfacción en todas las dimensiones de la vida. Para los jóvenes, esto implica prestar atención a su salud física a través de una alimentación equilibrada, la práctica regular de actividad física y el descanso adecuado.
Para mantener bienestar físico es importante considerar tener una alimentación equilibrada (consumir una variedad de frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales, limitando el consumo de alimentos procesados, azucarados y grasas saturadas, preparando comidas caseras en lugar de comer comida rápida regularmente y es importante beber suficiente agua a lo largo del día para mantener el cuerpo funcionando correctamente); realizar actividad física regular, ya sea ejercicio de intensidad moderada durante al menos 150 minutos a la semana, o 75 minutos de ejercicio vigoroso, o una combinación de ambos; procurar un descanso adecuado, con 7 a 9 horas de sueño cada noche. Mantener una buena higiene, como cepillarse los dientes, ducharse regularmente y lavarse las manos con frecuencia, para prevenir enfermedades.
El bienestar mental se logra desarrollando estrategias para manejar el estrés, como practicar técnicas de relajación (meditación, respiración profunda), realizar actividades placenteras (hobbies) o hablar con alguien de confianza. Tener una visión positiva de uno mismo, reconocer las propias fortalezas y aceptarse con las propias debilidades. Celebrar tus logros, por pequeños que sean, mantenerse aprendiendo cosas nuevas, ya sea a través de la lectura, cursos, talleres o simplemente explorando nuevos temas de interés; y muy importante: el desarrollo de la inteligencia emocional, ya que reconocer y comprender las propias emociones y las de los demás, y aprender a gestionarlas de manera saludable, entendiendo cómo te sientes en diferentes situaciones y cómo reaccionas, es muy importante para un equilibrio mental.
El bienestar social es muy importante, y para lograrlo se debe cultivar y mantener relaciones saludables y significativas con amigos, familiares y pareja, pasando tiempo de calidad. Involucrarse en actividades sociales, voluntariado o grupos con intereses comunes.
Unirse a un club deportivo o participar en iniciativas de tu comunidad son ejemplos. Tener un sentido de pertenencia, sentirse conectado y aceptado por un grupo o comunidad y valorar y respetar las diferencias individuales y culturales de los demás, escuchando las diferentes perspectivas y mostrar empatía son ejemplos de actividades importantes que debemos lograr realizar.
Prevención

La prevención juega un papel crucial en la salud de los jóvenes, permitiéndoles evitar o retrasar la aparición de enfermedades y problemas de salud.
Para la prevención de enfermedades infecciosas, debemos recordar las medidas recomendadas por las organizaciones internacionales de salud. Estas medidas han sido estudiadas, comprobadas y por eso su recomendación permanece.
- Recibir las vacunas recomendadas según la edad y el contexto geográfico para prevenir enfermedades como la gripe, el sarampión, la rubéola, el tétanos, la hepatitis, entre otras, es importante.
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente después de ir al baño, antes de comer ydespués de estar en lugares públicos.
- Utilizar mascarillas en situaciones de alta transmisión de enfermedades respiratorias, como en transporte público o lugares cerrados y concurridos.
- Practicar sexo seguro, mediante el uso de preservativos (condones) de manera consistente y correcta durante las relaciones sexuales para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS).
- No compartir cepillos de dientes, toallas, cuchillas de afeitar u otros objetos que puedan transmitir gérmenes, virus o bacterias.
- Preparación y manipulación segura de alimentos, recordando que se debencocinar los alimentos a temperaturas seguras, lavar frutas y verduras antes de consumirlas y evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.
- Los jóvenes deben realizarse chequeos médicos periódicos, incluyendo exámenes de detección temprana según la edad y los factores de riesgo individuales y familiares (por ejemplo, el peso, control de la presión arterial y el colesterol, y en casos específicos, algunos tipos de cáncer).
Es necesario educarlos sobre la prevención de lesiones y accidentes, recordando la importancia de utilizar siempre el cinturón de seguridad al viajar en automóvil, sin importar la duración del trayecto; uso de casco al andar en bicicleta, motocicleta, patineta o realizar actividades deportivas de riesgo; respetar las normas de tránsito, evitar distracciones al conducir (como usar el teléfono móvil) y no conducir bajo los efectos del alcohol o drogas.
Planificación
Finalmente, la planificación en salud para los jóvenes implica tomar conciencia de sus necesidades actuales y futuras, estableciendo metas realistas y desarrollando estrategias para alcanzarlas. La planificación también se extiende a la toma de decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva, así como a la comprensión de sus derechos y responsabilidades en materia de salud. Fomentar la capacidad de los jóvenes para planificar su salud les permite tener un mayor control sobre su bienestar y anticiparse a posibles desafíos.
Promover una cultura de salud desde la juventud tiene un impacto positivo no solo a nivel individual, sino también en la sociedad en su conjunto, que los ayuden a planificar su futuro en cuanto a metas de salud, planificación financiera, de su jubilación y vejez, que deben ser organizados tempranamente para que nos ayuden a envejecer elegantemente y con menos stress.
En conclusión, abordar el bienestar, la prevención y la planificación como temas centrales para la salud de los jóvenes es una inversión fundamental en su futuro. Al proporcionarles el conocimiento y las herramientas necesarias para cuidar de sí mismos de manera integral, se les capacita para llevar vidas más saludables, felices y productivas.
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI