Violeta Villar Liste
Carmenza Spadafora piensa que la persona nace con su vocación. Recuerda, divertida, que cuando iba al laboratorio para que le sacaran la sangre por algún examen médico de rutina, “me encantaba el olor a éter que había y el ambiente”.
Además, la vocación, reflexiona, se la inculcan los libros que uno lee; los de geografía, de exploradores, la historia de María Curie… entonces, uno quiere también ser un descubridor, inventar algo, eso motiva…”
Cuando comenzó a tomar clases de Biología y de Ciencias Naturales, y ya más adelante, al estudiar biología de las moléculas del hombre, lo tuvo claro: Quiero ser bioquímico y estudiar las moléculas en los seres vivos.
La Dra. Spadafora es bioquímica y científica distinguida por el Sistema Nacional de Investigación (SNI). Coordinadora del Centro de Biología Celular y Molecular de las Enfermedades del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat).
Tiene un doctorado con máximos honores en Biología Molecular por la Universidad de Granada, España. Además es autora y colaboradora en más de 40 publicaciones y destaca su título como una de las 10 mujeres más importantes de la historia de Panamá en el ámbito de la ciencia.
Nathalia Tejedor Flores cumplió un sueño propio y el de su papá al graduarse de ingeniero: “El sueño de mi papá era ser ingeniero; no pudo así que también quería darle esa satisfacción. Mi papá siempre dice: Aquí está mi hija, la ingeniera”.
Ingeniera ambiental, egresada de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), con doctorado en Estadística Multivariante Aplicada por la Universidad de Salamanca en España, así como investigadora desde 2019 en el SNI, en el Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas de la UTP, ya desde estudiante se dio cuenta que la ciencia está llamada a resolver los grandes problemas ambientales.
Ellas son Mujeres en la Ciencia Latinoamérica 2022
Siempre hay motivos para conversar con la Dra. Nathalia Tejedor Flores y la Dra.Carmenza Spadafora, pero en esta oportunidad, volver sobre sus vidas, es vinculante con una grata noticia: son las ganadoras, por Panamá, de la segunda edición del concurso 25 Mujeres en la Ciencia Latinoamérica 2022, iniciativa de la empresa 3M que reconoce a las científicas que están generando un impacto a través de su investigación.
La idea de la compañía es promover que más niñas y mujeres se incorporen al ámbito de la ciencia.
3M recuerda el dato relevante que a pesar “del incremento en el número de mujeres inscritas en carreras científicas en las últimas décadas, aún es muy reducido el número global de investigadoras en el campo de las ciencias.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), menos del 30% de los investigadores en áreas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) son mujeres”.
La edición contó con la participación de científicas de toda la región: Colombia, Perú, Brasil, Panamá, Costa Rica, México, Chile y Argentina, quienes fueron escogidas por un jurado integrado por académicos y especialistas.
Participar en la convocatoria de 3M tiene un sentido asociado a la importancia de difundir siempre el valor de la ciencia.
“Cada vez que hay una convocatoria, uno como científica se mete para ver si se puede participar. Esto nos lo enseñó mucho nuestro director Jagannatha Rao: Ustedes deben procurar buscar premios, y no por ustedes, sino por la institución y el país”, explica la Dra. Spadafora, quien reconoce que el científico por lo general se acostumbró a la academia, a investigar y publicar, pero el Dr. Rao les puso esta noble responsabilidad.
La Dra. Tejedor señala que siempre están buscando estos espacios, en particular para las mujeres en la ciencia. “Siempre digo que es la mejor manera de apoyarnos entre nosotras y estar unidas como científicas”.
En el documento adjunto pueden conocer a todas las ganadoras:
Curar la malaria; proteger el ambiente
Las investigadoras panameñas resultaron ganadoras por dos proyectos que están llamados a impactar de manera local y global.
En el caso de la Dra. Carmenza Spadafora se trata de la creación de un dispositivo para el tratamiento de la malaria, sin necesidad de emplear medicamentos. La Dra. Nathalia Tejedor participó con su proyecto de análisis del flujo de CO2 y vapor de agua en un ecosistema de manglar en la bahía de Panamá.
La Dra. Spadafora explica que esta investigación comenzó con una convocatoria que hizo la Fundación Bill y Melinda Gates para ideas nuevas, que tuvieran alguna posibilidad.
Le aportaban dinero semilla para probar el concepto y luego vino un subsidio considerable.
“Lo bueno es que nos juntamos físicos, biólogos, médicos e ingenieros. El grupo era muy diverso y esta es la mejor prueba que los grupos interdisciplinarios pueden ser lo más productivos a la hora de hacer innovación: aprendemos mutuamente”.
Un ejemplo que respalda esta percepción fue evidente con el desarrollo del prototipo, un dispositivo que emitiera microondas.
Mientras los científicos pensaban en cómo modelar la interacción de las ondas con la piel, que es un tejido diferente a los músculos, con los nervios, con los vasos, con las arterias y el hueso, un ingeniero intervino: “Debemos hacerlo práctico. Dicen que el 70% del cuerpo es agua. Asumamos que este es un cilindro de agua y hagamos el modelaje”.
La Dra. Spadafora destaca que este pensamiento práctico, y unión de voluntades, hizo posible avanzar en el desarrollo, al probar en ratones el sistema: los infectaron con malaria, les irradiaron con las ondas y los parámetros que saben pueden matar al parásito sin afectar a las células normales, con un 90% de éxito.
El prototipo ya se quedó corto en su eficiencia, deben hacer un mejor diseño y probarlo en vivo.
Este es su camino que se fundamenta en los estragos sociales que causa la malaria, en los países cuyas poblaciones sufren esta enfermedad, causada por un parásito que se transmite por mosquitos infectados.
El África subsahariana sigue siendo la carga de malaria más pesada, representando alrededor del 95% de todos los casos de malaria y el 96% de todas las muertes en 2020. Alrededor del 80% de las muertes en la región son entre niños menores de 5 años, señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un reciente informe
“Las personas enferman en estos países de malaria con la frecuencia de un resfriado y los países no pueden con esa carga. Si logramos un dispositivo que se pueda reusar ya no se estaría hablando de un gasto tan grande.Esta tecnología de microondas es muy barata y práctica”, recordó.
El manuscrito está próximo a ser publicado en revistas indexadas. De igual modo, la Dra. Spadafora anunció que están en el punto de buscar socios tipo ingenieros, académicos, industrias y emprendedores “que nos puedan ayudar a desarrollar el prototipo para probarlo en primates”.
La meta en el futuro es el uso de este tipo de brazalete que pueda ayudar a sanar y salvar.
La Dra. Nathalia Tejedor Flores cuenta, por su parte, que en el año 2017 se acercaron al Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas de la UTP, funcionarios del Programa de Saneamiento de Panamá del Ministerio de Salud (Minsa), quienes cuentan con una torre meteorológica cerca del manglar de Juan Díaz, y de la planta de tratamiento de agua, para poner a la orden los datos científicos que genera la torre.
Deciden entonces estudiar los flujos de CO2 y de vapor de agua en el manglar de Juan Díaz, “básicamente porque es un ecosistema perfecto para la adaptación al cambio climático.
Ahora se habla de adaptación basada en ecosistema y estos ecosistemas son los que brindan mayores servicios ecosistémicos, pero no solo son los flujos de CO2: es el carbono que ellos, los manglares, ya retienen, la biomasa que almacenan, es el sitio de desove de peces, de aves migratorias y un sitio que brinda muchos servicios a la población: pueblos enteros viven de la economía del carbón de mangle, de los cangrejos, de la concha negra, es un ecosistema completo que brinda tanta ayuda, no solo ambiental, sino económica”.
La idea es entender el comportamiento de estos ecosistemas, “porque no podemos conservar aquello que no conocemos y es necesario para tener mejores políticas de conservación”.
Instituciones pioneras
Ambos proyectos, tanto el dispositivo para el tratamiento de la malaria, como el proyecto de análisis del flujo de CO2 y vapor de agua en un ecosistema de manglar en la bahía de Panamá, cuentan con el respaldo de instituciones fundamentales en la vida científica del país.
La Dra. Spadafora recuerda que Indicasat “fue creado por científicos y científicas que fueron pioneros en el país. Tenían sus doctorados pero no había un lugar dónde hacer investigación y lanzan esta idea. Consiguen la aprobación de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) para apoyarlo con recursos y empezamos en el 2002”.
“Somos una institución muy joven. En 2007 se nos crea como una Asociación de Interés Público (AIP), una forma jurídica muy interesante porque se recibe financiamiento público, y también fondos privados, con lo cual se pueden agilizar las compras y no pasar por esos controles tan burocráticos que hacen difícil avanzar la ciencia”.
En 2010, el Indicasat tuvo su primer director internacional, escogido por méritos, el doctor Jagannatha Rao, quien levanta la institución con la visión de crecer en la labor de educar a la sociedad, “con equipos de primer mundo y unos científicos impecables, líderes en lo que están haciendo. Me siento orgullosa de estar en el Indicasat. Hemos crecido, no tenemos todavía suficiente financiamiento, pero eso tiene que venir cuando los gobiernos se den cuenta de la importancia de la ciencia en el desarrollo de los países”.
La Dra. Tejedor comenta que el Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas (CIHH) se sitúa en la UTP, su alma máter, en la cual también estudió “de allí el amor de estar apegada a esta institución”.
“Es una universidad relativamente joven y estamos creciendo hacia la investigación, la docencia y el aporte que dan los investigadores a los estudiantes”.
Destaca como valor del CIHH la multidisciplinariedad en las investigaciones y de un equipo de doctores muy preparados en sus áreas, desde hidrología hasta física o estadística. Generan proyectos de investigación ligados al medio ambiente, al cambio climático y el recurso hídrico.
La ciencia espera por más niñas y jóvenes
Formar parte del libro 25 Mujeres en la Ciencia Latinoamérica 2022 es también una manera de inspirar a niñas y jóvenes. Que las conozcan y las sientan cercanas. Es un compromiso como mentoras.
“Quienes estamos en estas carreras de ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas, debemos visitar a las niñas cuando están en el colegio, hacer giras, que vean y huelan todo lo que yo olía y observar las reacciones. En el Indicasat tratamos de facilitar estas visitas de niñas desde primaria, hasta de colegios y universidades, y siempre se les ve salir con un brillo en los ojos que no tiene precio”, dice la Dra. Spadafora.
“Nos sentimos inspiradas por otras mujeres y de allí la importancia de esta ciencia: nos miramos en otras. Admiro a quienes fueron mis mentoras y profesoras, y la pasión con la cual hacían las cosas me ayudó a encontrar la pasión con la cual yo las hago. Encontrar esa pasión va en cada una de nosotras, pero también tener esa persona tan apasionada, inspira y es una motivación”, reflexiona la Dra. Tejedor.
Ambas investigadoras coinciden en una reflexión final sobre el orgullo que significa ver la colaboración entre las ciencias, que tienen un ejemplo claro en la vinculación del Indicasat y de la UTP, muestra de cómo la innovación debe hacer causa común en la tarea suprema de dar respuestas a la sociedad.
Violeta Villar Liste
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