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Fotos: Dzilam Méndez

“Debemos romper con tradiciones que impiden que las niñas estudien lo que ellas deseen”, María del Pilar Carreón Castro, Jefa del Departamento de Química en Instituto de Ciencias Nucleares, UNAM 

De acuerdo con UNESCO, en el mundo, las mujeres representan solo 35% de quienes cursan estudios de enseñanza superior en STEM (por sus siglas en inglés) es el acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y las mujeres representan menos de 30% de los investigadores científicos.

Las brechas de género reducen las posibilidades de innovación y de nuevas perspectivas para abordar los desafíos actuales y futuros.1 

América Latina y el Caribe es una de las dos regiones que han alcanzado la paridad en la proporción de hombres y mujeres investigadores (aquí el 45% del total de investigadores son mujeres), pese a esto, ellas aún se encuentran subrepresentadas en los niveles más altos de las carreras profesionales y continúan siendo una minoría en muchos campos de las STEM , en casi todos los países de la región.2 

Asegurar el aprendizaje a lo largo de la vida y la educación de calidad para las niñas y las mujeres acorde con los avances tecnológicos y científicos es una de las áreas de preocupación planteadas en la Plataforma de Acción de Beijing y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.  

En México, en 2020, por cada 100 hombres inscritos en carreras del campo de la ingeniería, la manufactura y la construcción, hay 45 mujeres, y en carreras vinculadas con las ciencias de la computación hay únicamente 31 mujeres por cada 100 hombres matriculados. 3 

Además, en México, solo 61.5 mujeres están incorporadas al Sistema Nacional de Investigadores por cada cien hombres.4 A estas estadísticas se suma el contexto actual de COVID-19, que ha puesto el foco en las ciencias para contrarrestar la pandemia. Además, esta crisis sanitaria ha visibilizado que las mujeres son imprescindibles en la prevención, atención, respuesta y recuperación frente al COVID-19.5 A pesar de su relevancia, las mujeres aún siguen invisibilizadas en varios campos STEM.  

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Foto: Dzilam Méndez

De acuerdo con María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe: “los factores que conducen a los resultados desiguales para hombres y mujeres en STEM son complejos y variados y, por consiguiente, no son fáciles de abordar, y algunos pueden ser más influyentes en una etapa de la vida que otros”.6 

Esta brecha puede comenzar desde edades muy tempranas en las escuelas y en las casas, y continua y abarca ámbitos tan amplios como la investigación, el desarrollo de las carreras profesionales y el acceso a los empleos generados en estas áreas, o el uso que se hace de los productos generados en las áreas STEM.  

“En la secundaria descubrí mi gusto por la ciencia, estudié en la Facultad de Química de Ciudad Universitaria, y después de mi doctorado me incorporé al Departamento de Química en el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, del que sería la primera mujer en llegar a la dirección (…) Aun cuando las mujeres somos más del 50% de la población en nuestro país, solo una minoría nos dedicamos a la ciencia.

Muchas mujeres no han sido reconocidas por su trabajo en investigación. Debemos romper con tradiciones que impiden a las niñas que estudien lo que ellas deseen”, recalcó sobre este tema María del Pilar Carreón Castro, Jefa del Departamento de Química en Instituto de Ciencias Nucleares, UNAM (entrevista realizada como parte de la campaña en México: Mujeres líderes por un futuro igualitario de ONU MUJERES e IMER, para dar conocer las historias de mujeres que han sobresalido en carreras que normalmente son asociadas a hombres).

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Foto: Cortesía María del Pilar

Como María del Pilar, cada vez son más las mujeres que trabajan en áreas de STEM. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) informa que, en las últimas cuatro décadas, la representación de las mujeres en las universidades casi se ha duplicado.

Las mujeres pasaron de ser solo 27% del estudiantado en 1977 hasta alcanzar 52% en 2020. Además del avance en la matrícula, el porcentaje de mujeres que terminan su carrera es mayor que entre los varones, por lo que ellas conforman una proporción todavía mayor de la población con estudios superiores.   

Pero aún queda mucho trabajo por hacer, todavía no se alcanzan puestos directivos suficientes en la academia ni en el mercado laboral, y continúa la brecha salarial entre hombres y mujeres. 

En el caso de la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual se unió a la campaña HeForShe en 2016, cada año en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia realiza distintas actividades y este año se enfocarán en que las nuevas generaciones de niñas conozcan a mujeres científicas que les sirvan de inspiración y referencia. Algunas de las actividades serán: Chatea con astrónomas del Instituto de Astronomía; De niña a científica, y Pregúntale a la geo-científica.7 

De acuerdo con el estudio, Las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas en América Latina y el Caribe de ONU Mujeres, el desarrollo sostenible también requiere más ciencia y más científicos/as, lo que representa una gran oportunidad para lograr un incremento significativo de la cantidad de niñas y mujeres que comienzan carreras profesionales en STEM y que permanecen en ellas.  

“La igualdad de oportunidades para desarrollar y prosperar en carreras STEM ayuda a reducir la brecha salarial de género, mejora la seguridad económica de las mujeres, además de promover el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.”, comentó Belén Sanz Luque. 

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Foto: Dzilam Méndez

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